«Subiendo la negra roca
de embarazosa montaña,
contrabandista español
bridón andaluz cabalga…»
JZ
Mi recuerdo al poeta castellano en el aniversario de su muerte.
«Corriendo van por la Vega»
Corriendo van por la vega
a las puertas de Granada
hasta cuarenta gomeles
y el capitán que los manda.
Al entrar en la ciudad,
parando su yegua blanca,
le dijo éste a una mujer
que entre sus brazos lloraba:
«Enjuga el llanto, cristiana
no me atormentes así,
que tengo yo, mi sultana,
un nuevo Edén para ti.
Tengo un palacio en Granada,
tengo jardines y flores,
tengo una fuente dorada
con más de cien surtidores,
y en la vega del Genil
tengo parda fortaleza,
que será reina entre mil
cuando encierre tu belleza.
Y sobre toda una orilla
extiendo mi señorío;
ni en Córdoba ni en Sevilla
hay un parque como el mio.
Allí la altiva palmera
y el encendido granado,
junto a la frondosa higuera,
cubren el valle y collado.
Allí el robusto nogal,
allí el nópalo amarillo,
allí el sombrío moral
crecen al pie del castillo.
Y olmos tengo en mi alameda
que hasta el cielo se levantan
y en redes de plata y seda
tengo pájaros que cantan.
Y tú mi sultana eres,
que desiertos mis salones
están, mi harén sin mujeres,
mis oídos sin canciones.
Yo te daré terciopelos
y perfumes orientales;
de Grecia te traeré velos
y de Cachemira chales.
Y te dará blancas plumas
para que adornes tu frente,
más blanca que las espumas
de nuestros mares de Oriente.
Y perlas para el cabello,
y baños para el calor,
y collares para el cuello;
para los labios… ¡amor!»
«¿Qué me valen tus riquezas
-respondióle la cristiana-,
si me quitas a mi padre,
mis amigos y mis damas?
Vuélveme, vuélveme, moro
a mi padre y a mi patria,
que mis torres de León
valen más que tu Granada.»
Escuchóla en paz el moro,
y manoseando su barba,
dijo como quien medita,
en la mejilla una lágrima:
«Si tus castillos mejores
que nuestros jardines son,
y son más bellas tus flores,
por ser tuyas, en León,
y tú diste tus amores
a alguno de tus guerreros,
hurí del Edén, no llores;
vete con tus caballeros.»
Y dándole su caballo
y la mitad de su guardia,
el capitán de los moros
volvió en silencio la espalda.
José de Zorrilla
José Zorrilla y Moral nació en Valladolid, el 21 de febrero de 1817.
Poeta y dramaturgo español, cultivó todos los géneros poéticos: la lírica, la épica y la dramática.
Sin duda su obra cumbre y por la que es más conocido es: «Don Juan Tenorio«, de 1844.
Murió en Madrid, el 23 de enero de 1893.
También de José de Zorrilla en este blog:
«José de Zorrilla: La catedral»: AQUÍ
«José de Zorrilla: Dueña de la negra toca»: AQUÍ
«José de Zorrilla: La orgía»: AQUÍ
«José Zorrilla: Para verdades el tiempo y para justicias Dios»: AQUÍ
«José de Zorrilla: Un poema en su aniversario – Tradición de Toledo»: AQUÍ
«José de Zorrilla: Carta de Don Juan a Doña Inés»: AQUÍ
«Don Juan Tenorio y la Fiesta de Difuntos»: AQUÍ
«José de Zorrilla: Dos poemas con Don Juan Tenorio:» AQUÍ
Bibliografía:
Poesía:
Religiosa (Ira de Dios, La Virgen al pie de la Cruz)
Amorosa (Un recuerdo y un suspiro, A una mujer)
Sentimental (La meditación, La luna de enero)
Tradicional (Toledo, A un torreón)
Épica
Los Cantos del Trovador (1840)
Granada (1852)
La Leyenda del Cid (1882) (Edición on-line por la Universidad de Toronto)
Leyenda:
A buen juez mejor testigo
Para verdades el tiempo y para justicias Dios
El capitán Montoya
Margarita la tornera
La pasionaria
La azucena silvestre
La princesa Doña Luz
A la memoria de Larra
Poemas dramáticos
El zapatero y el Rey (1839 y 1842) (Edición on-line)
Sancho García (1842)
El puñal del godo (1843)
Don Juan Tenorio (1844) (Edición facsímil)
La Calentura (1847)
Traidor, inconfeso y mártir (1849)
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