Luis Tristán: El manierismo en el Siglo de Oro español

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Luis Tristán

Luis Tristán de Escamilla, igualmente conocido como Luis de Escamilla o Luis Rodríguez Tristán, nació en Toledo, hacia 1585.
Sin duda fue uno de los más brillantes y prolíficos representantes de los pintores toledanos en los inicios del siglo XVII, practicó el manierismo dentro del Siglo de Oro español.

Aparece como ayudante de Domenico Teotocopulos, «El Greco» en 1603, con el que permaneció hasta 1606.

En 1606 viajó a Italia, y según la biografía realizada por Jusepe Martinez, este viaje lo realizó en compañía de José de Ribera. Permaneció en Roma durante el pontificado de Pablo V, y se le sitúa de vuelta en Toledo en 1613, donde viviría y trabajaría el resto de su vida.

Se ocupó de los numerosos encargos que recibía en la ciudad y su provincia y se sabe de su gran amistad con el hijo de su maestro, Jorge Manuel Theotocópuli, colaborando con él en varias de sus obras.

En su estilo, ecléctico y cambiante, debido posiblemente a su formación hispano-italiana, se ve de forma clara, en toda su carrera, la influencia de «El Greco», fundamentalmente en el alargamiento de sus figuras, aunque menos estilizadas y más inestables. Dio a sus composiciones un tono de áspera gravedad, usando gamas terrosas sobre las que brillan toques de intensos y luminosos colores.

Así mismo se le vincula también al naturalismo caravaggista, que estaba en pleno auge durante su estancia en Roma, en lo que no se puede considerar evolución, si no que el artista se inclinaba hacia una u otra tendencia dependiendo del tema o del momento, sin poderse precisar si estos cambios son por decisión propias o por los requerimientos de sus clientes.

Otra de sus influencias le vienen de su estudio de temas venecianos, aunque la más clara de todas le vienen de la obra que Maíno, había dejado en la ciudad imperial, sobre todo del «Retablo de las Cuatro Pascuas» en la iglesia de San Pedro Mártir, en el que se puede apreciar la huella del naturalismo romano que Maíno enriqueció con un suntuoso colorido.

Estas influencias se pueden ver reflejadas en la que es considerada su obra maestra, un conjunto realizado en 1616 para la iglesia parroquial de Yepes, Toledo, del que se pueden ver en el Museo del Prado de Madrid dos piezas, «Santa Mónica» y «La Magdalena». Además de estas dos, la pinacoteca madrileña alberga otras seis telas, una de ellas de dudosa atribución.

La temática de su obra, exceptuando sus retratos de un magnífico realismo, como el «Anciano»,»El Calabrés» y «El Cardenal Sandoval», entre otros, dedicó su carrera a la pintura religiosa.

Murió en Toledo, en 1624.
Además del Prado y de las obras conservadas en Toledo, el Museo de Bellas Artes de Sevilla posee varias de sus obras, así mismo está representado entre otros museos importantes del mundo, como el Louvre de París y  L’Hermitage de San Petersburgo.

 *Entrada publicada el 25 de enero de 2013. Ha sido actualizada y ampliada el 12 de septiembre de 2014.