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Francesc Català-Roca
Nació en Valls, Tarragona, el 19 de marzo de 1922.
Fue hijo del también fotógrafo Pere Català i Pic, que le introdujo en el mundo de la fotografía junto con su hermano Pere Català Roca.
Tomó su primera fotografía a los 7 años. Desde los trece años hizo de ayudante de su padre y eventualmente de Josep Sala.
Durante la Guerra Civil, padre e hijo trabajaron en el Comisariado de propaganda. Allí conoció, entre otros, a los fotógrafos Gerda Taro y Robert Capa.
En 1938 colaboró en el rodaje en Barcelona de la película L’Espoir, de André Malraux.
Colaboró con diversas publicaciones, entre ellas Destino y La Vanguardia.
En 1951 recibió por primera vez el premio Ciudad de Barcelona de fotografía que volvería a ganar en 1952, junto con el de cine por su primera película: La ciudad condal en otoño.
En 1952 publicó su primer libro fotográfico: La Sagrada Familia y conoció a Salvador Dalí.
Expuso de forma individual por primera vez en 1953.
En 1958 comenzó su relación profesional con el Ministerio de Turismo español, que consistió en montar enormes paneles fotográficos por la Exposición Universal de Bruselas.
Es así mismo conocido por numerosos libros que ha ilustró, principalmente con fotografías de tema artísticos.
Algunas de las obras ilustradas por él son: Los monasterios catalanes (1968), El Pirineo (1970) o Historia del Arte Catalán (1983).
Se consideraba a sí mismo como un profesional de la fotografía que intentaba captar la realidad cotidiana, creyendo en fin que era más un documentalista que artista.
Sin embargo su obra combinó la realidad con la belleza, gracias entre otras cosas a su capacidad técnica y la habilidad natural para entrar en contacto con las personas a las que retrataba.
Una de sus series más conocidas, fue la que realizó en Carrascosa del Campo, Cuenca, en 1954, con motivo de la celebración de una corrida de toros en la que participó Luis Miguel Dominguín, acudiendo a la misma la que después sería su esposa Lucía Bosé.
En 1992 la Generalitat le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas y la Cruz de Sant Jordi y recibió también el Título de Honor de la Ciudad de Valls.
Un año después, el Ayuntamiento de Barcelona le concedió la Medalla de Oro al Mérito Artístico, y la Fundación Joan Miró le entregó el premio Pájaro Solar.
Centró su trabajo en el ambiente humano con unas carácteristicas muy originales.
Retrató a las pequeñas comunidades gitanas de las chabolas de Montjuïc, como ya hicieran los viajeros románticos del XIX, atraídos por el exotismo y la extravagancia.
Vivió muy de cerca el día a día de esos gitanos y tuvo la oportunidad de captar momentos singulares relacionados con su cultura y sobre todo con la fiesta y con el flamenco.
Su obra está compuesta por unos 200.000 negativos.
Murió en Barcelona, el 5 de marzo de 1998.
1 Comment
¡Me encantó! En efecto no es documentalista, busca esa belleza que me lleva a una emocionalidad a veces nostálgica. ¡Hermoso trabajo!