«Las estrellas deberían reír,
pero es un sórdido lugar el mundo…»
BP
Mi recuerdo al Premio Nobel de Literatura en el aniversario de su nacimiento
«Marburgo»
Yo temblaba. Yo me encendía y apagaba.
Me estremecía. Hace poco le pedí su mano
Pero ya era tarde, me intimidé, y mírame: el rechazo.
¡Qué pena me dan sus lágrimas! Yo soy más santo
que un beato.
Salí a la plaza. Y me creí
Vuelto a nacer. Cada minucia
Vivía y sin tomarme en cuenta
Se erigía en imagen del adiós.
El pavimento se fundía y la frente de la calle
Se bronceó, un guijarro miraba de reojo
Hacia el cielo y el viento, de barquero,
Remaba por los tilos. Y todos ellos era aquella
Semejanza.
Evadía sus miradas, como fuera.
No advertía mis saludos.
No quería saber ya nada de tesoros.
Huía de ellos para no estallar en llanto.
El instinto innato, ese viejo dadivoso,
Me era insoportable. Por todas partes me seguía
Pensando: “amor infantil, contra una desgracia
Hay que andar detrás de ti”.
“Vamos camina”, ordenaba mi instinto
y me guiaba sabio como viejo escolástico
entre la virginidad de la espesura intransitable
de los árboles caldeados, de las lilas y de la pasión.
“Aprende a caminar primero, luego correrás”
afirmaba- y el nuevo sol desde el cenit
Miró como enseñaban a caminar
A un aborigen planetario por su nuevo destino.
A unos todo esto encegueció, a otros
Los tragaron las tinieblas como boca de lobo.
Escarbaban los polluelos entre las matas de dalias
Libélulas y grillos tictaquearon cual relojes diminutos.
Flotaban las tejas. El mediodía sin pestañear
Observaba los tejados y en Marburgo
Había quienes silbando fabricaban las ballestas
Y quienes se recogían para la feria de la Trinidad.
Arena amarilla las nubes devoraban.
Anunciando tormenta se enarcaban las cejas
de los matorrales.
Y el cielo se cuajó al caer
En un trozo de mica cicatrizante.
Aquel día, toda, de la peineta a los pies
Como lleva un trágico de provincia
Un drama Shakesperiano,
Te llevé conmigo y te supe de corrido
Ensayándote al vagar por la ciudad.
Cuando caí ante ti, abrazado
Esta niebla, este hielo, esta candente superficie
“¡Que bella eres!· – fue el torbellino de bochorno
¿de qué hablas?
Vuelve en ti. Todo se perdió, has sido rechazado.
Borís Pasternak
De: «Por encima de las barreras», 1917
Borís Leonídovich Pasternak nació en Moscú, el 10 de febrero de 1890.
Miembro de una prestigiosa familia de artistas, su padre Leonid Pasternak era pintor y catedrático de arte, y su madre Rosa Kaufman una afamada pianista, de la Rusia de finales del XIX. Su casa amiliar fue por aquellos años un solicitado centro de reunión intelectual, en la que se daban cita personajes ilustres del arte y la literatura, como León Tolstoi, Serguéi Rajmaninov o Rainer Maria Rilke.
Fue enviado a la Universidad alemana de Marburgo con el fin completar sus estudios de filosofía, pero su pasión por la poesía le llevó a abandonar el centro y regresar a Moscú, donde publicó su primer libro de poemas, «El gemelo de las nubes», en 1914, año en que dio comienzo la Primera Guerra Mundial.
El conflicto bélico que desgarró Europa, sería más tarde reflejado Pasternak en su «Doctor Zhivago». La trama transcurre durante la Primera Guerra Mundial, más tarde durante la Revolución rusa de 1917, y durante la posterior Guerra Civil entre 1918 y 1920
Con la llegada de la revolución bolchevique, en 1917, llegó también el reconocimiento público de su poesía, que sería elogiada por los dirigentes soviéticos como reflejo de los valores morales que definían a la nueva Rusia. De esos años son: «Por encima de las barreras», 1917; «Mi hermana la vida», 1922 y «El segundo nacimiento», 1932.
Pero con la llegada del terror stalinista (la Gran Purga) en la década de 1930, a Pasternak le ocurrió lo que a tantos otros, cayó en desgracia al perder el apoyo de las autoridades soviéticas. Así su obra, hasta entonces ensalzada, comenzó a ser tachada de subjetiva, y él de contrarrevolucionario, lo que le hizo hundirse en un profundo abismo, incluso estuvo a punto ser internado en uno de los gulags siberianos donde Stalin amontonaba a aquellos enemigos que decidía no eliminar de forma expeditiva.
Desde entonces Boris llevó una existencia oscura, ganándose la vida como traductor de clásicos alemanes e ingleses. En esos años escribió su única novela, obra que le haría pasar a la posteridad: «Doctor Zhivago».
En Occidente la novela fue recibida con los brazos abiertos, en plena guerra fría, pudo sacarla de forma clandestina, siendo traducida al italiano y editada por Feltrinelli en 1957, inmediatamente fue un éxito de ventas. La versión en inglés ocupó durante 26 semanas el primer lugar de ventas según la lista que publicaba The New York Times. Ante la inmensa repercusión mundial de «Doctor Zhivago» se decidió promover la candidatura de Pasternak para el Premio Nobel de Literatura.
Pero era imprescindible para la Academia Sueca que la obra estuviera publicada en ruso. La solución la encontraron en 1958 los servicios de inteligencia norteamericano y británico, ya que la CIA y el MI6 descubrieron que una copia del manuscrito del libro iba a viajar en un avión determinado en una fecha concreta, por lo que consiguieron desviar el vuelo hasta Malta, donde el manuscrito fue fotografiado y reintegrado sin que nadie descubriese la operación. El texto se transcribió y editó usando para ello el mismo papel y tipografías utilizadas por las imprentas soviéticas. Después se remitieron varios ejemplares de esta nueva «edición rusa» a la Academia Sueca, que ya no tuvo dudas y concedió el Premio Nobel de Literatura a Boris Pasternak ese mismo año.
Sin embargo las autoridades soviéticas le obligaron a renunciar al Premio, en una carta que envió a la Academia Sueca escribió: «Considerando el significado que este premio ha tomado en la sociedad a la que pertenezco, debo rechazar este premio inmerecido que se me ha concedido. Por favor, no tomen esto a mal».
Acosado y perseguido, murió en Peredélkino, cerca de Moscú, el 30 de mayo de 1960, sin haber disfrutado del gigantesco éxito mundial de su novela.
Poco después, en 1965, la novela fue llevada al cine por el director David Lean.
Fue así mismo un gran poeta.
Otros poemas de Boris Pasternak en este blog:
«Boris Pasternak: La ruptura»: AQUÍ
«Boris Pasternak: Cuando aclara»: AQUÍ
«Boris Pasternak: Hamlet»: AQUÍ
«Boris Pasternak: La suplente»: AQUÍ
Boris Pasternak: La ruptura: AQUÍ
Borís Pasternak: Epílogo 2: AQUÍ
Borís Pasternák: Festines: AQUÍ
Bibliografía poética:
El gemelo entre las nubes – 1914
Por encima de las barreras – 1917
Mi hermana la vida – 1922
El segundo nacimiento – 1932
En trenes de la mañana – 1943
La vastedad terrestre – 1945
Novela:
– Doctor Zhivago – 1957
– El salvoconducto (Autobiografía) – 1931
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