«Por el rey matar omnes, non llaman justiçiero,
ca sería nombre falso: más propio es carnicero…»
«Aquí Fabla De La Justicia»
La justicia, que es virtud atan noble e loada,
que castiga a los malos e la tierra ha poblada,
deven la guardar los reyes e ya la han olvidada
seyendo piedra preciosa de la su corona onrada.
Al rey que justicia amare, Dios siempre le ayudará,
e la silla de su regno con Él firme estará;
en el cielo comenzó e por sienpre durará:
desto el Señor cada día muchos enxienplos nos da.
Esta trae la unidat e verdat acompañada,
resplandece, como estrella en la tierra do es guardada;
el rey que la toviere ceñirá muy noble espada,
mas bien cate, si la oviere, que la tenga bien tenprada.
Muchos ha que por crüeza cuidan justicia fazer,
mas pecan en la manera, ca justicia deve ser
con toda su piedat e la verdat bien saber;
al fazer la execución siempre se debe doler.
Pedro Lopez de Ayala
Pero (o Pedro) López de Ayala
Nació en Vitoria, en 1332.
Fue poeta, historiador y estadista del Reino de Castilla.
Contaba con poco más de 20 años, cuando entró al servicio del rey Pedro I de Castilla, «el Justiciero» por el pueblo y «El Cruel» por los nobles.
De una gran cultura, poco habitual en la época, aparte de la Biblia, conocía las obras de: Tito Livio, Valerio Máximo, San Agustín, Boecio, San Gregorio, San Isidoro, Egidio Romano, Vegecio, Boccaccio y alguna de las versiones de la Estoria de España de Alfonso X «el Sabio». Conocía además las colecciones jurídicas de su tiempo, como Juan Andrés, Giovanni Andrea, el Decreto de Graciano.
Escribió asimismo las crónicas de los reinados de Pedro I de Castilla, Enrique de Trastámara (Enrique II de Castilla) y Juan I de Castilla, y una que quedó incompleta del reinado de Enrique III de Castilla, recogidas todas bajo el título de Historia de los reyes de Castilla.
Tradujo las obras de algunos autores de la Antigüedad, como Tito Livio (las primeras Décadas), y de filósofos como Boecio (De consolatione philosophiae) y de autores más modernos, como San Isidoro (De summo bono), San Gregorio Magno (Morales) o incluso contemporáneos (Guido da Colonna, Crónica troyana) y Boccaccio (Caída de príncipes).
Murió en Calahorra, La Rioja, en 1407
*La imagen es una representación de Dioniso guiando a las Horas. Relieve romano de la época imperial.
En la mitología griega, las Horas eran originalmente las personificaciones o diosas del orden de la naturaleza y de las estaciones, aunque más tarse, fueron consideradas como diosas del orden en general y de la justicia.
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