Poesia

Leopoldo Lugones: Elegía crepuscular

agosto 9, 2011

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«No temas al otoño, si ha venido.
Aunque caiga la flor, queda la rama.
La rama queda para hacer el nido…»

«Elegía crepuscular»

Desamparo remoto de la estrella,
hermano del amor sin esperanza,
cuando el herido corazón no alcanza
sino el consuelo de morir por ella.

Destino a la vez fútil y tremendo
de sentir que con gracia dolorosa
en la fragilidad de cada rosa
hay algo nuestro que se está muriendo.

Ilusión de alcanzar, franca o esquiva,
la compasión que agonizando implora,
en una dicha tan desgarradora
que nos debe matar por excesiva.

Eco de aquella anónima tonada
cuya dulzura sin querer nos hizo
con la propia delicia de su hechizo
un mal tan hondo al alma enajenada.

Tristeza llena de fatal encanto,
en el que ya incapaz de gloria o de arte,
sólo acierto, temblando, a preguntarte
¡qué culpa tengo de quererte tanto!

Heroísmo de amar hasta la muerte,
que el corazón rendido te inmolara,
con una noble sencillez tan clara
como el gozo que en lágrimas se vierte.

Y en lenguaje a la vez vulgar y blando,
al ponerlo en tus manos te diría:
no sé cómo no entiendes, alma mía,
que de tanto adorar se está matando.

«¿Cómo puedes dudar, si en el exceso
de esta pasión, yo mismo me lo hiriera,
sólo porque a la herida se viniera
toda mi sangre desbordada en beso?»

Pero ya el día, irremediablemente,
se va a morir más lúgubre en su calma:
y más hundida en soledad mi alma,
te llora tan cercana y tan ausente.

Trágico paso el aposento mide….
Y al final de la alameda oscura,
parece que algo tuyo se despide
en la desolación de mi ternura.

Glorioso en mi martirio, sólo espero
la perfección de padecer por ti.
Y es tan hondo el dolor con que te quiero,
que tengo miedo de quererte así.

Leopoldo Lugones

Leopoldo Lugones nació en Villa de María del Río Seco, Córdoba, Argentina, el 13 de junio de 1874.
Fue poeta, ensayista, periodista y político.
Su actividad literaria y política comenzó Córdoba, al acceder como periodista en El Pensamiento Libre, publicación considerada atea y anarquista, participando así mismo en la fundación del primer centro socialista de la ciudad. En ese tiempo publicó su poesía bajo el seudónimo de Gil Paz.
Posteriormente, se traslada a Buenos Aires, donde se unió al grupo socialista que integraban, entre otros escritores, José Ingenieros, Alberto Gerchunoff, Manuel Baldomero Ugarte y Roberto Payró. En este tiempo conoció a Rubén Darío que tendría una gran influencia en su poesía.
En 1915 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de Maestros, cargo que ocupó hasta su muerte.
En 1926 recibió el Premio Nacional de Literatura y en 1928 presidió la Sociedad Argentina de Escritores.
El 18 de febrero de 1938 se quitó la vida ingiriendo una mezcla de whisky y cianuro.

También de Leopoldo Lugones en este blog:

«Leopoldo Lugones: La blanca soledad»: AQUÍ

«Leopoldo Lugones: Holocausto»: AQUÍ

«Leopoldo Lugones: Elegía crepuscular»: AQUÍ

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No Comments

  • Reply Bitacoras.com agosto 9, 2011 at 10:02 pm

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: “No temas al otoño, si ha venido. Aunque caiga la flor, queda la rama. La rama queda para hacer el nido…” “Elegía crepuscular” Desamparo remoto de la estrella, hermano del amor sin esperanza, cuando el herido cora……

  • Reply Recordando a Leopoldo Lugones: La blanca soledad | Trianarts junio 13, 2014 at 2:07 am

    […] “Leopoldo Lugones: Elegía crepuscular”: AQUÍ […]

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