Poesia

Fray Luis de León: Después que no descubren su lucero…

agosto 15, 2023


No siempre descendiendo
la lluvia de las nubes baña el suelo…

FLL

«Después que no descubren su lucero…»

Soneto V

Después que no descubren su lucero
mis ojos lagrimosos noche y día,
llevado del error, sin vela y guía,
navego por un mar amargo y fiero.

El deseo, la ausencia, el carnicero
recelo, y de la ciega fantasía
las olas muy furiosas a porfía
me llegan al peligro postrimero.

Aquí una voz me dice: cobre aliento,
señora, con la fe que me habéis dado,
y en mil y mil maneras repetido.

Mas ¿cuánto de esto allá llevado ha el viento?
respondo; y a las olas entregado,
el puerto desespero, el hondo pido.

Fray Luis de León

De: Poesías – Libro segundo
Recogido en: Fray Luis de León – Poesías completas
Ed. Biblioteca Castro
ISBN: 9788415255680

Fray Luis de León nació en Belmonte, Cuenca, el 15 de agosto de 1527.
Fue un poeta, humanista y religioso agustino español de la Escuela salmantina.
Está considerado como uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Francisco de Aldana, Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz.
Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra.
Las envidias y rencillas entre órdenes y las denuncias del catedrático de griego, León de Castro, entre otros profesores, le llevaron a las cárceles de la Inquisición bajo la acusación de preferir el texto hebreo del Antiguo Testamento a la versión latina (la traducción Vulgata de San Jerónimo) adoptada por el Concilio de Trento, lo cual era cierto, y de haber traducido partes de la Biblia, en concreto el Cantar de los Cantares, a la lengua vulgar, cosa expresamente prohibida también por el reciente concilio y que sólo se permitía en forma de paráfrasis.
Aunque era inocente de tales acusaciones, su prolija defensa alargó el proceso, que se demoró cinco largos años, tras los cuales fue finalmente absuelto. Parece cierto que se le puede atribuir la décima que presuntamente, al salir de la cárcel, escribió en sus paredes:

«Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
¡Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y, con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso,
con sólo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado, ni envidioso!»

Tras salir de la cárcel, regresó a dictar su cátedra.
Murió en Madrigal de las Altas Torres, Ávila, el 23 de agosto de 1591, cuando preparaba una biografía de Santa Teresa de Jesús, cuyos escritos había revisado para la publicación y a la que admiraba profundamente.
Sus restos mortales fueron trasladados a Salamanca, siendo enterrado en su Universidad.

«…recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido…»

También de Fray Luis de León en este blog:

«Fray Luis de León: Vida retirada»: AQUÍ

«Fray Luis de León: Noche Serena – Oda VIII»: AQUÍ

«Fray Luis de León: Contra un juez avaro»: AQUÍ

«Fray Luis de León: De la Magdalena – Oda VI»: AQUÍ

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