Refranero y Frases.

Epícteto de Frigia: Sus frases

julio 13, 2014

«Sólo el hombre culto es libre.»

Epícteto de Frigia

Algunas de sus frases y máximas:

Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado.

Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.

Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa.

Cuando estés de noche en tu habitación, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo.

Cuando sea llegada mi hora, moriré; pero moriré como debe morir un hombre que no hace más que devolver lo que se le confió.

De todas las cosas del mundo, unas dependen de nosotros y otras no. Dependen de nosotros nuestros juicios y opiniones, nuestros movimientos, nuestros deseos y nuestras aversiones: en una palabra, todos nuestros actos.
Las que no dependen de nosotros son: el cuerpo, los bienes materiales, la reputación, las dignidades y honores: en una palabra, todas aquellas cosas que no entran en el círculo de nuestros propios actos. Las cosas que dependen de nosotros son libres por su misma naturaleza; nada puede detenerlas ni levantar ante ellas obstáculos. En cambio, las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, sujetas a mil contingencias e inconvenientes y extrañas por completo a nosotros.

El alma es como una ciudad sitiada: detrás de sus muros resistentes vigilan los defensores. Si los cimientos son fuertes, la fortaleza no tendrá que capitular.

El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.

El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer.

El exceso de cólera engendra la locura.

El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos.

El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos.

El origen de la filosofía es percatarse de la propia debilidad e impotencia.

El que empieza a instruirse en la filosofía de todo se echa la culpa a sí mismo.

El que tiene suerte, encuentra en el yerno un hijo; el que no la tiene, pierde una hija.

El sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su calor. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore.

En la prosperidad es muy fácil encontrar amigos, en la adversidad no hay nada más difícil.

En las desgracias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas.

Engrandecerás a tu pueblo no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.

Es más difícil que una persona rica sea modesta a que una persona modesta sea rica.

¿He de preocuparme por el lugar en que me halle o por los compañeros que tenga o por lo que ellos digan de mí? De ninguna manera. Por el contrario, ¿no deberá esforzarse todo mi ser por seguir a Dios, sus leyes y mandamientos?.

Filosofar es esto: examinar y afinar los criterios.

La envidia es el adversario de los más afortunados.

La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues consiste en ser libre.

La fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte.

La prudencia es el más excelso de todos los bienes.

La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.

La vida es demasiado corta, y tienes cosas importantes que hacer.

Lo que inquieta al hombre no son las cosas, sino las opiniones acerca de las cosas.

Lo que tú evitas sufrir no lo hagas sufrir a otros.

Los cuervos arrancan los ojos a los muertos cuando ya no les hacen falta; pero los aduladores destruyen las almas de los vivos cegándoles los ojos.

Los hombres no se perturban por las cosas sino por la opinión que tienen de éstas.

Los placeres raros son los que más nos deleitan.

Ninguna persona es libre si no es su propio amo.

No es la pobreza la que aflige, sino la avaricia; así como no son las riquezas las que preservan de todo temor, sino la razón.

No está en nuestras manos el ser ricos, pero sí el ser felices. Además, las riquezas no son siempre un bien, sobre que suelen ser poco duraderas.En cambio, la felicidad que proviene de la sabiduría dura siempre.

No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.

No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.

No se llega a campeón sin sudar.

No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir sino lo que nos decimos sobre estas cosas.

Oh, Dios, hágase de mí tu voluntad. Mi parecer se identifica con el tuyo. Te pertenezco. No pido dispensa de nada que a tus ojos aparezca bueno. Llévame adonde quieras, vísteme con el traje que quieras…

Para alcanzar la libertad sólo hay un camino: el desprecio de las cosas que no dependen de nosotros.

Porque el dolor y la muerte no son terribles, sino el miedo al dolor o a la muerte.

Primero descubre lo que quieres ser; luego haz lo que tengas que hacer.

Puedes ser invencible si nunca emprendes combate de cuyo regreso no estés seguro y sólo cuando sepas que está en tu mano la victoria.

¿Qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de oírte? Pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus enemigos.

¿Quieres dejar de pertenecer al número de esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho. Arístides, Epaminondas y Licurgo fueron llamados el justo, el libertador y el dios, respectivamente, no porque poseyeran muchas riquezas y muchos esclavos, sino porque, aún siendo pobres, dieron la libertad a Grecia.

Recuerda que no eres aquí sino el actor de un drama, el cual será breve o largo según la voluntad del poeta.

Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.

Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti.

Si quieres ser bueno, cree primero que eres malo.

Si te dicen que alguien habló mal de ti, no te defiendas, sino di: parece que no conoce mis otros defectos porque, si no, no habría mencionado solamente ésos.

Sobre todo, no hablemos jamás de los hombres para denigrarlos, ensalzarlos o compararlos.

Toda la filosofía se basa en dos palabras: sustentarse y abstenerse.

Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no.

Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.

Epícteto de Frigia

Epícteto nació en Hierápolis de Frigia, Grecia, en el año 55
Murió en Nicópolis, en 135.
Filósofo de la Escuela Estoica, vivió parte de su vida como esclavo en Roma.
No dejó obra escrita, aún así de sus enseñanzas se conservan un Enchyridion o «Manual», y unos «Discursos», que fueron editados por su discípulo Flavio Arriano.

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  • Reply Bitacoras.com marzo 12, 2012 at 6:49 pm

    Información Bitacoras.com…

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