[…] Nos nacieron
para el amor y ardemos
como cañas secas.
VC
Mi recuerdo a Victoriano Crémer en el aniversario de su nacimiento.
«Mi loba blanca»
(Primer poema de amor)
Ella, tan vaga e indecisa antes,
tiene escogido cuerpo, sitio y hora
Me ha dicho: «Voy», Soy ya su predestinada presa.»
Pedro Salinas
Dedicado a Dámaso Alonso
Me seguían sus ojos y yo era menos que un niño;
bosques y primaveras me arañaban el pecho
brotándome en los cauces borbotones calientes
en los que el alma yergue su furia fundadora.
Su gran calma de esposa apretaba los círculos
y me sentía centro de su raudal sangriento;
con el galope oscuro de la sangre apremiando
la altiva meta blanca de su dormida carne.
¿Fue su voz? De más hondo que el deseo, rompiendo
su corteza de plomo, me llegó aquel balido
que estrellaba su espuma, como un ala arrancada,
en mis rubias arenas palpitantes de soles.
¡Oh, sequedad del aire, oprimiendo el latido
con que la luz rehízo su primera llamada!
¡Fue su voz! Su inefable mensaje acordonado
por airados cuchillos de escarcha matutina.
El espanto y la tierra tiraban de mi cuerpo
y un altivo universo desgarraba mis hombros.
Sentí que entre los brazos florecían sus pechos
y que éstos me clavaban contra un aire reciente.
¡Huir! ¡Huir! Perderme por bruñidos desiertos.
Borrar de mis pupilas sus ojos insaciables
y sepultar su voz, su eterna voz marina
en mi hondón retorcido de caracola humana.
Su garra fue primero. Su garra, no su mano,
que dos fuentes de sangre llenaron mi costado
desbordándome en ellas como una madre nueva
a quien los mares dieran un hijo de su carne.
Y luego, fue su luz. Su inmenso mediodía,
creciéndose en mis ojos como un bosque incendiado,
ardiéndose en las llamas mis tigres y mis dudas,
con sus flancos rotundos y su feroz aullido.
¡Oh, irremediable abrazo! ¡Oh, desolado beso!
¡Oh, arcángeles pastores de mi sangre en derrota!
¡Oh, cuerpo fulgurante apretándome el pecho
como un mármol o un mundo, y en él Dios empinado!
Fui pasto de su furia. Su mirada y sus dientes
implacables hicieron tajadas de mi alma.
Mis vestidos rodaron como musgos antiguos
y sentí deshacerme como un barco de niebla.
Yo veía sus manos sortearme las venas
y herir con sus cuchillos mi corazón menudo,
y azuzar mis dormidos afanes como galgos
llenando de ladridos mi apacible ribera.
Yo sentía ─la siento─ abrevar en mi sangre.
Romper mi dura piel. Darme muerte lentísima…
¡Y no eludo sus saltos de terciopelo y sueño!
¡Y no huyo! ¡No huyo!… ¡Mi feroz loba blanca
Victoriano Crémer
De: Caminos de mi sangre, 1947.
Recogido en: Los signos de la sangre: Poesía 1944-2004
Calambur Editorial, 2009©
ISBN-13 : 9788483591352
Victoriano Crémer Alonso nació en Burgos, el 18 de diciembre de 1906.
Involucrado en el partido anarco-sindicalista, durante la Guerra Civil Española, se libró de la muerte en varias ocasiones, y tras salir de la cárcel fundó la revista Espadaña, junto a Antonio González de Lama, Luis López Santos, José Castro Ovejero, Anglada, Antonio Pereira y el también poeta Eugenio G. de Nora, que sirvió de medio de expresión para muchos autores de la llamada Poesía desarraigada, que tuvo numerosos enfrentamientos con el régimen franquista, canalizando la lucha de toda una generación de poetas que encontraron en ella su medio de expresión.
Su libro El último jinete obtuvo el premio Gil de Biedma en 2008. Asimismo, en febrero de 2009, recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2008. Este galardón reconocía su trayectoria en el mundo de las artes, que inició con su primera obra, Tendiendo el vuelo, publicada en 1928.
Murió en León, el 27 de junio de 2009, a la edad de 103 años.
También de Victoriano Crémer en este blog:
«Victoriano Crémer: Mi loba blanca»: AQUÍ
«Victoriano Crémer: Contemplación del tiempo»: AQUÍ
«Victoriano Crémer: Cansancio»: AQUÍ
«Victoriano Crémer: Canción serena»: AQUÍ
«Victoriano Crémer: Canción para dormir a un niño pobre»: AQUÍ
«Victoriano Crémer: El amor y la sangre»: AQUÍ
«Victoriano Crémer: Dulce amor»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Tendiendo el vuelo (1928).
Tacto sonoro. Puestos de tierra adentro (1944).
Fábula de B. D. (1945).
Caminos de mi sangre 1947.
Las horas perdidas (1949).
La espada y la pared’ (1949).
Nuevos cantos de vida y esperanza (1951).
Nuevos cantos de vida y esperanza II (1952).
Libro de Santiago (1954).
Furia y paloma (1956).
Con la paz al hombro (1959).
Tiempo de soledad (1962).
Diálogo para un hombre solo (1963).
El amor y la sangre (1966).
Poesía total (1944-1966) (1967).
Nuevas canciones para Elisa (1972).
Lejos de esta lluvia tan amarga (1974).
Los cercos (1976).
Poesía (1944-1984) (1984).
El mundo de José Jesús (1987).
El cálido bullicio de la ceniza (1990).
Ciudad de los poetas (1990). (Varios poetas)
La escondida senda (1993).
El fulgor de la memoria (1996).
Parábola de Amalia «La Petarda» (1997).
La resistencia de la espiga (1997).
La paloma coja (la encrucijada) (2002).
Cualquier tiempo pasado (2003).
El palomar del sordo: poesía en llamas (2005).
Relámpagos tardíos (2007).
Antología poética (2007).
El último jinete (2008).
Los nombres sencillos de las cosas. Antología poética 1928-2008. (2024)
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