«Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos…»
GC
«Horas alegres que pasáis volando…»
Horas alegres que pasáis volando
porque a vueltas del bien mayor mal sienta;
sabrosa noche que en tan dulce afrenta
el triste despedir me vas mostrando;
importuno reloj que, apresurando
tu curso, mi dolor me representa;
estrellas con quien nunca tuve cuenta,
que mi partida vais acelerando;
gallo que mi pesar has denunciado,
lucero que mi luz va oscureciendo,
y tú, mal sosegada y moza Aurora,
si en voz cabe dolor de mi cuidado,
id poco a poco el paso deteniendo,
si no puede ser más, siquiera una hora.
Gutierre de Cetina
Nació en Sevilla en 1520.
Poeta renacentista perteneciente al Siglo de Oro español.
Durante largo tiempo residió en Italia, en donde fue soldado a las órdenes de Carlos I.
Durante ese tiempo entró en contacto con la obra de Petrarca que ejercería sobre él una gran influencia, como lo harían igualmente las del valenciano Ausiàs March y Garcilaso de la Vega.
En 1554 regresó a España y en 1556 marchó a México, con su tío Gonzalo López, que iba a ocupar el cargo de contador general. Allí se enamoró de Leonor de Osma, siendo herido de muerte en 1557 bajo su ventana por un rival celoso.
*El retrato de Gutierre de Cetina es un dibujo de Francisco Pacheco.
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