Mahatma Gandhi y Santa Ángela de la Cruz

«Cada día una flor»

Mahatma Gandhi y Santa Ángela de la Cruz

Hoy 30 de enero se cumple el aniversario de dos personas que nacieron y vivieron con un solo objetivo, hacer de su vida un camino en el que la paz y el amor hacía los seres humanos era el único por el que merecía la pena transcurrir; dos figuras que tenían algo en común, sus figuras diminutas por fuera, aparentemente débiles y sin embargo tan grandes y tan fuertes, que muchos años después de su muerte, están presentes en nuestras vidas como modelo de lo que anhelamos sea un día nuestro mundo lleno de odios, de guerras de insolidaridad hacía los que no tienen nada.

Mohandas Karamchand Gandhi, fue asesinado el 30 de enero de  1948.
Santa Ángela de la Cruz, para los sevillanos «Madre Angelita» o simplemente, Sor Ángela,  nació en Sevilla el 30 de enero de 1846. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 5 de noviembre de 1982 y fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo del 2003 en la madrileña Plaza de Colón, con el nombre de Santa Ángela de la Cruz.
De ambos hay en la red suficientes datos biográficos, en este día solo quiero honrar su memoria con algunas de su citas más conocidas, en las que  hay un denominador común: «El amor», el único motor que debería mover el mundo.
Su cuerpo incorrupto reposa en su capilla de la Casa Madre de Sevilla situada en la antigua calle Alcázares, que hoy lleva su nombre.

“No hay nadie que viva sin cruz y el que huya de una, encontrará otra mayor”

«Cada día una flor»

«Hacerse pobre con los pobres, hacer la caridad, no desde arriba, sino ayudar a los pobres desde dentro, Escribía y lo vivía: «La primera pobre, yo»

Santa Ángela de la Cruz.

«Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.»

«Imperfecto como soy, comencé con hombres y mujeres imperfectos, por un océano sin rutas».

«Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia».

«Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia»

Mahatma Gandhi