«Hoy dejo mi novia»
Lo voy a dejar con mi novia. Sí, me va a costar porque es inteligente, cariñosa, simpática… pero tiene un defecto que no puedo aguantar: está buenísima. No, con ella me pasa como con los relojes, yo prefiero uno de propaganda de All Bran de Kellogg’s que un Rolex de oro. Sí, porque con el de All Bran, la gente puede pensar que estoy estreñido !pero es que coño!, con el Rolex voy cagado… No, de verdad, de verdad. Estoy todo el día: «¿Y si me lo roban? ¿Y si me lo joden?» Pues lo mismo me pasa con mi novia.
Todo empezó un día en la discoteca, de repente la vi y pensé: «Joder, (si, soy sincero, eso es lo que pensé) parece mentira que esa tía y yo seamos de la misma especie. !Pero si a su lado yo parezco la rana Gustavo!». Y de repente se gira, me mira y me guiña un ojo. Que yo pensé: «!Que pena! Con lo buena que está y que tenga un tic…» Pero no, no, de repente se me acerca con los ojos bien abiertos y me dice:
─Hola, ¿estás solo?
Y yo:
─Pues… solo, solo… lo que se dice solo… sí
– ¿Salimos a la terraza a tomar algo?
Ya te he pillado. Ahora saldremos a la terraza, habrá una cámara oculta, estará Juan y Medio debajo del ficus y dirá: «!Inocente! !inocente!». Y me la cambiará por Javivi. Pero no, la verdad es que nos hicimos amigos, intimamos y cuando se despide me dice:
─Entonces, ¿me llamas mañana y tomamos un café?
─Vale…
Pero pensad en mi, que yo al día siguiente me levante, me miraba al espejo y pensaba: «Pero bueno, ¿qué habrá visto en mi que yo no veo? A lo mejor soy un intelectual y yo no me había dado cuenta… A lo mejor soy hijo de Julio Iglesias… ¿intentará cobrarme?»
Yo… la verdad es que nos hicimos novios, que claro, yo al principio flipaba. Decía: «!Con dos cojones Pablito! !Claro! !Pero si tu de cerca ganas mucho! Lo que pasa es que no se te habían acercado…» No, pero enseguida te das cuenta de que la cosa no es tan bonita. De entrada tus amigos se convierten en «amigos pívot». Si, si, «amigos pívot». Están esperando a que tu tengas un fallo para coger el rebote y encestar ellos.
A la calle no puedes salir con una tía buena. En cuanto pasas por una obra es como si hubieses apretado un botón: «¿A dónde vas Blancanieves? ¿Donde te has dejado a los otros enanitos que solo vas con uno?». Y el de al lado: «Mucho conejo para tan poca zanahoria». Claro, que tu aquí te cabreas. Se te sube la sangre a la cabeza, se te hincha la vena ya y, y… te callas. Hombre, claro, no te vas a enfrentar a unos tíos que llevan toda la vida tirando tabiques. No te vas a poner a razonar con ellos: «Oiga, por favor que… si es educación hombre. Que, que, que tiene novio… y a lo mejor está por aquí cerca». Pero lo peor, lo peor es ir de marcha. Entramos en la discoteca y ella se pone… es agotador. Ella se pone a bailar, no para, no para y tu allí con ella, no la vas a dejar con todos los tíos alrededor… Lo que pasa es que de repente te entran unas ganas terribles de mear, la miras así y dices: «!Bueno, a esta tía no se le acaban nunca las pilas!». Pues es como el conejito de Duracell: «dura y dura y dura». Y claro, tú no te puedes ir de ahí porque miras a los tíos y… dura… y dura… y dura.
Es que cuando mi chica entra en la discoteca es como cuando el rey entra en el congreso: todos los miembros se ponen firmes. Y claro, yo me planteo: «Pero Pablito… ¿realmente te compensa salir con esta chica?»
Claro que algunos de ustedes pensarán: «bueno tío, está el sexo». Pues tampoco. No, no, no. Sepan ustedes que salir con una tía buena arruina tu vida sexual. No, yo, antes de salir con ella aguantaba mis diez minutitos, postura misionero. Hombre, ahora en cuanto ella se quita el sujetador, ni misionero ni leches. Solo me da tiempo a decir: «Amen».
Y por eso estaba pensando en dejarlo, claro. Bueno, claro, la verdad es que es tan inteligente, ¿verdad? Tan cariñosa… !Vale! !Está buena! Todo el mundo tiene un defecto…
Desconozco el autor. Recibido en mi correo.
La fotografía es de Valery Kasmasov
No Comments