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André du Plessis
Nació, creció y se educó en Sudáfrica.
Narración del propio artista:
Cuando era muy joven encontré un diagrama de una cámara estenopeica en un libro y me intrigó. Tan pronto como tuve edad suficiente, construí mi propia cámara estenopeica, usando una caja de cartón, cinta adhesiva y papel de aluminio. La primera fotografía que tomé con él (una imagen al revés, por supuesto) fue de nuestra casa. Probablemente tenía unos nueve años.
Mi madre enseñaba en una escuela de niñas local y mi padre era veterinario y, aunque no era fotógrafo, me animó a dedicarme a mi pasión. En aquella época llevabas la película al químico local, quien a menudo revelaba las fotografías en su propio cuarto oscuro. Pudo ver lo interesado que estaba en el proceso y posteriormente me enseñó a revelar e imprimir.
Después de graduarme en Medicina, decidí viajar. He vivido y trabajado en muchas partes diferentes del mundo, incluidos Canadá, Grecia y el Reino Unido. Terminé especializándome en Sedación Consciente Avanzada y ahora soy socio de una consulta en Londres. Esta disciplina se podría resumir como una alternativa a la anestesia general. Menciono esto por lo que hago, que consiste en suspender a un paciente en un sueño crepuscular prolongado y sin ansiedad, lo que requiere paciencia y la capacidad de establecer confianza; las mismas habilidades que son invaluables para tomar el tipo de retratos que más me interesan.
Durante muchos años mi fotografía fue analógica y principalmente en blanco y negro. En una etapa temprana desarrollé una comprensión y apreciación de la amplitud y las cualidades creativas que los tonos de gris pueden ofrecer a una composición.
El rango dinámico de la luz solar africana me resultó muy desafiante y, con el tiempo, trabajar en la sombra u otros entornos con poca luz disponible se convirtió en mi opción preferida. Si bien he trabajado con el color y aprecio ese medio, mi tema exige la monocromía. Sin embargo, creo mis imágenes en color y luego las convierto a blanco y negro. Básicamente, cuando compongo, todavía veo todo en tonos de gris.
Me tomé un largo descanso de la fotografía después de que la película dejó de ser el medio preferido y antes de que lo digital llegara a ser tan avanzado como lo es ahora. Pensándolo bien, creo que esta pausa puede haber sido una buena decisión, ya que me permitió empezar de nuevo de una manera diferente y más abierta.
Viajó mucho y trabajó como médico en Grecia, Canadá y el Reino Unido. Al respecto cuenta:
Llevé todo mi equipo en un estuche Pelican reforzado (sin ruedas). Probablemente por eso mi brazo derecho es cinco centímetros más largo que el izquierdo. Durante los años que trabajé como cirujano de barco para una línea de pasajeros griega, la mayor parte de mis imágenes consistían en fotografías de viajes con alguna que otra imagen de portafolio. Sin embargo, todo eso cambió cuando fui a Canadá, porque la belleza natural de esa tierra me hizo adoptar Kodachrome y me encontré fotografiando montañas y flores.
No es que fuera bueno en eso, pero me sentí bien mientras duró. Mis primeros años en el Reino Unido coincidieron con el momento en que rompí con la fotografía, y no fue hasta 2007 cuando comencé de nuevo, esta vez con una cámara digital.
Actualmente trabaja en la práctica privada en Londres. ¿Qué pasó con sus raíces?
Nací allí, al igual que 26 generaciones de mi rama familiar de los du Plessis antes que yo. Mi familia inmediata está allí y no consideran la idea de mudarse a otro lugar, y mucho menos al hemisferio norte.
Las atracciones más conocidas de Sudáfrica son el paisaje, que es muy diverso en apariencia y topografía, la vida silvestre y los parques de caza, y las playas. Sin embargo, creo que el tejido de nuestra sociedad sigue siendo la joya escondida: nadie lo espera al principio, pero es una de las muchas razones por las que el visitante regresa aquí. Uno no puede evitar experimentarlo: lo tienes en la cara en el momento en que pones un pie en la pista. Hemos estado llamando a nuestra nación la Nación Arcoíris desde mediados de la década de 1990.
Aparte de la vida silvestre, el paisaje y las playas, siento que el verdadero interés radica en experimentar a la gente: negra, de color y blanca. Los animales y el paisaje son postales que puedes recoger en cualquier lugar. Pero la sociedad (sus complejidades, la forma en que ha inculcado el humor no sólo para llenar el vacío que quedó después del apartheid, sino también para ayudar a gestionar las consecuencias de lo que ese sistema nos dejó, combinado con la ingenuidad y apertura general que aún prevalece) infunde y enriquece tu alma.
Además de ver a mi familia, mis visitas allí me proporcionan las imágenes que se han convertido en el pilar de mi trabajo, por lo que trato de viajar allí dos veces y, cuando el trabajo lo permite, tres veces al año.
En cuanto a su propio estilo:
El término retrato ambiental no me resulta fácil. Siento que este género de fotografía de personas indica que el fotógrafo registra al sujeto en un entorno que ayuda al espectador a apreciar las consideraciones más funcionales y explicativas, poniendo muy poco énfasis en los elementos más apasionantes y emotivos.
Me gusta pensar en la forma en que represento a mis sujetos como un retrato contextual, que, a diferencia del retrato ambiental, es menos una grabación y más emocional en su entrega. También es menos acusador y más indulgente que lo que se puede denominar retrato social, que a menudo refleja una declaración personal predeterminada.
Sigo siendo un apasionado de los diversos pueblos del extremo sur de África al que pertenezco, y al traer fotografías de gente común y corriente en sus casas comunes, he comenzado a apreciar cuán poderoso puede ser un medio como la fotografía y la responsabilidad que esto conlleva. André du Plessis
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