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Zilda
Zilda nació en Rennes, en el oeste de Francia
Es un artista callejero que crea fantásticos y efímeros murales en las calles de toda Europa.
Sus obras están pintadas mano sobre papel, que después traslada a las paredes de calles, puertas, espacios abiertos, incluso en muros de un malecón o en la proa de un barco semi hundido.
Afirma ser autodidacta y manifiesta: «Dejé la escuela para viajar por toda Europa. Me ganaba la vida vendiendo cuadros que pintaba en mi camino. Hasta el momento, mi vida ha estado bordeando el peligro… Antes de empezar a pintar fui: punk, mendigo, depresivo, activista y bibliotecario…»
Afirma también «La gente parece estar preocupado por el hecho de que esta cantidad de trabajo que está condenado a la eliminación. Yo diría que lo que hago en el taller es como una cocina pictórica. Es una especie de larva que prueba los efectos de la pluma caligráfica, el delineador de ojos,los bastoncillos de algodón … «
Destruyó sus pinturas en 2006, decidido a interrumpir la relación oficial entre el arte y la vida y hablar sobre las paredes.
Se enfrenta a los personajes dibujados sobre el papel a escala humana, en un taller, utilizando técnicas que combinan la plantilla, el dibujo, el diseño gráfico, el grabado, y la pintura.
En cada uno de su trabajo plasma una museificación iconográfica, mitológica, o literaria, y se olvida a veces de que cruza el imaginario colectivo, construido en nuestras fantasías durante siglos.
Una vez colocadas sus obras en la superficie callejera, utiliza la fotografía como «fijador», para que tras su destrucción previsible, permita así conservar la memoria de ella, un rastro de su arte.
La temática habitual de su pintura son: mitos, fábulas, cuentos, motivos prestados de una iconografía diversa y densa, desde la tragedia griega a las leyendas celtas, o desde la Biblia a la mitología de América .
En sus últimos trabajos, reinterpretando con una técnica que combina pinturas de dibujos y dibujo ha recreado grabados de Bartolomé Esteban Murillo, Correggio, de Prud’hon, de Bouguereau, de Füssli, entre otros y de artistas menos afortunados que el mundo del arte no aceptó plenamente, como Dugaseau, Signol, Gervex y Satty.
Todas estas obras tienen en común el mismo poder en la evocación de la pasión y el tormento, a través de los temas de la soledad, la melancolía, el dolor , la locura, «lo bello es siempre extraño».
*Esta entrada fue publicada en este blog el 9 de diciembre de 2011. Ha sido actualizada y ampliada con nuevas obras el 30 de noviembre de 2014.
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