Cuando se posee la fuerza se deja de invocar a la justicia.
Gustave Le Bon
Nogent-le-Rotrou, Francia – 7 de mayo, 1841 – Marnes-la-Coquette, 13 de diciembre, 1931
Algunas de sus mejores frases
Cuando el error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad.
Cuando se exagera un sentimiento, desaparece la capacidad de razonar.
Gobernar es pactar; pactar no es ceder.
El artista es mediocre cuando razona en vez de sentir.
El error es a veces más generador de acción que la verdad.
El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello no es nada en la vida.
El hombre que pretende obrar guiado sólo por la razón esta condenado a obrar muy raramente.
El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la elite al nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la elite
En las arengas destinadas a persuadir una colectividad se pueden invocar razones, pero antes hay que hacer vibrar sentimientos.
En las muchedumbres lo que se acumula no es el talento, sino la estupidez
La abundancia de palabras inútiles es un síntoma cierto de inferioridad mental
La anarquía está en todas partes cuando la responsabilidad no está en ninguna.
La ciencia nos ha prometido la verdad; nunca nos prometió la paz ni la felicidad.
La mayor parte de nuestras opiniones son creadas por las palabras y las fórmulas, mucho más que por la razón.
Las civilizaciones se forjan con ideas; pero todavía se defienden con cañones.
Las ideas envejecen más deprisa que los hombres.
Las ideas mueven al mundo, pero no antes de transformarse en sentimientos.
La libertad, la mayoría de las veces, no es para el hombre más que la facultad de elegir la esclavitud.
Las voluntades débiles se traducen en discursos; las fuertes, en actos.
Los pueblos viven sobre todo de esperanzas. Sus revoluciones tiene por objeto sustituir con esperanzas nuevas las antiguas que perdieron su fuerza.
Para destruir un error hace falta más tiempo que para darle vida
Para progresar no basta actuar, hay que saber en que sentido actuar.
Pensar colectivamente es la regla general. Pensar individualmente es la excepción.
Por el solo hecho de formar parte de una multitud, desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización
Quién gasta en palabras, rara vez gasta en acciones.
Retroceder ante el peligro da por resultado cierto aumentarlo.
Se encuentran muchos hombres que hablan de libertad, pero se ven muy pocos cuya vida no se haya consagrado, principalmente, a forjar cadenas.
Son las palabras y las fórmulas, más que la razón, las que crean la mayoría de nuestras opiniones.
Un país gobernado por la opinión no lo está por la competencia.
Uno de los hábitos más peligrosos de los hombres políticos mediocres es prometer lo que saben que no pueden cumplir
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