«… El huracán, monstruo asmático, lanza pavorosa tos;
los relámpagos alumbran, atraviesan lo infinito.
Como el fósforo encendido del gran cerebro de Dios!…»
JHR
Mi recuerdo al poeta uruguayo en el aniversario de su nacimiento.
«El despertar»
Alisia y Cloris abren de par en par la puerta
y torpes, con el dorso de la mano haragana,
restréganse los húmedos ojos de lumbre incierta,
por donde huyen los últimos sueños de la mañana…
La inocencia del día se lava en la fontana,
el arado en el surco vagaroso despierta,
y en torno de la casa rectoral, la sotana
del cura se pasea gravemente en la huerta…
Todo suspira y ríe. La placidez remota
de la montaña sueña celestiales rutinas.
El esquilón repite siempre su misma nota
de grillo de las cándidas églogas matutinas.
Y hacia la aurora sesgan agudas golondrinas
como flechas perdidas de la noche en la derrota.
El regreso
La tierra ofrece el ósculo de un saludo paterno
Pasta un mulo la hierba mísera del camino
y la montaña luce, al tardo sol de invierno,
como una vieja aldeana, su delantal de lino.
Un cielo bondadoso y un céfiro tierno…
La zagala descansa de codos bajo el pino,
y densos los ganados, con paso paulatino,
acuden a la música sacerdotal del cuerno.
Trayendo sobre el hombro leña para la cena,
el pastor, cuya ausencia no dura más de un día,
camina lentamente rumbo de la alquería.
Al verlo la familia le da la enhorabuena…
Mientras el perro, en ímpetus de lealtad amena,
describe coleando círculos de alegría.
Julio Herrera y Reissig
Nacio en Montevideo, Uruguay, el 9 de enero de 1875.
Fue líder de la vanguardia modernista de su país e iniciado en el modernismo tardío.
Murió en Montevideo, el 18 de marzo de 1910.
Sobre él escribieron dos grandes de la Literatura Universal:
Jorge Luis Borges, en un artículo publicado en 1924, en el Inicial de Buenos Aires:
«La lírica de Herrera y Reissig es la subidora vereda que va del gongorismo al conceptismo: es la escritura que comienza en el encanto singular de la voces para recabar finalmente una clarísima dicción. De igual manera que en la cosmogonía mazdeísta se oponen belicosos el mal y el bien, fueron armipotentes en su yo la realidad poética y el simulacro de esa realidad. Fue un posible forastero de la literatura, pero al fin entró a saco en ella.»
Y el Nobel Pablo Neruda, en Diorama de la Cultura:
«Yo llevé la pasión Herrera y Reissiana a Madrid, a mi generación. Es verdad que algún brillante erudito se preocupó alguna vez de él: Existía la erudición, pero no la pasión. Nada más apasionante que la poesía de este uruguayo fundamental, de este clásico de toda la poesía. Así fue que leí a Vicente Aleixandre, y luego a Federico, a Alberti, a Altolaguirre, a Cernuda, a Miguel Hernández y a algunos otros más, las décimas góticas de Herrera y Reissig, Herrera y Reissig sublima la cursilería de una época, reventándola a fuerza de figuraciones volcánicas…»
También de Julio Herrera y Reissig en este blog:
«Julio Herrera y Reissig: Amor Sádico»: AQUÍ
«Julio Herrera y Reissig: Bostezo de luz»: AQUÍ
«Julio Herrra y Reissig: Ebriedad»: AQUÍ
«Julio Herrra y Reissig: Éxtasis»: AQUÍ
«Julio Herrera y Reissig: El ama»: AQUÍ
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