«…Quiero que vengas, flor, desde tu ausencia,
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí su eterno rayo.»
En esta semana en la que se cumplen los 70 años de la muerte de Miguel Hernández, de su vil asesinato en la cárcel de Alicante, víctima de la represión del genocida Franco, otro de sus más bellos poemas para honrar su memoria, y su recuerdo siempre vivo.
«El silbo de afirmación en la Aldea»
Alto soy de mirar a las palmeras,
rudo de convivir con las montañas…
Yo me vi bajo y blando en las aceras
de una ciudad espléndida de arañas.
Difíciles barrancos de escaleras,
calladas cataratas de ascensores,
¡qué impresión de vacío!,
ocupaban el puesto de mis flores,
los aires de mis aires y mi río.





