Ottone Rosai: Del futurismo al expresionismo

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Ottone Rosai

Nació en Florencia, el 28 de abril de 1895.
Pintor expresionista, desarrolló en un cierto estilo primitivista y arcaizante, inspirado en Masaccio.

Realizó su formación oficial en la Academia de Bellas Artes de Florencia de la que fue expulsado por mala conducta, tras lo que continuó su aprendizaje de forma autodidacta.

Su relación de amistad con Ardengo Soffic y Giovanni Papini, le acercaron al futurismo*, el movimiento iniciado por Filippo Tommaso Marinetti.

De esta época, hacia 1912, e influencias surgieron sus primeras obras, para a partir de 1914 pasar por un corto periodo cubista.

La ideología futurista le llevó a alistarse como voluntario en el ‘ejército, participando en la Primera Guerra Mundial, recibiendo dos medallas de bronce. Tras el final de la guerra, retornó a la sociedad, en la que le fue complicado encontrar en las nuevas ideas del entonces joven Mussolini, tratando de oponerse a la burguesía y el clericalismo que aborreció de forma manifiesta.

En este periodo los temas de su pintura fueron, escenas de su familia, o con figuras de reuniones de ancianos, siempre de aspecto triste.
Expuso por primera vez de forma individual en 1920, en Florencia.

El año 1922 marcó su vida, tras el suicidio de su padre en el Arno a causa de una deuda, teniendo que asumir el sustento de su familia, para lo que hubo de postergar su carrera artística y hacerse cargo de la carpintería de su padre.

En su etapa más madura, su producción de estilo identificado en la pintura italiana como postfuturismo o «retorno al orden», en la que pintó escenas de género de temas sociales y de la vida cotidiana, marcadas todas ellas por el populismo típico de la Toscana, caracterizada por la aparición de los volúmenes, los contornos afilados y color intenso. En particular, el uso de volúmenes y colores de Rosai estuvieron fuertemente inspirado por Paul Cézanne, a la vez que su pintura continuaba siendo típicamente florentina, como eco de la decimoquinta generación tras Masaccio.

Hasta 1929 trabajó como ilustrador para varias revistas de la época.
Inmerso en la dictadura fascista, los rumores sobre su homosexualidad amenazaron con acabar con su carrera, siendo prácticamente obligadas a casarse con una amiga de la infancia, que conocía y aceptó su condición sexual.

La década de 1930 se caracterizó por una profunda crisis existencial que llevó a vivir en lugares aislados, lejos de la comunidad, y su pintura se carga rabia y pesimismo; sus autorretratos esbozan una figura del artista atormentado y dolorido.

En 1939 fue nombrado profesor de dibujo de figura, en la Escuela de Arte, y en 1942 se le concedió la cátedra de pintura en la Academia de Florencia.

El 8 de septiembre de 1943 fue objeto de un ataque brutal, por parte de los antifascistas que veían en él a un partidario del régimen, sin tener en cuenta las humillaciones que había sufrido de los adeptos de Mussolini.

A lo largo de toda su carrera, empleó fuertes claroscuros, con personajes de tipo geométrico y aspecto leñoso, de cierto aire caricaturesco, y habitualmente envueltos en un ambiente un tanto abstracto, que se intensificó tras la Segunda Guerra Mundial, como ejemplo: «En el café», de 1946.

En la década de 1950 comenzó a ser conocido en el ámbito internacional, participando en exposiciones en ciudades como Zurich, París, Londres y Madrid. Realizó una muestra en Florencia, que posteriormente itineró por los museos de varias ciudades en Alemania.

En la Bienal de 1956 se organizó una gran retrospectiva de su obra.
Murió en Ivrea, de un ataque cardíaco mientras preparaba el montaje de una exposición, el 13 de mayo de 1957.

*El Movimiento Futurista tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.

**Entrada actualizada y ampliada el 14 de abril de 2017.