«…Qué silencio en tu estampida.
Qué fija la voz que no me llama
desde esa eternidad…»
AL
«Estar solo»
Contigo he descubierto
que puede ser la ausencia un manso amarre.
He visto teñirse de desván la noche
conmigo dentro.
Escapar vaso arriba
con un doble vapor de ginebras.
Pues nada termina donde acaba su extremo,
donde parece sonar el fin de las cosas.
Hay un silencio que vive de ser quemadura
en lo que ya no está cerca.
Un daño que deja su agravio implacable
en los nombres,
en los guantes vacíos,
en la almohada de escarcha,
en el ensayo de un hombre consumido despacio.
Estar solo es fingir cuanto ya se ha ido.
Sentarse y desgranar un orden que no existe.
Buscar de una promesa su espejo enterrado.
Sostener la mirada en lo infinito del muro,
en el reloj de pared que es molino de sombras.
Estar solo es pensar un latido a destiempo.
Dar noticia de nadie.
Vivir sin saber,
interrumpir todo eco,
si acaso inventar una frase de escarnio,
una esperanza de timbre sonando,
un tenso aparejo de luz en el cuarto de al lado.
Y nada por dentro.
Antonio Lucas
De: “Los Desengaños”
XXVI Premio Fundación Loewe en 2013.
Ed. Visor libros – Colección Visor de Poesía 2014©
ISBN: 978-84-9895-863-8
Antonio Lucas nació en Madrid, en 1975.
Licenciado en periodismo, es redactor de cultura y columnista en el periódico El Mundo.
Se confiesa amante de la poesía de Arthur Rimbaud, Paul Éluard y Claudio Rodríguez,
También de Antonio Lucas en este blog:
«Antonio Lucas: Huellas»: AQUÍ
«Antonio Lucas: Traición»: AQUÍ
*La fotografía es de Katia Chausheva
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