Anton Raphael Mengs: Neoclasicismo

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Anton Raphael Mengs

Nació en Aussig, Bohemia, Chequia en 1728.
Pintor y tratadista, fue el más destacado del primer neoclasicismo.

Inició su formación artística en Dresde, bajo la severa dirección de su padre, ­Ismael Mengs, pintor de la corte sajona que al nacer Anton decidió que éste seguiría sus pasos en el oficio de pintor.

Sus únicos juguetes fueron pinceles, telas y las pinturas.
Su estilo neoclásico, está no obstante impregnado de una indudable influencia barroca.

Sus retratos son considerados obras maestras del género, y sus grabados son así mismo geniales, con una absoluta perfección en el dibujo que nada tienen que envidiar a los grandes grabadores como Ingres, en los que se puede apreciar su profundo conocimiento de la anatomía humana, y de alguna forma además del barroco se pueden ver en sus telas. detalles manieristas.

Entre 1741 y 1744 residió en Roma con su padre y hermanas, y tuvo la oportunidad de estudiar la Antigüedad clásica y las obras de Miguel Ángel y Rafael Sanzio en el Vaticano. En esta primera estancia romana acudió a la escuela de Marco Benefial para el aprendizaje del desnudo.

En junio de 1746 inició su segundo viaje a Roma, y de este tiempo son sus primeras composiciones al óleo, influidas por el arte de Rafael.

En julio de 1749 abjuró del luteranismo y se convirtió al catolicismo, y un mes después contrajo matrimonio con Margarita Guazzi, joven romana que le había servido de modelo para una Virgen. En las Navidades de 1749 regresó a Dresde, y el 23 de marzo de 1751 recibió el nombramiento de primer pintor de la corte sajona.

Tomó por modelos la Antigüedad clásica y las obras de Rafael ─para el dibujo y la expresión─, de Antonio Allegri, ­Correggio ─para la gracia y el claroscuro─ y de ­Tiziano Vecellio , en  el colorido, aunque en sus obras también se advierten influencias de Guido Reni, Domenichino, Nicolas Poussin y ­Carlo Maratta, entre otros.

Por encargo de la corte sajona viajó en 1759 a Nápoles, en donde fue presentado a Carlos III antes de que este soberano partiese hacia España. En 1760 retrató al nuevo rey de Nápoles, Fernando IV , en el Museo del Prado, y más tarde pintó a la prometida de este hijo de Carlos III, María Josefa Gabriela, y a la que fuera finalmente su esposa, María Carolina, reina de Nápoles, hermanas y archiduquesas de Austria, estos también en el Prado.

Desde 1761 y hasta su muerte en 1779, estuvo al servicio de Carlos III, aunque su presencia en España transcurrió de septiembre de 1761 a noviembre de 1769 y de julio de 1774 a enero de 1777; Pintor de cámara del rey a partir del 23 de julio de 1761, cuando fue reclamado por Carlos III en Roma, y primer pintor desde el 22 de octubre de 1766; ejerció una decisiva influencia en el arte cortesano español y su huella se aprecia en artistas como Francisco Bayeu, Mariano Salvador Maella y Francisco de Goya.

Tras su estancia en España, dejó una amplia producción pictórica en las alegorías de las bóvedas de los palacios reales de Madrid y Aranjuez, en los cuadros de devoción y en los diversos retratos que hizo de la familia real y de algunos particulares.
En 1761 pintó, en el techo de «Villa Albani», en Roma, el fresco de El Parnaso, que se convertiría en un manifiesto del neoclasicismo, y en el que siguió las influencias tomadas de los maestros del Renacimiento, fundamentalmente de Rafael Sanzio.

Pintó a los príncipes de Asturias, Don Carlos de Borbón y su mujer María Luisa de Parma, a Carlos III y su difunta esposa María Amalia de Sajonia y, en 1767 a los infantes Don Gabriel, Don Antonio Pascual y Don Javier, (todos ellos albergados en el Museo del Prado).
Entre sus dos estancias en tierras españolas pintó en la corte toscana los retratos de los grandes duques Leopoldo de Lorena y María Luisa de Borbón, y los de sus hijos los archiduques María Teresa, Francisco, y Fernando y María Ana de Austria

Sus frescos, fríos, de colores desvaídos y desprovistos de emoción, según el gusto de la época, triunfaron sobre los de Tiépolo, a quien Mengs consiguió arrinconar.
En esos años hizo innumerables retratos. Volvió de nuevo a Madrid entre 1774 y 1776, año en el que marchó a Roma tras enfermar, en donde murió el 29 de junio de 1779.

Fue el pintor más reconocido y famoso de su época, influyendo de forma notable en sus contemporáneos, también en los españoles, sobre todo en la Corte de Madrid, como Bayeu, recomendó a Francisco de Goya para que obtuviese su primer trabajo en la capital.

De su segunda estancia en España es la tabla de «San Pascual Bailón adorando la eucaristía» para la iglesia conventual del santo en Aranjuez. Y entre sus últimas obras, realizadas ya en Roma, sobresalen «Perseo y Andrómeda», que concluyó en 1778, actualmente en el Museo de L’Hermitage de San Petersburgo, y la inacabada «Anunciación» en principio destinada a la capilla nueva del palacio de Aranjuez, actualmente en el Palacio ­Real de Madrid, pero la pintura más destacada es una monumental «Adoración de los pastores», sobre tabla y que ha sido recientemente restaurada, albergada en el Prado,

*Esta entrada fue publicada en este blog el 3 de junio de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 29 de junio de 2023.