«… Se abrirán paso las manos —yesca de estrellas,
centella de sal marina que la luz acumula—…
PG
«El corazón olvido»
Pasarán las nubes que jamás pasaron,
y comenzarán los canalones altos
a verter en los pozos
—agua y madera
de un fagot sorprendido—
el sonido prendido de una escala de luz.