Pintores de la Alemania nazi: Sepp Hilz

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Sepp Hilz

Nació en Bad Aibling, Alta Baviera,  el 22 de octubre de 1906.
De padre pintor, su formación inicial la realizó en el taller de su padre.
En una època difícil y convulsa para el arte, se traslada a Munich, a estudiar en la Academia Heymann, donde permanece dos años, al final de los cuales, vuelve a su pueblo natal, que sería la fuente de su inspiración en muchas de sus obras, y donde residiría el resto de su vida.

Entre 1938 y 1944, Hilz alcanza sus mayores éxitos; en esos años exhibe 22 óleos, entre los que se encuentra su famosa «Trilogía campesina», cuadro que le valió el título de profesor, en 1943, otorgado por el entonces Ministro de Propaganda, en el que se encuadraba toda actividad artística. Incluso Hitler, compraría dos de sus obras: «Después de la tarde libre» y «Tiempo de brujas».
En 1938, recibió el Premio Lenbach y en 1939, Hitler le concedería 100.000 marcos para la construcción de un taller en Gmund, y que sería realizado por el famoso arquitecto Degano. En 1940, sería denominado «Artista de Guerra» (Künstler im Kriegseinsatz).

Tras la derrota de Alemania al finalizar la II Guerra Mundial, su pueblo es ocupado por los norteamericanos y se llena de refugiados que huyen de Munich y de las zonas de ocupación rusa, instalandóse además en él, un campo de prisioneros: «Fliegerhorst». Hilz, tras pasar un periodo díficil, vuelve a trabajar, restaurando y pintando frescos para iglesias, temas sagrados y paisajes baváros. En 1949, muere su padre, y ese mismo año, su hijo, muere en un accidente de coche, en su tela «Los Reyes Magos», pinta a su hijo.

Sus pinturas más notables además de las citadas más arriba:
«La Venus campesina», «Campesina», «La Prometida», «El Collar rojo», «A finales del otoño» y «Muchacha pescadora» entre otras.
La obra de Hilz, como la de todos los artistas del período nacional-socialista, fue prohibida tras la II Guerra Mundial. Muchas de sus pinturas fueron robadas, algunos destruidas, otras fueron enviadas a EE.UU. Hoy en día es casi imposible estudiarla, que se sepa, existen muy pocas. Está envuelta en el silencio. El hecho de que Hilz hubiera alcanzado tan notable éxito en los años del régimen nacional-socialista, fue suficiente motivo para merecer el destierro perpetuo de su arte.
Murió el 30 de septiembre de 1967, con solo 59 años en Bad Aibling