Poesia

Leopoldo Lugones: La blanca soledad

junio 13, 2022


«…Te estaba escribiendo,
Cuando por la casa desolada
Arrastró el horror su trapo siniestro…»

LL

Mi recuerdo al poeta argentino en el aniversario de su nacimiento.

«La blanca soledad»

Bajo la calma del sueño,
Calma lunar de luminosa seda,
La noche
Como si fuera
El blanco cuerpo del silencio,
Dulcemente en la inmensidad se acuesta…
Y desata
Su cabellera,
En prodigioso follaje
De alamedas.

Nada vive sino el ojo
Del reloj en la torre tétrica,
Profundizando inútilmente el infinito
Como un agujero abierto en la arena.
El infinito,
Rodado por las ruedas
De los relojes,
Como un carro que nunca llega.

La luna cava un blanco abismo
De quietud, en cuya cuenca
Las cosas son cadáveres
y las sombras viven como ideas,
y uno se pasma de lo próxima
Que está la muerte en la blancura aquella.
De lo bello que es el mundo
Poseído por la antigüedad de la luna llena.
y el ansia tristísima de ser amado,
En el corazón doloroso tiembla.

Hay una ciudad en el aire,
Una ciudad casi invisible suspensa,
Cuyos vagos perfiles
Sobre la clara noche transparentan.
Como las rayas de agua en un pliego,
Su cristalización poliédrica.
Una ciudad tan lejana,
Que angustia con su absurda presencia.

¿Es una ciudad o un buque
En el que fuésemos abandonando la tierra.
Callados y felices,
y con tal pureza,
Que sólo nuestras almas
En la blancura plenilunar vivieran?…

Y de pronto cruza un vago
Estremecimiento por la luz serena.
Las líneas se desvanecen,
La inmensidad cámbiase en blanca piedra,
y sólo permanece en la noche aciaga
La certidumbre de tu ausencia.

Leopoldo Lugones

Nació en Villa de María del Río Seco, Córdoba, Argentina, el 13 de junio de 1874.
Fue poeta, ensayista, periodista y político.
Su actividad literaria y política comenzó Córdoba, al acceder como periodista en El Pensamiento Libre, publicación considerada atea y anarquista, participando así mismo en la fundación del primer centro socialista de la ciudad. En ese tiempo publicó su poesía bajo el seudónimo de Gil Paz.
Posteriormente, se traslada a Buenos Aires, donde se unió al grupo socialista que integraban, entre otros escritores, José Ingenieros, Alberto Gerchunoff, Manuel Baldomero Ugarte y Roberto Payró. En este tiempo conoció a Rubén Darío que tendría una gran influencia en su poesía.
En 1915 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de Maestros, cargo que ocupó hasta su muerte.
En 1926 recibió el Premio Nacional de Literatura y en 1928 presidió la Sociedad Argentina de Escritores.
El 18 de febrero de 1938 se quitó la vida ingiriendo una mezcla de whisky y cianuro.

También de Leopoldo Lugones en este blog:

«Leopoldo Lugones: La blanca soledad»: AQUÍ

«Leopoldo Lugones: Holocausto»: AQUÍ

«Leopoldo Lugones: Elegía crepuscular»: AQUÍ

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1 Comment

  • Reply Leopoldo Lugones: Elegía crepuscular | Trianarts octubre 18, 2014 at 2:05 pm

    […] “Leopoldo Lugones: La blanca soledad”: AQUÍ […]

  • Responder a Leopoldo Lugones: Elegía crepuscular | TrianartsCancelar respuesta

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