«Mucho más que tú mismo durarán tus palabras.
Ningún derecho tienes, por siglo o por carácter,
a hacerlas más sombrías, ofuscadas o tristes…»
AT
El poeta leonés cumple hoy años…
«Calleja de los olmos»
SOLITARIA y sombría entre paredes
de piedra y olivares apartados
de la humana asamblea, intransitada
a cualquier hora, siempre, a mediodía,
cuando el sol la emblanquece polvorienta
o en las oscuras noches que se pierde
como otra sombra más de lo que es sombra,
mi apartada calleja que transcurre
entre lagares viejos y arruinados
cortijos que no pueden ni siquiera
cobijar al mendigo vagabundo
o a ese loco infeliz que hay extraviado
como un perro de nadie en los caminos,
mi tranquila calleja, mi segmento
de universales sueños, mi cordel
de un simbólico arco que se tensa
mirándolo, mi pobre río seco
lleno de piedras secas y aristadas
que levantó no el paso jornalero
ni las caballerías, sino ciegos
torrentes en invierno y los rigores
de abrasivos veranos, mi calleja
que hace siglos llamaron de los olmos
porque los hombres antes acertaban
a nombrar con fortuna cada cosa,
caprichosa de curvas y andadera,
sombreadas de olmos sus orillas
que tendían sus brazos una a otra
haciendo de ella un túnel donde el sol
no entraba nunca, un paraíso, más,
mucho más que un palacio con sus torres.
¿No eran torres los olmos? ¿No temblaban
acaso, no tenían ballesteros
también, que eran los pájaros, flechándonos
con dulcísimos cantos todo el año,
turnándose en sus guardias día y noche?
Al llegar el otoño y caerse las hojas
su desnudo ramaje se elevaba
igual que las columnas de ese templo
al que se hundió la bóveda, y entonces
era el momento, al fin, y el sol podía
bajar a nuestro lado y enterrar
los pies como nosotros en tesoros
de un oro rumoroso, la infinita
corriente en que botábamos la culpa,
que de sí se alejaba piedra abajo
haciéndose regates y borneos.
Hasta el alma flotaba por el aire
como araña común sujeta a un hilo
invisible, sin fin y sin principio,
igual que la calleja… Era de pura
alegría de verse conducida
a la gloria por tan estrecho cauce,
y pedregoso y sin prestigio alguno.
Nada había de mística en aquello,
nada sublime ni de portentoso,
nada que no pudieran expresar
unas pocas palabras, al revés,
se sentía uno árbol, piedra y ave,
eterno como ellos, bendecido
por el paso del tiempo, cada año
más firme en esta tierra y parte de ella
en todos los papeles de la obra,
lombriz y mariposa, rey, mendigo…
Hasta que hoy, ahora, es un decir
pues fue largo el proceso, se secaron
los olmos, uno a uno. Han muerto todos.
Podridas y sin vida van quebrándose
todas sus ramas y la yedra trepa
devorando su tronco. La calleja
desnuda de sus galas, desertores
los pájaros, abandonada a todo,
quedó irreconocible, como un cuerpo
que acaba de expirar. Vemos en él
sólo una forma. Sí. Es la calleja.
Todo lo que teníamos de dioses
de pronto se ha hecho barro, y estas piedras
ya no son más que piedras y esos pájaros
ya no son más que ruido y estas manos,
ya no son más que manos de un escriba
que obediente trabaja sin motivo.
Andrés Trapiello
De: Rama desnuda
Tusquets Editores – Colección Marginales – 2001®
ISBN: 978-84-8310-735-5
Andrés Trapiello nació en Manzaneda de Torío, León, el 10 de junio de 1953.
Poeta, novelista y ensayista ha sido galardonado entre otros, con:
– Premio Internacional de novela Plaza & Janés, 1992, por El buque fantasma
– Premio de la Crítica de poesía castellana 1993 por Acaso una verdad
– Premio don Juan de Borbón 1995 por Las armas y las letras. Literatura y guerra civil 1936-1939
– Premio de las Letras de la Comunidad de Madrid, 2002
– Premio Nadal 2003 con Los amigos del crimen perfecto
– Premio Fundación José Manuel Lara 2005 por la novela Al morir don Quijote
– Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes 2005 por el artículo “El arca de las palabras”, publicado en La Vanguardia el 23 de abril de 2005
– Premio Julio Camba 2007
– Premio Francisco Valdés 2009
– Premio Castilla y León de las Letras 2010
Desde 1975 vive en Madrid.
También de Andrés Trapiello en este blog:
«Andrés Trapiello: En tus mejores años»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: La ventana de Keats»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Al final de la tarde»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Despertar en las viñas»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Almendro»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Calleja de los olmos»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Reencuentro con el otoño»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Rama desnuda»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Al dictado»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: España»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: A unos lirios»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Gorriones del rastro»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Cierzo»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: Elegía»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: La tormenta»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: En la sala apagada»: AQUÍ
«Andrés Trapiello: La carta»: AQUÍ
Bibliografía poética:
Junto al agua – 1980
Las tradiciones – 1982
La vida fácil – 1985
El mismo libro – 1989
Las tradiciones – 1992 (Recopilación de toda su obra poética hasta esta fecha.)
Acaso una verdad – 1993 Premio de la Crítica
Poemas escogidos – 1998, Segunda edición corregida – 2001
Rama desnuda – 2001
Un sueño en otro – 2004
El volador de cometas (Antología) – 2006
Segunda oscuridad – 2012
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