«…Hay un vacío. Pero la mujer en un oro sin hebras
Nos quema con los cepillados de su traje…»
WS
«El comienzo»
Así llega al fin el verano hasta estas pocas manchas
Y al óxido y la podredumbre de la puerta por donde ella se fue.
La casa está vacía. Pero es aquí donde ella se sentaba
Para peinar su cabello húmedo de rocío, una luz intangible,
Perpleja por sus más oscuras iridiscencias.
Éste era el espejo donde solía mirar
Al ser momentáneo, sin historia,
La identidad del verano perfectamente percibido,
Y sentir su alegría campestre y sonreír
Y ser sorprendida y temblar, mano y labio.
Ésta es la silla de la que recogía
Su vestido, el más esmerado y favorecedor de los tejidos
Al que un tejedor cosió doce campanas …
El vestido yace, abandonado, sobre el suelo.
Ahora, los primeros tuteadores de tragedia,
Para empezar, hablan con suavidad en los aleros.
Wallace Stevens
Nació en Reading, Pensilvania, Estados Unidos,el 2 de octubre de 1879.
Poeta adscrito al igual que T. S. Eliot a la corriente vanguardista del modernismo en lengua inglesa.
Ejerció además como abogado toda su vida.
Fue galardonado con el Premio Pulitzer de Literatura en 1955
Murió en Hartford, Connecticut, el 2 de agosto de 1955.
También de Wallace Stevens en este blog:
«Wallace Stevens: Trece maneras de mirar un mirlo»: AQUÍ
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