Quienes entran de forma habitual a este rincón, conocéis de sobra a Sergio, y sabéis que cada día se me antojan sus antojos, pero hay días como hoy que no me puedo resistir, y a hurtadillas me traje, espero que no se entere… shhhh, su relato de hoy:
El sombrero luminoso
-No podría ser de otra manera, las cosas toman el temperamento del que las usa.
– Exageras. Las cosas son cosas. Se compran, se usan y se tiran.
-Las cosas chupan el carácter de su dueño. Te digo. Así como los animales, se parecen tanto a las personas con las que viven que se personalizan.
-Exageras, ¿cuándo se ha visto tal cosa?
Mi café se enfriaba, sentado en mi mesa de costumbre con mi periódico y mis notas de las ventas del día anterior, no podía evitar escuchar la conversación de dos hombres que estaban sentados a mi lado. Podía distinguir en uno de ellos una cicatriz, todavía encarnada, correrle a lo largo del cuello. Tenía una cara larga, escurrida, como si la viéramos a través de un vidrio mojado; el otro tenía una cara ancha y una voz sonora como de tambor militar.
-Te digo. Yo puedo demostrarte. Tengo ejemplos inapelables. Las cosas toman el carácter de sus dueños.
-¡Que terco!
-¿Recuerdas a María Paredes?
-¿La que murió de pulmonía?
– No murió de pulmonía. Murió de rencor.
-¿De rencor? Yo fui al hospital y hablé con el doctor que la atendió.
-María Paredes era una mujer envidiosa, ¿no? Deseaba siempre los vestidos de sus hermanas. Pues uno de esos vestidos la asfixio.
La cicatriz parecía que reventaría en cualquier momento, el de la cara ancha jugaba con una pluma roja mientras respiraba complacido.
-Es una historia estúpida. Cada día estás más loco. Se te está enfriando la cabeza. Deberías comprarte otro sombrero.
-¿No me crees? Es natural. Pero yo vi como uno de los vestidos la asfixiaba. Las cosas tienen vida. ¡Mírate! Desde que mojaste tu cachucha estás como ella, escurrida y sin color. No puedes negar la evidencia.
-Es absurdo, es como si me dijeras que tú perdiste la razón por tener la cabeza al descubierto desde que perdiste el sombrero o que estás más gordo porque tus pantalones se ensancharon
Mi café estaba helado, mi trabajo sin hacer y yo no podía irme sin saber en que terminaría la discusión. El tipo de la cara escurrida tomaba agua y el gordo un vaso de leche.
-Tu mismo lo has confirmado, el gato tiene las mismas pestañas que Mario y el gato tiene la misma manía de rascarse la nariz, de una forma, diríamos humana. Doña Rosa tiene la misma cara de su perra y el mismo olor.
-Tu lo has dicho: animales y personas, eso es común. Son seres vivos. Las cosas son cosas.
-Las cosas se humanizan. Observa a ese paraguas, tiene la misma forma de su dueño; y que me dices de José, tiene la misma cara de sus platos, y esa niña, mira como el vestido se pega a sus caderas.
-Cada día estás más perdido. ¿Pusiste el anuncio en el periódico?
-Si. Toda la semana.
-¿Te han llamado?
-No.
-¿Fuiste claro en el anuncio?
– Hasta ofrecí una recompensa. Aquí tengo el anuncio: «A la persona que encuentre mi sombrero castaño brillante con las iníciales BC en su interior será gratificado. Por favor comunicarse…»
Traté de disimular mi sorpresa. Salí rápidamente del café. Oculto en el abrigo un reflejo luminoso perfilaba el sombrero.
Sergio Astorga
Mexico, 1957
Sergio Astorga en su blog: Antojos
La acuarela es tambien de Sergio Astorga: Acuarela sobre papel 20 x 30 cm.
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Información Bitacoras.com…
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Me ha encantado el relatooooo
a ver si entro a hacerle una visitaaa 😉
Último post en la Web de…Lola…¡¡ Hola !!
Bruja, no te vas a arrepentir, el blog de Sergio es una joya.
Un beso bruja.
Triana, el día de ayer me llevé otra sorpresa y no quise comentar para no ostigar. En primer lugar veo una renovación total en tu casa, Me estoy acostumbrando a las nuevas habitaciones, ya fui a la cocina, muy limpia por cierto, a la bañera, todo muy bien acomodado, felicidades!,
Si me preguntas, Trianarts tiene ahora un poco aroma de cacao y almendras.
En segundo lugar sabes, me encanta estar aquí en pensamiento, palabra y obra, Y hablo literalmente.
Gracias por permitirme entrar a tu renovada casa.
Lo que ya no sé decir, que lo diga mi abrazo.
Sergio Astorga
Último post en la Web de…sergio astorga…Recuerdos del Mar Egeo
Bienvenido, siempre es un honor recibirte en esta casita, me gusta que esté siempre llena de amigos, si son ilustres, mucho más, y decorarla con tus cuadros, ya es un lujo incomparable.
Le hacía falta un poco de limpieza, si, y creo que ha quedado más diáfana y luminosa.
Un abrazo que responde a lo que dices en el tuyo, siempre agradecida a tus palabras.
Magnífico Sergio, como siempre.
Un abrazo.
En efecto Maribel, sus letras siempre son una delicia.
Un abrazo fuerte.
[…] “Sergio Astorga.- El sombrero luminoso” […]