«…Toma, cariño, mis harapos
que fueron un dulce cuerpo.
Lo he destrozado, lo he gastado,
sólo quedan las dos alas…»
MT
Recuerdo hoy a una de las grandes poetas rusas que no pudo soportar el sufrimiento de ver morir cruelmente a su marido y sus hijos y se suicidó un día como hoy de 1941.
«Es sencilla mi ropa…»
Es sencilla mi ropa,
pobre mi hogar.
¡Soy una isleña
de islas remotas!
¡Nadie me hace falta!
si entras -pierdo el sueño.
Por calentarle la cena a un Extraño
quemaría mi casa.
Si me miras -ya nos conocemos,
si entras -¡quédate a vivir!
Es sencillo nuestro fuero,
está escrito en la sangre.
En la palma de la mano tendremos
la luna, si nos place.
Si te vas -es como si no existieras,
y como si tampoco yo existiera.
Miro la marca del cuchillo:
¿sanará antes
de que venga otro extraño
a pedirme agua?
Marina Tsvetáyeva
Traducción de Severo Sarduy
Marina Ivanovna Tsvetaeva nació en Moscú, Rusia, el 8 de octubre de 1892.
Hija del fundador del Museo Pushkin de Moscú Iván Tsvetáiev, tuvo que exiliarse en Praga en 1922, y más tarde en Francia, en 1925, después de la revolución rusa, junto a su marido, un oficial del ejército imperial.
Vivió 14 años en Francia, desdichada y muy triste, tenía dos hijas, Irina y Ariadna, y un hijo, Gueorgui.
Volvió a la Unión Soviética para reunirse con su marido Serguéi Efrón, quien había regresado a Rusia con su hija, en 1939, pero en el mismo año su marido y su hija fueron arrestados, Serguéi fue fusilado en 1941 y Ariadna fue liberada en 1955.
Condenada al ostracismo por las autoridades soviéticas, no pudo encontrar vivienda ni trabajo. Era tan pobre que su hija Irina tuvo que ir a un orfanato, donde moriría de hambre.
Al comienzo de la Gran Guerra, Marina fue evacuada a Yelábuga, Tartaristán, donde se ahorcó, el 31 de agosto de 1941, tenía sólo 48 años de edad.
Su rehabilitación literaria empezó en los años 1960. Su poesía proviene de lo más profundo de su personalidad, de su excentricidad y de su uso muy preciso del idioma.
Se la sitúa a la altura de Boris Pasternak, Anna Ajmátova y Ósip Mandelshtam.
Su correspondencia cruzada con Pasternak y Rainer María Rilke (sólo publicables desde 1979) nos da la media de su personalidad, su fuerza especial y la atracción de todo tipo que ella ejerció.
También de Marina Tsvetaeva en este blog:
«Marina Tsvetáeva: A los fiscales de la literatura»: AQUÍ
«Marina Tsvetáeva: Cabello gris»: AQUÍ
«Marina Tsvetaeva: A Boris Pasternak»: AQUÍ
«Marina Tsvetaeva: A ti, dentro de un siglo»: AQUÍ
«Marina Tsvetáyeva: Es sencilla mi ropa…»: AQUÍ
«Marina Tsvetáyeva: Es sencilla mi ropa…»: AQUÍ
«Marina Tsvetáyeva: Poema del fin»: AQUÍ
«Marina Tsvietáieva: La Carta»: AQUÍ
«Marina Tsvetaeva: Regreso del líder»: AQUÍ
«Marina Tsvetáeva: Cabello gris»: AQUÍ
*Ilyá Kamínsky en su libro «Bailando en Odesa” le dedicó este poema: «Marina Tsvietáieva»: AQUÍ
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