Jean Baptiste Greuze: El Rococó Francés

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Jean Baptiste Greuze

Nació en Tournus, Borgoña, Francia, el 21 de agosto de 1725.
Inició sus estudios de arte en Lyon, con un pintor local llamado Lionés Grandon, que convenció a su padre, en un principio en contra de que su hijo se dedicara a la pintura, de las aptitudes de éste.

Tras lograr el permiso paterno viajó a París, ingresando en la Real Academia de Pintura y Escultura, en la que tuvo como maestro a Natoire.

En 1755, su óleo «Padre de familia explicando la Biblia a sus hijos», así mismo conocido como «La lectura de la biblia» logró un gran éxito.

Su fama se vio reforzada con otras pinturas de igual tema melodramático, en las que representó escenas de familiares de burgueses provincianos.

Uno de sus mejores críticos públicos fue Diderot, el más famoso crítico de arte de esa época, qué hizo un encendido elogio de sus cuadros y de las enseñanzas morales de sus escenas, que caracterizaron casi toda su obra, en contraste con otras de estilo rococó que normalmente mostraban temas más alegres decorativos y sobre con escenas que se desarrollaban en ambientes de la alta sociedad y la aristocracia.

De entre sus obras más notables sobresalen: «La boda pueblerina» o «Acordée de village», presentada en el Salón de París de 1761, en la que vemos un interior burgués con dos mundos enfrentados, a la izquierda las mujeres y a la derecha, los hombres.

«La muerte del paralítico» de 1763, obtuvo un enorme éxito, en ella se representa una escena de un padre anciano en su lecho de muerte, rodeado de su familia.

Habiendo alcanzado el éxito con la pintura de género, dio el salto a la pintura histórica, entre ellas: «Séptimo-Severo reprochando a Caracalla el haber atentado contra su vida», que presentó en el Salón de 1769, que fue un fracaso, criticado incluso por Diderot que hasta entonces había sido su defensor.

Pintó también un buen número de retratos, y recibió algunas críticas por sus pinturas de corte libertino. Algunos temas alegóricos, como «La Ofrenda de amor» de 1769, mitológicos, como «Danae», o religiosos como, «Santa María Egipciaca», que no tuvieron repercusión alguna.

La Revolución francesa de 1789 puso de moda lo antiguo, cayendo en el olvido las pinturas de género, obligándole a vivir de sus clases.
El retrato de Napoleón Bonaparte, que le encargó en sus últimos años, no evitó que muriera en la miseria.

La mayoría de sus cuadros están albergados en el Museo del Louvre  de París
Murió en París, el 4 de marzo de 1805.

*Esta entrada fue publicada en este blog el 21 de agosto de 2010. Ha sido actualizada y ampliada el 21 de agosto de 2023