«Tristes somos aquellos que no hemos nacido de los dioses»
Recordando a Gabriela Mistral en el aniversario de su nacimiento.
«La flor del aire»
A Consuelo Saleva
Yo la encontré por mi destino,
de pie a mitad de la pradera,
gobernadora del que pase,
del que le hable y que la vea.
Y ella me dijo: -”Sube al monte.
Yo nunca dejo la pradera,
y me cortas las flores blancas
como nieves, duras y tiernas.”
Me subí a la ácida montaña,
busqué las flores donde albean,
entre las rocas existiendo
medio dormidas y despiertas.
Cuando bajé, con carga mía,
la hallé a mitad de la pradera,
y fui cubriéndola frenética,
con un torrente de azucenas.
Y sin mirarse la blancura,
ella me dijo: “Tú acarrea
ahora sólo flores rojas.
Yo no puedo pasar la pradera.”
Trepé las peñas con el venado,
y busqué flores de demencia,
las que rojean y parecen
que de rojez vivan y mueran.
Cuando bajé se las fui dando
con un temblor feliz de ofrenda,
y ella se puso como el agua
que en ciervo herido se ensangrienta.
Pero mirándome, sonámbula,
me dijo: “Sube y acarrea
las amarillas, las amarillas.
Yo nunca dejo la pradera.”
Subí derecho a la montaña
y me busqué las flores densas,
color de sol y de azafranes,
recién nacidas y ya eternas.
Al encontrarla, como siempre,
a la mitad de la pradera,
segunda vez yo fui cubriéndola,
y la dejé como las eras.
Y todavía, loca de oro,
me dijo: -”Súbete, mi sierva,
y cortarás las sin color,
ni azafranadas ni bermejas”
“Las que yo amo por recuerdo
de la Leonora y la Ligeia,
color del Sueño y de los sueños.
Yo soy Mujer de la pradera.”
Me fui ganando la montaña,
ahora negra como Medea,
sin tajada de resplandores,
como una gruta vaga y cierta.
Ellas no estaban en las ramas,
ellas no abrían en las piedras
y las corté del aire dulce,
tijereteándolo ligera.
Me las corté como si fuese
la cortadora que está ciega.
Corté de un aire y de otro aire,
tomando el aire por mi selva…
Cuando bajé de la montaña
y fui buscándome a la reina,
ahora ella caminaba,
ya no era blanca ni violenta;
Ella se iba, la sonámbula,
abandonando la pradera,
y yo siguiéndola y siguiéndola
por el pastal y la alameda.
Cargada así de tantas flores,
con espaldas y mano aéreas,
siempre cortándolas del aire
y con los aires como siega…
Ella delante va sin cara;
ella delante va sin huella,
y yo la sigo todavía
entre los gajos de la niebla,
Con estas flores sin color,
ni blanquecinas ni bermejas,
hasta mi entrega sobre el límite,
cuando mi Tiempo se disuelva…
«Decálogo del artista»
I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.
III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella.
VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.
VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.
VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.
IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.
X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que es la Naturaleza.
En «Desolación», 1922.
Gabriela Mistral
Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga (Gabriela Mistral), nació en Vicuña, Chile, el 7 de abril de 1889.
Poetisa, pedagoga, diplomática y feminista.
Fue Premio Nobel de Literatura en 1945, siendo la primera persona de América Latina en obtenerlo.
Murió en Nueva York, el 10 de enero de 1957.
Tambien de Gabriela Mistral en este blog:
«Gabriela Mistral: Ausencia»: AQUÍ
«Gabriela Mistral: Desolación»: AQUÍ
«Gabriela Mistral: Besos»: AQUÍ
«Gabriela Mistral: Los sonetos de la muerte, de Desolación»: AQUÍ
«Gabriela Mistral, In memoriam: La flor del aire»: AQUÍ
Bibliografía:
Desolación – 1922.
Ternura. Canciones de niños – 1924.
Nubes blancas: poesías, y La oración de la maestra – 1930.
Antología, selección de la autora – 1941.
Los sonetos de la muerte y otros poemas elegíacos – 1952.
Lagar – 1954.
Recados, contando a Chile – 1957.
Publicaciones póstumas:
Desolación, Ternura, Tala y Lagar (Antología) – 1957.
Poema de Chile (Revisado por Doris Dana) – 1968.
Magisterio y niño – 1979
Lagar II – 1991
Antología mayor, 4 tomos – 1992.
Gabriela Mistral esencial. Poesía, prosa y correspondencia – 2007.
Almácigo – Poemas inéditos – 2009.
Baila y sueña. Rondas y canciones de cuna inéditas – 2012.
Caminando se siembra – Prosas inéditas – 2013.
Poema de Chile – 2013.
*La fotografía es del desierto de Atacama en primavera. Desconozco su autor.
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