[…] Me dan ganas de hablarte del campo.
Mis cabellos los cogí al centeno;
átalos a un dedo si quieres,
que dolor no siento ninguno…
SY
Mi recuerdo al poeta ruso en el aniversario de su marcha.
«Una luna vaga y enfermiza…»
Un dolor de llanuras sin fin
y una luna vaga y enfermiza,
fue lo que vi en mi loca juventud,
lo que queriendo tanto, maldecía.
Por los caminos, sauces marchitos
y el canto de las ruedas de los carros.
Yo por nada del mundo quisiera
volver otra vez a escucharlos.
Las chozas ya no me conmueven,
el fuego del hogar he aborrecido,
y al manzano, de nieve en abril,
viendo el campo yermo, le perdí el cariño.
Ahora en otras cosas pongo mi esperanza.
A la claridad de esta luna tísica,
a través de la piedra y del acero,
veo el renacer de la tierra mía.
¡Rusia campesina, basta de arrastrarse
con viejos arados por todos los campos!
Cuando te contemplan olmos y abedules,
al verte tan pobre, se ahogan en llanto.
No sé qué luz nueva me traerá el destino;
aún está por ver qué valgo en la vida.
Sin embargo, ansío ver como de acero
a esta tierra mía, tan triste y tan mísera.
Cuando siento rugir a los motores
entre la nieve y las tormentas,
yo por nada del mundo querría
volver a escuchar las carretas.
Serguéi Yesenin
Recogido en: Antología de la poesía soviética.
Traducción de: Agustín Argüelles
Ediciones Jucar, Barcelona, 1974.
Serguéi Alexándrovich Yesenin nació en Riazán, Rusia, el 21 de septiembre de 1895.
En 1921 conoció a la bailarina Isadora Duncan, se casó con ella el 2 de mayo de 1922, ambos viajaron por Europa occidental y Estados Unidos.
Regresó a su país en mayo de 1923, ya con serios problemas de alcoholismo y lleno de nostalgia por Rusia, se divorciaría de la Duncan poco después.
Contraería un nuevo matrimonio en 1924, enlace que apenas duraría unos meses, con Sofía Andréyevna Tolstáya, nieta de León Tolstói.
Su poesía, fue censurada y calificada de decadente por los estalinistas.
Se suicidó ahorcándose en una habitación del hotel Angleterre de Leningrado, el 28 de diciembre de 1925.
También de Sergey Esenin en este blog:
«Serguéi Yesenin: Una luna vaga y enfermiza…»: AQUÍ
«Serguéi Yesenin: Sin lamentos»: AQUÍ
«Serguéi Yesenin: Confesión de un golfo»: AQUÍ
«Sergéi Yesenin: Estoy cansado de vivir en mi tierra…»: AQUÍ
«Sergei Ysenin: El canto de la perra»: AQUÍ
«Sergey Yesenin: Hasta pronto amigo mío…»: AQUÍ
«Sergei Yesenin: Carta a una mujer»: AQUÍ
«Sergey Esenin: Ya nos vamos marchando poco a poco…»: AQUÍ
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