Poesia

Carlos Edmundo de Ory: In memoriam

noviembre 11, 2010


«…¡Sólo se oye la lluvia
Como una extraña queja!…»

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Carlos Edmundo de Ory: In memoriam

Él mismo dijo a raíz de la publicación de su antología Música de lobo, en 2003, que su obra tiene dos temas principales:
Lo único que me fascina es el amor y el dolor. Como hombre, he de decir que todo se resume en eso, en el amor a los seres humanos afines, a la naturaleza, a la música, a la poesía; y en el dolor de la visión que revelan los versos de Alfonsina Storni: «Muchedumbre de color, / millones de circuncisos, / casas de cincuenta pisos / y dolor, dolor, dolor…». Porqué van pasando los años y cuando se llega a mi edad se lleva con gran peso una cartilla cada vez más amplia de muertos muy queridos. Cita que Ory de forma equivocada atribuyó a Alfonsina Storni, cuando realmente era de Rubén Darío, en la que el poeta nicaragüense reflejó  sus impresiones de la ciudad de Nueva York y que dice: «Casas de cincuenta pisos, servidumbre de color, millones de circuncisos, máquinas, diarios, avisos ¡y dolor, dolor, dolor!»

Algunos de sus poemas:

«Dame»

Dame algo más que silencio o dulzura
Algo que tengas y no sepas
No quiero regalos exquisitos
Dame una piedra

No te quedes quieto mirándome
como si quisieras decirme
que hay demasiadas cosas mudas
debajo de lo que se dice

Dame algo lento y delgado
como un cuchillo por la espalda
Y si no tienes nada que darme
¡dame todo lo que te falta!

«Invierno»

Sólo se oye la lluvia
Cómo besa
Con sus bocas sedientas
Los ojos de la tierra

¡Sólo se oye la lluvia
Como una extraña queja!

Silencio tú te mojas

«Me vas a dejar triste otra vez como anoche…»

Me vas a dejar triste otra vez como anoche
Y a ti te gusta estar pálida como anoche
El viento ulula ladran los perros como anoche
Ves que pongo en tu vientre mis manos como anoche

Hágase la locura dijo una voz anoche
Pero este viento no es el mismo que el de anoche
No preguntes ahora si el mundo empezó anoche
Esta noche nos traen los despojos de anoche

Pero se han puesto negras las estrellas de anoche
Sigue chillando el pájaro que entró en el cuarto anoche
Ya juegan como anoche gimiendo como anoche
las sombras que parecen bichos en agonía

«En Un Café»

He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste más triste que un tintero
Triste no soy o si lo soy no sé
la maldita razón porque no quiero

He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste en las calles de mi raza
He vuelto a estar más triste que un quinqué
más triste que una taza

Estoy sentado ahora en un café
y mi alma late late
de sed de no sé qué
tal vez de chocolate

No quiero esta tristeza medular
que nos da un golpe traidor en una tarde
Pide cerveza y basta de pensar
El cerebro está oscuro cuando arde.

«Estar contigo es un vocablo insólito…»

Estar contigo es un vocablo insólito
y el día que se rompa en pedacitos
el enorme silencio del olvido
será un eco anacrónico en mis noches

Alejanado de tu hechura a tientas
repitiendo sintigo en mi destierro
ya no cultivaré la corteza uniforme
de una estrella en la punta de mis dedos

Eres tan espantosamente joven
que estar contigo es un regalo loco

En: «Miserable ternura»

«Escribir Con Una Espada»

Acariciar sin tener manos.
Encontrar pedazos de luna en los bolsillos.
Comprar una playa con gritos.
Ir al infierno a ver un amigo.
Enviar una mano a su amada.

«Olor de amor»

Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone
su presencia de aroma que subleva
esa selva, ese bosque
que somos.
No te veo.
No llego a tu contacto. Llegan flores
raras, deshechas, invisibles.
Certidumbre de ti en medio de la noche.

Un salvaje rosal es tu olor. Una
paloma es, y su vuelo recorre
hasta mí el aire. Una
profunda cabellera esparcida en el borde
de mi memoria.

Tu enredado aroma
entre mis dedos algo tuyo esconde.
Hasta mi llegas cada día hecha
olor enmarañado de azucenas y áloes.

Trasminas existencias. Te declaras
realidad amorosa que responde
a mi busca. Llamada
que su contestación en mi recoge.

Rastro exhalado, huella
reconocible, evanescente torre
de olorosa verdad. Humano aroma
de mujer junto al hombre.

Amar es una forma de olor. Llegas
fragante. Llego. Nos acoge
la onda que huele a vida enamorada,
a claveles que en dos bocas se rompen.

«Poema escrito en el torso desnudo»

Vamos juntos es admitido el tren de amor
El humo unido de los cigarrillos
Bendita sea nuestra trinitaria
Y mañana los tres campearemos
en no se sabe cuál rincón conocido

He conocido a un amigo con quien vivo
Es una pesadilla tocar su alma naque
Es un sueño agitado tenerlo cerca mente
porque tiene arrebatos de batracio
almanaque es su alma que registra locuras
su mente fría inventa incendios

Yo creador ella mi llave blanca
y el amigo es un pintor oculto
Vivo en su casa y ella viene a estar
Vemos caer la noche y no decimos nada
Yo vil creador con una musa al lado
y el otro trasgo hacemos tres
¿Qué harán de nosotros los demonios
cuando nos separemos algún día
dejando en su ataúd la juventud?

De «Poemas»
«Serenata»

Verdad que la mujer tiene siempre deseos
¡Oh rito infranqueable la mujer tiene brazos!
Con frecuencia la miro deseando comprenderla
cuando zumba el ataúd diurno del amor.

La corriente de sed se aplaca en sus dos pechos
La mujer con su costra de silencio se embarca
en una triste y lenta marejada de olvido
La noche es otra tumba que en su ser se coloca.

Con frecuencia la miro con frecuencia la toco
y sus ropas de llanto me despiertan la muerte
Y sus ropas de tela y sus telas de almíbar
me despiertan la vida me despiertan y duermen.

¡Oh cortina furiosa constante y enemiga!
No puedes ya volar sin un temblor debajo
Quiero apretar tus dedos melosos y algo turbios
Quiero besar sus besos y quiero estar tus noches.

Nos separa una vida de color del desierto
Nos espera una historia de sollozos y gozos
Ya me ves ya me oyes nos estamos amando
Nunca están separados los lejanos lejanos.

Los lejanos se encuentran y tus grandes suspiros
lloverán como ampos azules sobre el polvo
Odio los besos dados odio el ancla en los cuerpos
Porque espero la boca repitiendo tus labios.

Pero te veo plena de lujos misteriosos
Te cubre a ti una negra y transparente nube
No miras a esta clase de seres más que lejos
Mientras sola debates tu pálida locura.

Verdad que la mujer tiene siempre deseos
Mentira que me quieres oh reina de la dicha
Oh reina de la dicha oh misérrima madre
Oh misérrima dicha oh desolado imperio.

Carlos Edmundo de Ory

Carlos Edmundo de Ory nació en Cádiz, el 27 de abril de 1923.
Fue poeta, ensayista, epigramista y traductor, y el principal representante del postismo en España.
En 2006 recibió el Título Honorífico de Hijo Predilecto de Andalucía, que concede la Junta de Andalucía.
El 6 de noviembre de 2007 dejó un mensaje en la Caja de las Letras en el Instituto Cervantes que no se podrá abrir hasta 2022.
Su archivo fue donado por su esposa Laure Lachéroy de Ory a la ciudad de Cádiz, en una fundación que lleva su nombre, y que está compuesto por 8.394 libros y revistas, 235 obras de arte y enseres diversos: carteles y dibujos, colecciones de arte africano y libros heredados de su padre.
Murió en Thézy-Glimont, Francia, el 11 de noviembre de 2010.

También de Carlos Edmundo de Ory en este blog:

«Carlos Edmundo de Ory: Todo cae»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Oda del dolor»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Remordimiento»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: En un café»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Dame»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Eros tremendum»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Los amantes»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Hipérbole del amoroso»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory : Cuadro de mi alma»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Antología»: AQUÍ

«Carlos Edmundo de Ory: Invierno»: AQUÍ

Bibliografía poética:

Los sonetos, 1963.
Música de lobo, 1970.
Poemas, 1969.
Poesía (1945-1969), 1970.
Técnica y llanto, 1971.
Los poemas de 1944, 1973.
Poesía abierta 1974.
Lee sin temor, 1976.
Energeia, 1978.
Metanoia, 1978
La flauta prohibida, 1979.
Miserable ternura, 1981
Aerolitos, 1985
Poesía primera (1940-1942), 1986.
Soneto vivo (1941-1987), 1988.
Sin permiso de ser ángel 1988.
Melos melancolía, 1999.
Las patitas de la sombra, 2000.
Antología 2001.
Música de lobo (Antología poética 1941-2001), 2003

El poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory, ha fallecido hoy en la localidad francesa de Thezy-Glimont, Francia, en la que vivía, a la edad de 87 años; había nacido en Cádiz, el 27 de abril de 1923.

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  • Reply Recordando a Carlos Edmundo de Ory : Cuadro de mi alma, de Poemas » Trianarts | Trianarts abril 27, 2013 at 11:00 am

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