Poesia

Manuel Machado: Cante Hondo

agosto 29, 2009

Manuel Machado

Le recordamos hoy en el aniversario de su nacimiento con algunos de sus poemas:

 «Cantares».

Vino, sentimiento, guitarra y poesía
hacen los cantares de la patria mía.
Cantares…
Quien dice cantares dice Andalucía.

A la sombra fresca de la vieja parra,
un mozo moreno rasguea la guitarra…
Cantares…
Algo que acaricia y algo que desgarra.

La prima que canta y el bordón que llora…
Y el tiempo callado se va hora tras hora.
Cantares…
Son dejos fatales de la raza mora.

No importa la vida, que ya está perdida,
y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?…
Cantares…
Cantando la pena, la pena se olvida.

Madre, pena, suerte, pena, madre, muerte,
ojos negros, negros, y negra la suerte…
Cantares…
En ellos el alma del alma se vierte.

Cantares. Cantares de la patria mía,
quien dice cantares dice Andalucía.
Cantares…
No tiene más notas la guitarra mía.

«Cante Hondo»

todos nos han cantado
en una noche de juerga
coplas que nos han matado…

Corazón, calla tu pena;
a todos nos han cantado
en una noche de juerga.

Malagueñas, soleares
y seguiriyas gitanas…
Historias de mis pesares
y de tus horitas malas.

Malagueñas, soleares
y seguiriyas gitanas…

Es el saber popular,
que encierra todo el saber:
que es saber sufrir, amar,
morirse y aborrecer.

Es el saber popular,
que encierra todo el saber.

«Soleariyas»

Llorando, llorando,
nochecita oscura, por aquel camino
la andaba buscando.

Conmigo no vengas…
Que la suerte mía por malitos pasos,
gitana me lleva.

¡Mare del Rosario,
cómo yo guardaba el pelito suyo
en un relicario!

¡Qué le voy a hacer…!
Yo te he querío porque te he querío
y te he olvidao porque te olvidé.

Toíto se acaba:
la salú, la alegría, el dinero
y la buena cara.

Yo no sé olvidar…
Yo no sé más que quererte hoy mucho
y mañana más.

Esta agüita fresca…
¡Cómo la tengo en los propios labios
y no puó beberla!

Perdona por Dios…
que otra gitana se llevó las llaves
de mi corazón.

¡Qué gustiyo grande
que las cositas qu tú y yo sabemos
no las sepa nadie!

Eres como el sol:
cuando tú vienes se hace de día
en mi corazón.

No temo a la muerte,
serrana del alma, por perder la vía,
sino por perderte.

Siéntate a mi vera…,
dame la mano, hermanita mía,
cuéntame tus penas.

Tiene mi chiquilla
los ojitos negros más negros y grandes
que he visto en mi vida.

Que no quieres verme…
De día y de noche, dormía y despierta,
me tienes presente.

«La toná de la fragua»

(Seguiriyas gitanas)

Mi pena es mu mala,
porque es una pena que yo no quisiera
que se me quitara.

Vino como vienen,
sin saber de dónde,
el agua a los mares, las flores a mayo,
los vientos al bosque.

Vino, y se ha quedado
en mi corazón,
como el amargo en la corteza verde
del verde limón.

Como las raíces
de la enredadera,
se va alimentando la pena en mi pecho
con sangre e mis venas.

Yo no sé por dónde,
ni por dónde no,
se me ha liao esta soguita al cuerpo
sin saberlo yo.

Pensamiento mío,
¿adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías,
que no pués entrar.

A pasar fatigas
estoy ya tan hecho
que las alegrías se me vuelven penas
dentro de mi pecho.

Mare de mi alma,
la vía yo diera
por pasar esta noche de luna
con mi compañera.

A la vera tuya
no puedo volver…
¡Cómo por unas palabritas locas
se pierde un querer!

Yo voy como un ciego
por esos caminos.
Siempre pensando en la penita negra
que llevo conmigo.

Ya se han acabado
los tiempos alegres.
Las florecitas que hay en tu ventana
para mí no huelen.

Desde que te fuiste,
serrana, y no vuelves,
no sé qué dolores son estos que tengo,
ni dónde me duelen.

Esta cadenita,
mare, que yo llevo,
con los añitos que pasan, que pasan,
va criando hierro.

Los bienes son males,
los males son bienes…
Las mis alegrías, ¡cómo se me han vuelto
fatigas de muerte!

Toíta la tierra
la andaré cien veces,
y volveré a andarla pasito a pasito,
hasta que la encuentre.

Se quebró el jarrito
pintao del querer.
¡Cómo plateros ni artistas joyeros
lo puen componer!

La prueba del frío,
la prueba del fuego…
¡Cómo ha salido mi corasonsiyo
del mejor acero!

Yo corté una rosa
llenita de espinas…
Como las rosas espinitas tienen,
son las más bonitas.

El cristal se rompe
del calor al frío,
como se ha roto de alegría y pena
mi corasonsiyo.

Yo sentí el crujío
del cristalito fino que se rompe
del calor al frío.

Maresita’r Carmen,
guiarme los pasos,
pa que me aparte de la mala senda
que vengo pisando.

Las que se publican
no son grandes penas.
Las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas.

Rosita y mosquetas,
claveles y nardos,
en sus andares la mi compañera
los va derramando.

Negra está la noche,
sin luna ni estrellas…
A mí me alumbraban los ojitos garzos
de mi compañera.

La persona tuya
es lo que yo quiero.
Tenerte en mis brazos, mirarme en tus ojos
y comerte a besos.

En los caracoles,
mare, de tu pelo,
se me ha enredado el alma, y la vida,
y el entendimiento.

Horas de alegría
son las que se van…
Que las de pena se quedan y duran
una eternidad.

Cuéntame tus penas,
te diré las mías…
Verás cómo al rato de que estemos juntos
todas se te olvidan.

Estando contigo,
que vengan fatigas…
Puñalaítas me dieran de muerte,
no las sentiría.

La quiero, la quiero,
¿qué le voy a hacer?…
Para apartarla de mi pensamiento
no tengo poder.

¡Vaya un amaguito
tan dulce que tienen
los ojos azules que tanto me gustan…,
que tanto me ofenden!

Sin verte de día,
serrana, no vivo…
Y luego, a la noche, me quitas el sueño,
o sueño contigo.

Compañera mía,
tan grande es mi pena
que el sol, cuando sale, con tanta alegría
no me la consuela.

¡Mírame, gitana,
mírame, por Dios!
Con la limosna de tus ojos negros
me alimento yo.

«Ars moriendi»

I

Morir es… Una flor hay, en el sueño
—que, al despertar, no está ya en nuestras manos—,
de aromas y colores imposibles…
Y un día sin aurora la cortamos.
II

Dichoso es el que olvida
el porqué del viaje
y, en la estrella, en la flor, en el celaje,
deja su alma prendida.

III

Y yo había dicho: «¡Vive!»
Es decir: ama y besa,
escucha, mira, toca,
embriágate y sueña…

Y ahora suspiro: «¡Muérete!»
Es decir: calla, ciega,
abstente, para, olvida,
resígnate… y espera.

IV

Era un agua que se secó,
un aroma que se esfumó,
una lumbre que se apagó…

Y ya es sólo la aridez,
la insipidez,
la hez…

V

La Vida se aparece como un sueño
en nuestra infancia… Luego despertamos
a verla, y caminamos
el encanto buscándole risueño
que primero soñamos;
… y, como no lo hallamos,
buscándolo seguimos,
hasta que para siempre nos dormimos.

VI

¡Y Ella viene siempre! Desde que nacemos,
su paso, lejano o próximo, huella
el mismo sendero por donde corremos
hasta dar con Ella.

VII

Lleno estoy de sospechas de verdades
que no me sirven ya para la vida,
pero que me preparan dulcemente
a bien morir…

VIII

Mi pensamiento, como un sol ardiente,
ha cegado mi espíritu y secado
mi corazón …

IX

El cuerpo joven, pero el alma helada,
sé que voy a morir, porque no amo
ya nada.

Manuel Machado Ruíz

Manuel Machado Ruíz, nació en Sevilla, el 29 de Agosto de 1874
Hermano de Antonio Machado fue uno de los más destacados representantes del modernismo español y de trayectorias paralelas.
Al igual que Antonio heredó de su padre el amor por el «autentico carácter popular andaluz» y junto a él y a su familia nació y vio transcurrir su infancia en el Palacio de Dueñas en unas habitaciones que tenían alquiladas a la Casa Ducal de Alba, y aunque en algunas biografías se sostiene que su padre era administrador de dicha casa ducal, no se ha podido demostrar. Cuando tenía 9 años se traslada con toda su familia a Madrid, dado que el abuelo paterno había conseguido una cátedra en la Universidad Central.
Allí se licenciarían los hermanos en Filosofía y letras y muy esporádicamente volvieron a Sevilla, aunque Andalucía siempre un referente vivo y nostálgico, dado el profundo amor hacía la tierra que les vio nacer.
Murió en Madrid, 19 de Enero de 1947.

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No Comments

  • Reply Bitacoras.com agosto 29, 2009 at 4:33 pm

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Manuel Machado. Sevilla 29 de Agosto de 1874-Madrid, 19 de Enero de 1947. Hermano de Antonio Machado fue uno de los más destacados representantes del modernismo español y de trayectorias paralelas.   Al igual que Antonio here…..

  • Reply Poema del día: El querer de Manuel Machado Ruiz | Trianarts agosto 19, 2011 at 10:19 pm

    […] Manuel Machado Ruiz Nació en Sevilla, el 29 de agosto de 1874 Murió en Madrid, el 19 de enero de 1947 Compartelo…: […]

  • Reply Recordando a Manuel Machado: El Querer | Trianarts enero 19, 2012 at 11:42 pm

    […] Manuel Machado: Sevilla, 29 de agosto de 1874: AQUÍ […]

  • Reply Mi recuerdo a Manuel Machado: Retrato - Trianarts agosto 28, 2015 at 11:59 pm

    […] “Manuel Machado: Cantares”: AQUÍ […]

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