Lourdes. «Una Señora vestida de blanco»

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Lourdes. «Una Señora vestida de blanco»

» El jueves 11 de Febrero de 1858, el fuego se apaga en la chimenea porqué el día antes, habían vendido el último hato de leña para comprar algo de comida. Bernadette, que entonces cuenta 14 años, se va a buscar leña con su hermana Toinett y con una amiga, Jeanne Abadie.

Las chicas pasan sobre el Pont Vieux y luego por delante del molino de Savy. Siguen el canal que desemboca en el Gave a la altura de una gruta natural esculpida en la roca de Masabielle. Dentro ven un montón de leña seca. ¡Que suerte!, Toinett y Jeanne, se quitan los zuecos y atraviesan decididas el canal. Bernadette, que no quiere mojarse los pies, les pide ayuda a sus compañeras, pero no le hacen caso. Cuando empieza a descalzarse, un rumor, como «una ráfaga de viento», le hace levantar los ojos. Mirando hacia la gruta, ve «a una señora vestida de blanco». Asustada, coge su rosario. La aparición hace el signo de la Cruz; Bernadette la imita y se pone a rezar. Cuando la visión acaba, se reúne rápidamente con Toinett y Jeanne y las interroga:
– ¿Habéis visto algo?
– No, y tu… ¿que has visto?
– Si no habéis visto nada, yo tampoco.
Intrigada Toinett la acosa a preguntas y Bernadett cuenta lo que ha ocurrido, con la condición de que no lo repitan. Pero a su llegada «al calabozo» (lugar donde vivían los Soubirous), Toinett, no sabe callarse…»

LLegamos a Lourdes el sábadoa medió día, tras subir nuestras maletas y comer en el precioso Hotel Moderne, os eneñare las fotos en otra entrada, Carlos, con Emilio, Carmen y los niños cruzamos la Avenida que nos separaba del Santuario y fuimos a hacerle la primera visita a la la Virgen que en su Gruta estaba rodeada de cientos de peregrinos que cada día se reunen ante ese hermosísimo lugar de las Apariciones a Bernadette. A continuación nos dirigimos a una pequeña capilla, donde el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Monseñor Amigo y su inseparable Hermano Pablo, ya nos esperaban. Trás departir durante algunos minutos con nosotros, se revistió para oficiar una misa para la Hospitalidad de Sevilla y la Fundación del Padre Leonardo Castillo «Costaleros para un Cristo Vivo».  Tras hacer la fotografía de todo el grupo con D. Carlos en la Puerta de la Basílica de la Inmaculada fuimos a recorrer las empinadas y típicas calles de una ciudad asentada en plenos Pirineos, algunas de cuyas fotos podeis ver en una entrada anterior de este blog.

   Hay mucho más que contar de estos intensos 6 días, así es que amenazo con seguiros contando….