«…Cuando en tu andar soñabas
burdos amaneceres…»
JCO
Mi recuerdo al escritor y poeta uruguayo, en el aniversario de su nacimiento.
«Balada del ausente»
Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad, su diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo, no inventará arrugas,
no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un encuentro que no se cumplirá.
Juan Carlos Onetti
Juan Carlos Onetti Borges nació en Montevideo, Uruguay, el 1 de julio de 1909.
Según la también escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, Onetti es «uno de los pocos existencialistas en lengua castellana».
Así mismo el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, decía en una entrevista en 2008 sobre Onettí:
«No ha obtenido el reconocimiento que merece como uno de los autores más originales y personales, que introdujo sobre todo la modernidad en el mundo de la literatura narrativa. Su mundo es un mundo más bien pesimista, cargado de negatividad, eso hace que no llegue a un público muy vasto.»
En 1974 el dictador Juan María Bordaberry, mandó detener a Onetti, siendo encerrado en un psiquiátrico, de donde logró salir al cabo de tres meses gracias a la intervención del poeta español Félix Grande, entonces director de Cuadernos Hispanoamericanos.
Tras de una breve estancia en Buenos Aires, fue invitado a Madrid por el Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana para participar en un congreso sobre el barroco.
Al término del congreso decidió instalarse definitivamente en la capital española, donde residiría durante casi veinte años.
Le fueron concedidos entre otros galardones:
Premio Nacional de Literatura de Uruguay en 1962.
Premio Cervantes en 1980, año en el que fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura.
Gran Premio Nacional de Literatura de Uruguay en 1985.
Premio de la Unión Latina de Literatura en 1990.
Gran Premio Rodó a la labor intelectual, de la Intendencia Municipal de Montevideo en 1991.
Murió en Madrid, el 30 de mayo de 1994.
También de Juan Carlos Onetti en este blog:
«Juan Carlos Onetti: Y el pan nuestro»: AQUÍ
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[…] a la “Generación del 45″, de la que formaron parte Mario Benedetti, Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Con la instauración de la dictadura en su país, se exilió a México en 1974 y, […]
[…] perteneció a la denominado Generación del 45′, entre los que también se encuentran: Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti, entre otros. Fue Profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952 […]
[…] y docente, fue miembro de la llamada Generación del 45′, a la que también pertenecieron: Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti, entre otros. Fue Profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952, […]
[…] Uruguay. Miembro de la Generación del 45′ a la que pertenecen también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Fue director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de […]
[…] a la “Generación del 45″, de la que formaron parte Mario Benedetti, Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Con la instauración de la dictadura en su país, se exilió a México en 1974 y, […]
[…] Uruguay. Miembro de la Generación del 45′ a la que pertenecen también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Fue director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de […]