Hermenegild Anglada i Camarasa: Modernismo

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Hermenegild Anglada i Camarasa

Nació en Barcelona, el 11 de septiembre de 1871.

Se formó inicialmente con Tomás Moragas y más tarde en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, en la que tuvo como maestro a Modest Urgell.

La mayor parte de su obra, se adscribe al modernismo, siendo aún un representante de la Belle Époque.

No obstante supo evolucionar en su arte, acercándose de forma moderada a las vanguardias del siglo XX, sin por ello abandonar algunos detalles impresionistas.

Las características mas reseñables de su pintura, que le aproximan al vanguardismo, son el tratamiento artificioso de la luz y sus densos empastes que son fácilmente reconocibles, conocidos como esmaltismo de Anglada Camarasa.

Abrió su propio estudio en París en los primeros años del siglo XX, ciudad en la que permaneció hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial que se trasladó a Mallorca.

Durante la Guerra Civil Española se refugió en el Monasterio de Montserrat, y en 1939 tuvo que exiliarse a Francia, hasta 1947 que regresó de nuevo a Mallorca.

En 1901 expuso en la Exposición Internacional de Dresde, muestra a la que también acudieron Ignacio Zuloaga y Francisco Iturrino, obteniendo un enorme éxito que le dio fama a nivel mundial.

Obtuvo medallas de oro en la Bienal de Venecia de 1907, y en la de Buenos Aires en 1910, lo que hizo que artistas de varios países del mundo acudieran a recibir clases suyas.

Fue muy admirado por el escritor Maxim Gorky y por el director teatral Vsévolod Meyerhold, tanto así que este último montó una obra en San Petersburgo con una escenografía basada en su pintura.

En 1916  fundó junto a su discípulo Tito Cittadini, la Escuela de Pollensa.

En  su carrera artística, están perfectamente diferenciadas tres épocas: Su época catalana de 1885 a 1894, en la que realizó sobre todo paisajes de estilo naturalista.

En su primera etapa parisina retrató la vida nocturna de la capital francesa, la vida más glamurosa de la noche de París, con figuras muy difuminadas en el más puro ambiente de la Belle Epoque.

Así mismo captó la parte más oscura de este, el mundo de la droga, que ya causaba estragos entre las clases más altas y algo que era muy nuevo en esos momentos, el alumbrado eléctrico.

También se interesó por la vida de los gitanos, pintando varias obras con ellos como protagonistas.

Su segunda época en París, practicó sobre todo temas del folclore levantino, de gran colorido y retratos llenos de sofisticación, con mujeres adornadas con mantones y detalles florales, incluso algún desnudo.

Su época mallorquina, se centró casi por completo en los paisajes baleares y ambientes campesinos de la costa, eludiendo en ellos la figura humana, y una serie de fondos marinos y peces.

Durante el exilio, prácticamente solo pintó bodegones y flores. A su vuelta a Mallorca, retomó el paisaje, aunque su producción a partir de entonces fue ya muy escasa.

Murió en Puerto de Pollensa, el 7 de julio de 1959.

En 1967, la que fue su casa se abrió como museo privado,  que en 1991 fue adquirido por la Fundación La Caixa, y actualmente la colección se exhibe en la sede de dicha institución de Palma de Mallorca.

Así mismo su pintura está representando en los más importantes museos de España y de todo el mundo, y en las más importantes colecciones particulares.

Una muestra notable se puede ver en el Museo Reina Sofía de Madrid y en el Museo Carmen Thyssen de Málaga, que en 2012-2013 le dedicó una importante retrospectiva: Arabesco y seducción, en la que se expusieron sus mejores cuadros con figuras femeninas.

*Entrada publicada el 9 de mayo de 2012. Actualizada y ampliada el 11 de septiembre de 2024.