[…] Solitarios, los pájaros, recorren
como una sombra más las sombras en el bosque…
DJJ
Siempre en mi vida Diego Jesús Jiménez que se marchó un día como hoy hace 15 años.
«Poética»
I. Las gotas de rocío…
Las gotas de rocío
caían por los pétalos de la flor del acanto; con ellas resbalaba
la imagen de los cielos. Penetrar el palacio
cerrado de las cosas; contemplarnos a solas
en sus rotos espejos; seguir con la mirada el curso de los astros
en el fondo, infinito, de las aguas de un río.
Vivir el movimiento que habita las palabras,
conocer la apariencia, amar la soledad
de los frutos caídos y que, ahora,
con la luz de la tarde
desvelan el pasado en las ruinas del tiempo.
Las mañanas nevadas congelan con su música el viento del invierno.
Las gotas de rocío
la hierba del jardín. Oyes a tu memoria
las cosas, entregarte palabras encendidas
que la muerte construye. Nunca edificarás
un poema con ellas.
Sólo esperas, vencido,
a que la noche incendie los helados colores de la tarde
con sus llamas de sombra.
II. La niebla que contemplas en los ojos del corzo…
La niebla que contemplas en los ojos del corzo
que acaba de morir; la sangre de la ortiga
que habita los aromas que descienden del monte; la imagen de la alondra,
su trino, blanco y seco, reflejado en la nieve que enciende tu recuerdo;
la fragancia del prado dibujada sin límite.
Has de mezclarlo todo, de tal forma
que cuando el gallo de la amanecida cante
macere con su grito incendiado de luces
tal locura de amor.
Hallarás junto al valle de tu cansado reino
los más frondosos bosques: descabalga y penetra su castillo de sombras.
Junto al foso en que crece el clamor del enebro
se empaña la mirada que presienten tus ojos
y jamás han de ver.
Debes cortar los pétalos, no de la flor
sino de su reflejo, al rubor de la orquídea que habita los arroyos
y obtener la fragancia de la flor de la escarcha
que sueña en el silencio recóndito del bosque.
Has llegado al lugar
donde crecen las flores, mas la flor invisible que en la brisa germina
huirá con tu presencia.
Debes, con todo, construir un altar y encender su perfume; pues su luz es la única
que hará hervir las imágenes que componen el séquito
del filtro que te ofrezco.
Da a respirar sus brumas. Más no sufras si adviertes
que has perdido tu vida; que has cortado
del recinto de sombras que te habitan -sin obtener amor-
sus flores más hermosas. Piensa
que los sueños no ofrecen
mayor utilidad a su belleza efímera.
III. Y le llamas poema…
Y le llamas poema
al placer de la mente de obtener de las cosas
un lenguaje preciso que destruya,
con el fermento de sus signos, las leyes
que edifica la muerte.
Mas al dar forma a tu espíritu, le ofreces
una mayor zozobra a tu existencia.
Y le llamas poema
a cuanto, sin pasión, representa el deseo
sobre los límites de la incertidumbre.
IV. Entornar la mirada…
Entornar la mirada
hasta ver lo impensable, es crear.
Diego Jesús Jiménez
De Itinerario para náufragos, 1996
Ed. Visor Libros 1996©
ISBN: 978-84-7522-351-3
Diego Jesús Jiménez nació en Madrid, el 24 de diciembre de 1942.
Poeta, pintor y periodista, encuadrado entre la generación del 50′ y los Novísimos, sin embargo su obra se independiza de estos modelos. Posee un cierto carácter visionario, aunque legible, que algunos críticos han definido como neorrománticismo cívico.
En la década de 1970 fundó la colección de poesía Alfa de la Editora Nacional, de la que fue despedido en 1977 a causa de su defensa de las libertades durante la transición democrática.
Después de una intensa militancia política, a partir de 1982 se dedicó en exclusiva a la pintura y a la poesía.
Obtuvo entre otros muchos galardones:
El Premio Adonáis, por La ciudad, en 1964.
El Premio Fray Luis de León de Poesía y el Premio Nacional de Poesía en 1997 por Itinerario para náufragos.
Como pintor realizó su primera exposición pública en junio de 1991 en la galería Kreisler de Madrid.
Murió en Madrid, el 13 de septiembre de 2009.
También de Diego Jesús Jiménez en este blog:
«Diego Jesús Jiménez: Poética»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Es una vida…»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Abre sus ventanas el aire…»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: El lingüista»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Fiesta en la oscuridad»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Oficio de verano»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Se ha plantado el invierno…»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Nunca lo olvides…»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Ronda de las piedras»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Río Escabas»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: El silencio»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Jaula»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: El demonio»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: 11 de marzo»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Ronda del hombre II»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Homenaje a Federico García Lorca»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: El temblor del silencio»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Sé que hago mal…»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Escombros de la luz»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: El demonio»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Ronda del hombre (I)»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Color solo»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Espacio para un sueño»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Ronda de la noche (I)»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: La casa»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Arcángel de ceniza»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Ángel de la oscuridad»: AQUÍ
«Diego Jesús Jiménez: Coro de Ánimas»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Grito con carne y lluvia, Cuenca, Imp. Minerva – 1961. Premio del Club Internacional de Poesía de Jerez de la Frontera, Cádiz.
Ámbitos de entonces, Palencia, Rocamador, 1963. Finalista del premio «Eduardo Alonso» – 1973
La valija, Bilbao, Alrededor de la mesa – 1963
La ciudad, M., Col. Adonais – 1965 (Premio Adonais 1964) – Reeditado en 2015 por Bartleby Editores
Coro de ánimas, M., Biblioteca Nueva, 1968 (Premio Nacional de Literatura)
Fiesta en la oscuridad, M. Dagur – 1976. Premio Bienal de Zamora
Sangre en el bajorrelieve, Premio Internacional El Olivo de Jaén – 1979
Bajorrelieve, Huelva, Diputación – 1990 (Premio Juan Ramón Jiménez 1990)
Poesía (1960-1990) – 1990
Interminable imagen – 1995, Premio de Poesía de Villafranca del Bierzo
Itinerario para náufragos, – Visor, 1996 – Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma de 1996, Premio de la Crítica 1997, y Premio Nacional de Literatura 1997
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