Poesia

Jacobo Fijman: Ha entrado la noche

enero 25, 2017


«…¿A quién llamar?
¿A quién llamar desde el camino
tan alto y tan desierto?…»
JF

Mi recuerdo al poeta argentino en el aniversario de su nacimiento.

«Ha entrado la noche»

Ha entrado la noche,
la noche de los días con sus noches, la tierras
frías y los bosques muertos.

Ha entrado la noche de la carne y de los sentidos,
la noche de las tierras caídas y los cielos muertos.

A la luz del alma crece tu alma, creció mi alma;
a la luz del alma padecemos en cosas,
y tu pavor en mi pavor, y mi pavor en tu pavor,
toda tu soledad, toda mi soledad.

Ha entrado la noche:
y yo rezo en tu canto,
tu canto en la oración en la noche de los sentidos.

Tu corazón se enciende en tu esperanza;
mi corazón se enciende en mi esperanza.
En sí se gozan las lunas de sueño y los soles de paz
de tu alma y mi alma.
Asidas con tus manos lunas de amor; asidos con tus manos
soles de amor.

Jacobo Fijman

Jacobo Fijman nació en Orhei, Besarabia, actual Moldavia, el 25 de enero de 1898.
Poeta judeoargentino que formó parte de la vanguardia literaria del grupo Martín Fierro, en el que se vinculó con Jorge Luis Borges y Oliverio Girondo.
En 1921 comenzó a padecer crisis mentales, adepto al misticismo, se convirtió al catolicismo en 1930, colaborando en varias revistas religiosas.
En 1942 fue internado en el sanatorio mental Villa Devoto para ser estudiado, y el 2 de noviembre, tras ser diagnosticado de una grave alienación mental fue recluido en el Instituto Neuropsiquiátrico José T. Borda, en el que le fueron aplicados brutales sesiones de electroshocks y altas dosis de sedantes.
Posteriormente y ya con profundo deterioro mental fue trasladado a la Colonia de Alienados Open Door, dónde careció de todo contacto con la realidad.
En 1952, Osvaldo Dondo, antiguo colaborador suyo en la revista Criterio logró que lo devolvieran al Borda, centro en el que mostró algunos signos de recuperación, llegando a pintar y escribir con ahínco durante esos años; logró un permiso para salir del hospital, y pudo reencontrarse con antiguos amigos y compañeros.
En 1958 le fue concedida una pensión de la Sociedad Argentina de Escritores, y logró algunos ingresos traduciendo obras del francés para los psiquiatras del sanatorio.
En 1962 y 1964 una considerable parte de su obra fue publicada en varias antologías, y en 1966 apareció por primera vez en más de 30 años obra inédita.
En 1966, un poema suyo atrajo la atención del escritor y abogado Vicente Zito Lema. Tras entablar amistad con el poeta, Lema peleó por obtener su tutela, obteniéndola finalmente en 1969.
En mayo de ese año apareció el primer número de la revista Talismán, editada por Lema y dedicada por entero a Fijman, con el subtítulo: «Poeta en hospicio«. Su figura volvió a cobrar celebridad. Las revistas de sociedad se ocuparon de él durante un tiempo, y recibiría invitaciones para publicar y aparecer en los medios.
En 1970, invitado a una emisión cultural del Canal 7, provocó quizás su último escándalo al declarar públicamente que todos los domingos, en misa, los sacerdotes comen mierda.
Ya gravemente enfermo, hubo de dejar de pasar los fines de semana en la casa Lema; aterrado por la perspectiva de una autopsia, pidió reiteradamente a éste que no permitiera que le destrozaran la cabeza después de muerto.
Murió en Buenos Aires, el 1 de diciembre de 1970 a causa de un edema pulmonar.

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