Paco Lafarga: Realismo dramático

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Paco Lafarga

Nació  en Zaragoza, en 1973.
Es uno de esos descubrimientos que nos proporciona la red, buceando en páginas de arte; de pronto me he encontrado con unas manos ancianas dibujadas a carboncillo que me han impactado, buscando la fuente, he llegado a Paco Lafarga.

No me ha sido posible encontrar muchos datos biográficos, pero creo que no es necesario, su obra habla por él.

En algunas de sus obras, he creído apreciar la influencia del maestro del realismo Lucien Freud.

A finales del pasado año, ha expuesto en una muestra individual en la Sala de Exposiciones Torreón Fortea, de Zaragoza con un enorme éxito.
Entre otras ha exhibido anteriormente su obra en: la Galería Colours de Edimburgo, en 2009, y en el Palacio de la Lonja de Zaragoza, en 2011.

Algunas de las opiniones sobre este magnifico artista que he podido encontrar en la red:

«El realismo y dramatismo que tiene la vida en su manifestación infantil o adulta, en la perfección de unos ojos o en la amputación femenina el artista sabe captar y expresar lo que le rodea: la esencia del ser humano. Los óleos son muy interesantes también, domina la anatomía y la textura de la piel a las que da toda la relevancia resolviendo con menor detalle los vestidos o los fondos, no lo necesitan. Me gusta como trata la profundidad en sus cuadros de manera muy especial en el titulado “interior”, donde a través de puertas y planos nos lleva al final de una estancia pasando por otras intermedias mientras el niño está tranquilamente sentado en el suelo. La serie con la piscina azul aporta frescura y optimismo a la muestra. Me emociona que el objeto de su obra no sea plasmar modelos espectaculares sino personas de carne y hueso dotadas de profunda alma.»
Pepe Cerdá.

«Paco Lafarga, incluye en su temática, un cuerpo humano costumbrista, inmerso en la cotidianeidad y momentos que todos hemos tenido alguna vez. Como caracterización, un estilo muy diferente a lo que había visto hasta ahora: óleos y dibujos a carboncillo que casi fotografían a personajes simples con significados profundos; trazos extraordinariamente bien acabados en algunos detalles y desdibujados en otros.

Y lo que más me gustó: la capacidad de acostumbrar a nuestros ojos a posados desnudos, limpios y sencillos, para dejarnos boquiabiertos con varias obras desgarradoras que, aún sirviéndose también del desnudo, demuestran una carga expresiva y psicológica mucho mayor. Un mensaje de esperanza, pero también con aquello de los porqués supeditados al libre entendimiento.»
Adriana Pinto

Su blog personal: AQUÍ 

*Esta entrada fue publicada en este blog el 21 de enero de 2012. Ha sido actualizada el 31 de mayo de 2014.