«… en la noche de ayer
nuestro silencio
nos abrazó a los dos…»
PA
«Cuando tengo una piedra entre las manos…»
Cuando tengo una piedra
entre las manos
siento que mi alma entera
se hace piedra
y que todas las piedras
se hacen alma.
Cuando estrecho a algún hombre
entre mis brazos
siento que cada cosa
se hace hombre
y algo surge de mí,
algo ignorado
que me llena de amor
en ese instante.
… Después beso sus labios
mientras lloro
y sumerjo mis manos
en el aire,
comprendiendo por fin
que no estoy solo
porque soy piedra, pez,
hombre, lagarto,
rodilla y corazón
de un mismo mundo
tan soñado por mí…
Pablo del Águila
De: Pequeños poemas soledad amor, silencio y muerte
Recogido en: «De soledad amor, silencio y muerte» – Poesía reunida (1964-1968)
Edición y estudio de Jairo García Jaramillo
Bartleby Editores 2017©
ISBN: 978-84-92799-39-8
*Reseña de Santos Domínguez Ramos de: Pablo del Águila, De soledad amor, silencio y muerte (Poesía reunida, 1964-1968), en su blog: Encuentros de Lecturas: AQUÍ
Pablo del Águila nació en Granada, en 1946.
Mostró pronto una predisposición a la cultura que se tradujo en un interés temprano por la poesía, escribiendo sus primeros poemas entre 1962 y 1963.
Es a partir de 1964 en la que su poesía muestra una personalidad definida, en la que se intuye la lectura de las obras de Pablo Neruda o Federico García Lorca, ambos autores prohibidos en España en ese momento.
Participó y dirigió adaptaciones para teatro de obras de Bertolt Brecht y Arrabal. Así mismo organizó representaciones en casa en las que participaron sus sus familiares y amigos.
Adquirió un papel activo en la oposición al régimen franquista por el que fue detenido.
Fue enlace del Frente de Liberación Popular, el conocido como «FELIPE», tan relevante en el tardofranquismo.
Su estética contrastó con la de los Novísimos, en pleno auge por entonces, escribiendo una poesía más política y más vanguardista.
Murió el 23 de diciembre de 1968, con sólo 22 años de edad, quebrando lo que podría haber sido una carrera que le hubieran situado en las más altas cotas de la poesía española del siglo XX.
Y la luz de Pablo del Águila se extiende hasta la actualidad. No han sido pocos los poetas contemporáneos que han hecho bandera de algún que otro rasgo de poesía del granadino. Sin embargo, el difícil acceso a la obra ha impedido que la proyección haya sido mayor.
La edición de Jairo García Jaramillo y Bartleby Editores, recupera para la ciudad a uno de sus grandes autores, un escritor con el que Granada mantiene una deuda que merece ser saldada.
«El extraordinario talento y la precocidad del poeta granadino Pablo del Águila , sepultados por el aura maldita de la leyenda debida a la muerte a destiempo, han sido celebrados por lectores como Juan de Loxa, Félix Grande, Fernando Quiñones o Fanny Rubio. Su obra constituye uno de los mejores exponentes de la poesía sesentayochista del tardofranquismo y, a día de hoy, sigue fascinando por el poder subyugante de su estilo cercano, tierno y amable, en ocasiones irónico, tras el que asoma una honda angustia existencial, un fuerte compromiso humano y el extrañamiento ante un mundo imposible. innovadora en lo estético pero a la vez fieramente humana, Pablo del Águila utiliza la palabra poética para resistir a la desesperanza, sus versos luchan contra el dolor, la injusticia y la falta de libertad del tiempo que le tocó vivir, adelantando algunas de las tendencias poéticas que vendrían después.» Jairo García Jaramillo
También de Pablo del Águila en este blog:
«Pablo del Águila: No sé qué extraña sombra…»: AQUÍ
«Pablo del Águila: Regreso a mí…»: AQUÍ
«Pablo del Águila: Hermano»: AQUÍ
«Pablo del Águila: Vencer juntos»: AQUÍ
«Pablo del Águila: Ahora es ya de día…»: AQUÍ
«Pablo del Águila: No te conozco mucho…»
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