Refranero y Frases.

Maimónides: El gran filósofo de Al-Ándalus

marzo 30, 2024


«Son útiles o buenas las acciones que sirven a un propósito y lo alcanzan.»
Maimónides

Maimónides

Maimónides una de las figuras más relevantes del Al-Andalus, murió un día como hoy de hace más de ocho siglos, su importante legado es una de las joyas de nuestra cultura.

Frases:

A veces la calidad de la acción depende de la intención de quien la ejecuta; porque muchas cosas son útiles a juicio de una persona y superfluas a juicio de otras.

Acciones que causan gran daño se castigan severamente, mientras que las acciones poco dañinas se reprimen con mayor indulgencia.

Debe ser más severamente castigado el crimen que más reiteradamente se comete. Los que sólo como caso raro acaecen pueden ser corregidos y suprimidos mediante penas más leves.

El ave, en su vuelo, se hace a veces visible, y se retira a veces de nuestra vista; aproxímese ahora, y aléjase luego, circunstancias que pueden ser exactamente referidas a la idea de los ángeles, como se explicará más adelante. Esta perfección imaginaria del vuelo no ha sido nunca atribuida a Dios por ser exclusiva propiedad de los brutos. Pero el vuelo, a que tan frecuentemente se alude en la Biblia, necesita, según lo que enseña nuestra imaginación, que haya alas. Por eso se pone alas a los ángeles, como símbolo expresivo de su existencia, no como nota de su esencia verdadera.

El hombre disfruta la compañía de sus amigos en los tiempos de prosperidad y salud; necesita de ellos en las horas aciagas; le acompañan y asisten cuando se hace viejo y le faltan las fuerzas.

El lenguaje empleado en esta obra no lo ha sido al azar, sino con toda exactitud y extremada precisión, procurando no dejar ningún punto oscuro. Nada se ha dicho fuera de lugar, sino para explicar algo que está en el suyo propio.

El madero en el cual alguien ha sido colgado es enterrado; para que el nombre malo no permanezca con él y la gente diga: ‘Este es el madero en el cual fulano de tal fue colgado.*

El que sabe nadar puede sacar perlas de las profundidades del mar; el que no, se ahogaría. Por eso únicamente deben correr el riesgo las personas que poseen la instrucción adecuada.

(…) Esto dicen también nuestros Sabios, según los cuales, el sentido más profundo es como perlas, y la interpretación literal de una figura, como piedra sin valor. Comparan ellos el sentido oculto, que está envuelto en el literal de un símil, a la perla perdida en una cámara oscura y llena de muebles. Ciertamente la perla está en la cámara, pero el hombre no acierta a distinguirla ni sabe dónde hallarla. Es como si no poseyera la perla, pues que de poco le vale, hasta que se haga luz. Y así, Salomón enseña, «como manzanas de oro en filigrana de plata, con pequeños resquicios, así es la palabra propiamente dicha». Advierte cuán bellamente se describen en esta imagen las condiciones que adornan a una buena semblanza.

Fijaron para sí cuotas a individuos y comunidades e hicieron que la gente creyera, en absoluta insensatez, que era obligatorio y apropiado ayudar a los sabios y eruditos y a quienes estudiaban la Torá, de modo que la Torá es su negocio. Todo esto está mal. No hay ni una sola palabra, ya sea en la Torá o en los dichos de los sabios, que apoye esta creencia.

Has de saber que cuando una persona ha logrado cierto nivel de perfección y desea comunicarlo a otros, de palabra o por escrito, no acierta a ser tan explícito y sistemático como lo sería si se tratase de una ciencia cuyo método es bien conocido. Tropieza en su afán de instruir a los demás con las mismas dificultades que hubo de vencer para indagar en el asunto; tan pronto la explicación parece luminosa, tan pronto oscura; y esta propiedad del tema parece que priva lo mismo cuando se trata del principiante que del sabio adelantado. Tal es la razón de que los grandes teólogos sólo den instrucción relativa a estos asuntos por medio de metáforas y alegorías. Si hubiéramos de enseñar estas disciplinas sin valernos de parábolas y figuras, nos veríamos obligados a recurrir a expresiones que, siendo a un tiempo profundas y transcendentales, no serían en cambio más claras e inteligibles que los símiles y las metáforas.

La amistad es más frecuente e intensa entre padres e hijos y parientes. Sólo suele hallarse la verdadera fraternidad, el perfecto amor, la mutua ayuda, entre los miembros de una familia, sobre todo cuando descienden de un mismo padre o, al menos, de algún lejano antecesor. Por eso uno de los fines de la ley es robustecer los vínculos familiares.

La clave para comprender y percatarse plenamente de todo lo que los Profetas han dicho, se halla en el conocimiento de las figuras, de sus ideas generales y del sentido de cada una de las palabras que contienen.

La primera clase de males es la que viene al hombre de estar sujeto a génesis y destrucción, o de poseer un cuerpo.

Las faltas y pecados del hombre débense a la substancia del cuerpo y no a su forma; en cambio, todas las perfecciones se deben exclusivamente a la forma. Así el conocimiento de Dios, la concepción de las ideas, el dominio de pasiones y deseos, la facultad de distinguir lo que debe preferirse y lo que debe rechazarse, todo eso, el hombre lo debe a su forma o Idea.

Los mediterráneos suelen ser mares apacibles, fácilmente navegables, salpicados de islas y abundantes en festoneadas costas con calas y puertos naturales. Un mediterráneo, es pues, tan luego el hombre ha descubierto el arte de navegar, una inmensa calzada abierta a todos los rumbos.

Los seres que no poseen elemento corpóreo no están sujetos a destrucción o daño; por consiguiente la verdadera obra de Dios es toda buena, pues que es existencia.

Ninguna prohibición de la Torá es tan difícil de acatar como la de las uniones prohibidas y las relaciones sexuales ilícitas.

No imagines que hay alguno de nosotros que entienda totalmente estos arduos problemas; antes bien, sólo de vez en cuando brilla la verdad tan clara como la luz del día, y entonces, nuestra naturaleza y hábito corren un velo sobre lo que percibimos, y volvemos a la oscuridad, casi tan densa como al principio.

¿Puede haber mayor piedra de tropiezo que ? Todos los profetas hablaron del Mesías como el redentor de Israel y su salvador mató por la espada a los judíos, dispersó y humilló a los que quedaron, alteró la Torá y apartó del camino a la mayor parte del mundo para que sirviera a otro dios en vez de al Señor

¿Qué hay de común entre nuestro conocimiento y el de Dios, como no sea que los nombramos con un mismo vocablo? Los Profetas lo han expresado paladinamente: «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el Señor. Como son más altos los cielos que la tierra, así mis pensamientos y mis caminos son más altos que los vuestros».

Todo el que hace algo por cálculo astrológico, disponiendo sus tareas o desplazamientos en las horas recomendadas por los escrutadores del cielo, merece azotes. Todas estas prácticas son mentiras y falsedades. Quien crea en estas y parecidas cosas no es sino un necio y carente de entendimiento.

Una de las razones de la circunsición es, en mi opinión, el deseo de provocar una disminución de la relación sexual y el debilitamiento del órgano en cuestión… El dolor causado al miembro es el verdadero propósito de la circuncisión. Ninguna de las actividades necesarias para la preservación del individuo es dañada por ella, ni se hace imposible la procreación, pero disminuyen la concupiscencia y la lujuria…

*La cruz, en la que las religiones de la cristiandad alegan que fue ejecutado Cristo (aunque otras religiones afirman que fue en un madero), se considera el símbolo preeminente del cristianismo. Algunos religiosos hasta se inclinan ante ella y la besan. Entre los judíos después de su restauración de Babilonia, el madero en el cual un hombre había sido ejecutado se consideraba detestable y símbolo de maldición, algo que habrían de enterrar para no verlo.

Los trece principios de la fe de Maimónides

1º Dios es el Creador y Gobernante de todas las cosas. Él solo ha hecho, hace y hará todas las cosas.
2º Dios es uno. No hay ninguna unidad como la suya.
3º Dios no tiene cuerpo. Los conceptos físicos no le son aplicables.
4º Dios es primero y último.
5º Es propio orar solo a Dios. No debe orarse a nadie ni a nada más.
6º Todas las palabras de los profetas son verdaderas.
7º La profecía de Moisés es absolutamente verdadera. Fue el principal de todos los profetas, tanto anteriores como posteriores a él.
8º La Torá completa que ahora tenemos es la que Moisés recibió.
9º La Torá nunca cambiará y Dios nunca dará otra.
10º Dios conoce todos los hechos y pensamientos del hombre.
11º Dios premia a quienes guardan Sus mandamientos y castiga a los que los transgreden.
12º El Mesías vendrá.
13º Los muertos serán resucitados.

Maimonides

Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun, también llamado desde el Renacimiento Maimónides («hijo de Maimon») o RaMBaM (el acrónimo de sus iniciales en hebreo), fue conocido entre los cristianos como Rabí Moisés el Egipcio nació el 30 de marzo de 1138 en Córdoba, en el seno de una distinguida familia, por vía paterna, de jueces rabínicos, estudiosos y dirigentes comunitarios, documentada desde el siglo X; su madre por el contrario, era de familia humilde, era la hija de un carnicero, murió al darle a luz.
Fue un médico, rabino y teólogo judío en el Al-Andalus de la Edad Media. Fue de una gran influencia como filósofo en el pensamiento medieval, de él surge el movimiento intelectual judaico de los siglos XIII y XIV que se extendió por España y el sur de Francia.
En su juventud escribió poesías religiosas y una epístola en árabe.
Como judío en zona dominada por el Islam, tuvo una vasta formación en ambas culturas: la tradicional judía y la árabe profana.
Desde muy pequeño comenzó a estudiar la Biblia y el Talmud en Córdoba, pero en 1148, a causa del fanatismo almohade, tuvo que aparentar su conversión al Islam y cambiar a menudo de residencia por Al-Andalus. Vivió un tiempo en Almería, donde cobijó por un tiempo en su casa a su maestro Averroes, hasta 1160 que se trasladó con sus hijos a Fez, donde residió cinco años, teniendo que ausentarse a causa la intolerancia almohade que les obligó a exiliarse, primero en Palestina y finalmente en Egipto.
En Egipto residió el resto de su vida en Alejandría y más tarde en Fustat (la actual El Cairo), donde pudo ganarse la vida ejerciendo la medicina en la corte del visir Saladino, y después en la de al-Fadl, hijo mayor de Saladino, obteniendo gran fama y admiración popular.
Como médico escribió: el «Tratado sobre los venenos y sus antídotos» el 1199; la «Guía de la buena salud» en 1198, y la «Explicación de las alteraciones» en 1200.
Sus obras mayores sobre el Talmud: «El Luminar de 1168, también titulado «Libro de la elucidación», y la «Segunda ley» o «Repetición de la ley», de 1180, la considerada su obra magna, consiste en una amplia y minuciosa recopilación por materias de todas las leyes y normas religiosas y jurídicas de la vida judía (es decir, del Talmud).
«La guía de perplejos» de 1190, mal apodada «Guía de los descarriados», es la clave de su pensamiento filosófico, obra que ejerció una fuerte influencia en círculos tanto judíos como cristianos y sobre todo escolásticos.
En 1177 fue nombrado dirigente de la comunidad judía de Egipto.
Murió en Al-Fustat, Egipto,  el 13 de diciembre de 1204.
Posteriormente su tumba fue trasladada a Tiberíades, en el actual Israel.

*La imagen es una fotografía del monumento a Maimónides en la Plaza de Tiberíades de Córdoba.

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