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Copo, mi amigo del parque
«… es otro aire y otra luz. No es luz dormida ni tiempo muerto o ausente. Es un aire y un espacio lleno de purísimas esencias; allí está el espíritu del jardín, el volumen de lo inefable…»
Joaquín Romero Murube en «Sevilla en los labios» (Capt. 5)
Yo le llamaba Copo, nombre nada original, lo sé, le veía casi todos los días cuando volvía a casa, se hizo costumbre dar un pequeño rodeo para verle en la tranquilidad del medio día, en el que el Parque de María Luisa, suele estar casi desierto, me maravillaba contemplarle con su cuerpo y todas sus brillantes plumas completamente blancos.
Aquél día estaban limpiando su «casa» de la Isla de los Pájaros y pude acercarme más a él y llevarme a casa unas pocas fotografías con mi cámara, no sabía en ese momento que era la última vez que le vería, cuando volví pasados unos días, Copo no estaba en su sitio, fui a preguntarle a uno de los guardas y me dijo que se lo habían llevado a un sitio más protegido porqué era muy delicado y tenía muchos problemas, nunca más lo volví a ver, hace cuatro años que hice esas fotos, pero cada vez que paso por delante del estanque y veo la isleta, inevitablemente me acuerdo de Copo, hace dos días fue la última, hoy lo comparto con todos los amigos que entráis a este blog.
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Es realmente precioso, digno de protagonizar un cuento de hadas