Maestros del Paisaje: El argentino Fernando Fader

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Fernando Fader

Nació en Burdeos, Francia, de nacionalidad argentina, el 11 abril de 1882.
Se trasladó junto a su familia a Argentina en 1884, cuando contaba sólo con dos años de edad,  estableciéndose en Mendoza; volvería a Francia unos años más tarde, regresando a Argentina en 1898.

Ese mismo año comenzó a pintar paisajes urbanos, mostrando una gran habilidad,  por lo que su familia le animó a emprender una carrera artística. De esa primera época es «El viejo piojoso».

Posteriormente viajó a Munich, ciudad en la que se matriculó en una escuela vocacional; gracias a la formación que en ella recibió, logró poco después  ingresar en la Academia de Munich, donde contó con el favor de Heinrich von Zügel, pintor naturalista adscrito a  la Escuela de Barbizon, que ejercería una fuerte influencia en su obra posterior.

Realizó  una visita breve a Buenos Aires para exponer en Salón de la Costa de 1906.
En este momento, sus paisajes ya eran postimpresionistas, algo que sorprendió a los críticos locales,  aún el impresionismo era el estilo más avanzado en esos momentos en su país, lo que de alguna forma provocó el rechazo del conservador público argentino.

Regresó a Europa donde residió hasta 1914, año que volvió a su tierra para establecerse definitivamente en Buenos Aires. Ese mismo año logró el Primer Premio de la IV Bienal de Arte Nacional de Argentina.

Tras este éxito pudo realizar una gira por Europa, visitando España y Alemania, y posteriormente  Estados Unidos, logrando en 1915 una medalla de oro en la Exposición Internacional del Pacífico en San Francisco, con «La comida de los cerdos».
Enfermo de tuberculosis se vio obligado a trasladarse a una zona de clima seco, a la falda de los Andes argentinos.

Durante este periodo, reorientó su pintura, retornando de alguna forma al impresionismo, empleando mas ampliamente el uso de los contrastes de la luz natural.

Este cambio fue favorecido por el entorno que le rodeaba, inspirándole de forma bucólica, creando en esa época las que posiblemente sean sus mejores y más conocidas obras; en ellas además del paisaje, plasmó diversas escenas de género de campesinos y del ambiente rural de la zona, todas ellas con una fuerte carga romántica.

Pero su salud empeoró, la enfermedad le había producido un asma crónico que le impedía pintar al aire libre, lo que le llevó a la necesidad de pintar interiores, desnudos, autorretratos y algunas naturalezas muertas, pudiendo así decir que comenzó un tercer periodo en la clasificación de su obra.

A pesar de su reclusión y aislamiento debido a su enfermedad, nunca perdió el prestigio adquirido en la década anterior, así en 1924, la Academia Nacional de Bellas Artes organizó una retrospectiva de su obra.

Las Galerías de Arte de Buenos Aires, realizaron una nueva retrospectiva de 119 de sus cuadros en 1932, con motivo de su cincuenta cumpleaños, aunque Fader ya estaba demasiado enfermo, no pudiendo asistir.
Murió con sólo 52 años, el 25 febrero 1935, en el Departamento Ischilín, Córdoba.

Su antigua casa de la aldea de Loza Corral, se abrió como museo que alberga parte de su obra, que además esta representada ampliamente en los más importantes museos argentinos, entre otros, el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, El Museo Provincial de Bellas Artes «Emiliano Guiñazú», en Mendoza, y el Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario.

*Entrada publicada el 29 de noviembre de 2013. Ha sido actualizada y ampliada, el  11 de  abril de 2021.