Poesia

César Vallejo: Los desgraciados

mayo 15, 2022


«… no poseo para expresar mi vida, sino mi muerte…»
CV

«Los desgraciados»

Ya va a venir el día; da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho.
Ya va a venir el día, ponte el saco.

Ya va a venir el día; ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona,
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente.

Necesitas comer, pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndale, recuerda,
confía en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
Ya va a venir el día, ponte el alma.

Ya va a venir el día; pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo…
¿Tiemblas? Es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
Roncan aún… ¡Qué universo se lleva este ronquido!
¡Cómo quedan tus poros, enjuiciándolo!
¡Con cuántos doses ¡ay! estás tan solo!
Ya va a venir el día, ponte el sueño.

Ya va a venir el día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos,
atiza
tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima.
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.

Ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el día, ponte el sol.

Ya viene el día; dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa
y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo ¡ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morías de todo…

Fin de noviembre o primera semana de diciembre de 1937

César Vallejo

De: “Poemas humanos” – 1923-1938
Recogido en: “Cesar Vallejo Poesías completas”
Editorial Losada 1949©
Reeditado de noviembre de 2013
ISBN de esta última edición: 978-950-03-5351-9

César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, Perú, el 16 de marzo de 1892.
Está considerado como uno de los más grandes e innovadores de entre los poetas del siglo XX y según el crítico Thomas Merton «el más grande poeta después de Dante«, llamado también el poeta del «dolor humano», revolucionó en la forma y el fondo de sentir y escribir poéticamente.
Aunque practicó la narrativa, el teatro y el ensayo, es en la poesía donde alcanza su más brillante forma de expresión, esta se puede dividir en tres etapas: la modernista, de la que destaca «Los heraldos negros», el vanguardismo, de la que quizá su obra más notable es «Trilce» y la revolucionaria y comprometida representada sobre todo por dos títulos, «Poemas humanos» y «España, aparta de mí este cáliz», estos últimos de publicación póstuma, a cargo de la viuda del poeta, en la que englobó textos que había dejado Vallejo, que tituló «Poemas humanos», publicados en en París en julio de 1939; No obstante de «España, aparta de mí este cáliz», el propio Vallejo lo dejó finalizado, siendo publicado en enero de ese año en España.
Murió el 15 de abril de 1938, un Viernes Santo con llovizna en París, no un jueves, como quiso vaticinar en su poema «Piedra negra sobre una piedra blanca».
En su funeral, las palabras de despedida corrieron a cargo de su gran amigo Louis Aragon.
Fue inhumado en el cementerio de Montrouge,  posteriormente, el 3 de abril de 1970, su viuda, Georgette, pudo cumplir uno de los sueños más queridos del poeta, trasladando sus restos al cementerio de Montparnasse, donde se puede leer su epitafio: «He nevado tanto para que duermas.»

También de César Vallejo en este blog:

«Cesar Vallejo: Espergesia»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Gleba»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Piensan los viejos asnos»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Los nueve monstruos»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Sombrero, abrigo, guantes»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: El pan nuestro»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Parado en una piedra»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Los arrieros»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Enereida»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Pequeño responso a un héroe de la República»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Imagen española de la muerte»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Batallas»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Yeso»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Ausente, de Los heraldos negros»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Los mendigos pelean por España…»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: La Rueda del hambriento»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Absoluta»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: A mi hermano Miguel»: AQUÍ

«César Vallejo: Y no me digan nada»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Piedra negra sobre una piedra blanca»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: El poeta a su amada: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Hoy me gusta la vida mucho menos…»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: El poeta del dolor humano – Espergesia – Trilce – Fue domingo en las claras orejas de mi burro…»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Heces»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Los heraldos negros»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Desnudo en barro»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Altura y pelos, de Poemas humanos»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Cuídate, España, de tu propia España»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: Amor prohibido»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: España, aparta de mi este cáliz»: AQUÍ

«Cesar Vallejo: La violencia de las horas»: AQUÍ

Bibliografía poética:

– Los heraldos negros – 1919

– Trilce – 1922

– España aparta de mi este cáliz – 1937-1938

– Poemas en prosa – 1939 (Publicación póstuma)

– Poemas humanos – 1939 (Publicación póstuma)

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