Refranero y Frases.

Johann Wolfgang Goethe: Sus frases

agosto 28, 2024


¡Como te pareces al agua, alma del hombre! ¡Como te pareces al viento, destino del hombre!
JWG

Recordando al gran romántico alemán en el aniversario de su nacimiento.

Johann Wolfgang Goethe

Algunas de sus mejores frases:

A bien con las mujeres, y a puñetazos con los hombres, y con más crédito que capital; así va el hombre por el mundo.

A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será.

Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.

Al entrar en sociedad deben cogerse las llaves del corazón y meterlas en el bolsillo; los que las dejan en su sitio son estúpidos.

Alegría y amor son las alas para las grandes promesas.

Amigo mío, todas las teorías son grises; solamente está lozano el árbol dorado de la vida.

Aprovechad el tiempo que vuela tan aprisa; el orden os enseñará a ganar tiempo.

Aquellos que ven en cada desilusión un estímulo para mayores conquistas, ésos poseen el recto punto de vista para con la vida.

Asombro: lo más elevado a que puede llegar el hombre.

Beneficiadme con vuestras convicciones, si es que las tenéis; pero guardaos vuestras dudas, pues me bastan las mías.

Bueno es tener la alegría en casa y no haber menester de buscarla fuera.

Cierto que en el mundo de los hombres nada hay necesario, excepto el amor.

Ciertos libros parecen haber sido escritos no para aprender de ellos sino para que se reconozca lo que sabía su autor.

Con el conocimiento se acrecientan las dudas.

Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.

¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a nosotros mismos.

Cuando el corazón es bueno, todo puede corregirse.

Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada.

Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro.

Cuando más desquiciada está la vida de la mente, más abandonada a sí misma queda la máquina de la materia.

Debemos renunciar a nuestra existencia para existir verdaderamente.

Dinero perdido, pérdida ligera; honor perdido, pérdida considerable; coraje perdido, pérdida irreparable.

Dónde arden lámparas hay manchas de aceite; donde arden velas, gotas de cera; únicamente la luz del sol ilumina pura y sin mancha.

El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas.

El día es excesivamente largo para quien no lo sabe apreciar y emplear.

El hombre se cree siempre ser más de lo que es, y se estima menos de lo que vale.

El amor es una cosa ideal; el matrimonio, una cosa real; la confusión de lo real con lo ideal jamás queda impune.

El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas.

El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.

El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen.

El hombre feliz es aquel que siendo rey o campesino, encuentra paz en su hogar.

El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.

El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro.

EL hombre yerra tanto como lucha.

El espíritu humano avanza de continuo, pero siempre en espiral.

El mal está sólo en tu mente y no en lo externo. La mente pura siempre ve solamente lo bueno en cada cosa, pero la mala se encarga de inventar el mal.

El niño es realista; el muchacho, idealista; el hombre, escéptico, y el viejo, místico.

El que con perspicacia reconoce la limitación de sus facultades, está muy cerca de llegar a la perfección.

El que quiera tener razón y habla solo, de seguro logrará su objetivo.

El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.

El talento se desarrolla en lugares tranquilos, el carácter en el tumultuoso curso de la vida.

El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad.

El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.

Es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos de lo que uno vale.

Es gran virtud del hombre sereno oír todo lo que censuran contra él, para corregir lo que sea verdad y no alterarse por lo que sea mentira.

Escribir es un ocio laborioso.

Estar preocupado es ser inteligente, aunque de un modo pasivo. Sólo los tontos carecen de preocupaciones.

Feliz el que reconoce a tiempo que sus deseos no van de acuerdo con sus facultades.

Hacer una corona es mucho más fácil que hallar una cabeza digna de llevarla.

Hay dos poderes pacíficos: el derecho y la astucia.

Hay libros que no parecen escritos para que la gente aprenda, sino para que se entere de que el autor ha aprendido algo.

Hay quién porque golpea la pared con un martillo se cree clavar clavos.

La actividad es lo que hace feliz al hombre.

La belleza es indivisible; el que ha llegado a poseerla, antes de compartirla prefiere anonadarla.

La creencia no es el principio, sino el fin de todo conocimiento.

La existencia dividida por la razón deja siempre un resto.

La infelicidad máxima, como la máxima felicidad, modifica el aspecto de todas las cosas.

La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.

La felicidad nace de la moderación.

La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualarse a otra más grande que ella.

Las grandes pasiones son enfermedades incurables. Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas.

La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios.

La ley es poderosa, pero más poderosa es la miseria.

La juventud quiere mejor ser estimulada que instruida.

La maldad no necesita razones, le basta con un pretexto.

La mayor riqueza del hombre consiste en tener un ánimo suficientemente grande para no desear la riqueza.

La metafísica de los filósofos no es más que el sentido común en lenguaje intrincado.

La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia.

La naturaleza y el arte parecen rehuirse, pero se encuentran antes de lo que se cree.

La noche es la mitad de la vida y la mejor mitad.

La originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si nunca hubiesen sido dichas por otro.

La paloma protesta contra el aire, sin darse cuenta de que es lo único que le permite volar.

La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible.

Las dificultades aumentan conforme se aproxima uno al fin.

Las fatigas de la vida nos enseñan únicamente a apreciar los bienes de la vida.

Las palabras de aliento después de la censura son como el sol tras el aguacero.

Las pasiones son virtudes o defectos exagerados.

Lo peor que puede pasarle aun hombre es llegar a pensar mal de sí mismo.

Lo que habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.

Lo que no comprendemos no lo poseemos.

Lo que habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.

Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.

Los errores del hombre son especialmente los que le hacen digno de amor.

Los genios son peligrosos para los talentos jóvenes, pues no hacen más que reproducirlos creyendo reproducirse a sí mismo.

Los hombres ricos en lágrimas son buenos. Apartaos de todo aquel que tenga seco el corazón y secos los ojos.

Los pecados escriben la historia, el bien es silencioso.

Los perezosos siempre hablan de lo que piensan hacer, de lo que harán; los que de veras hacen algo no tienen tiempo de hablar ni de lo que hacen.

Los sentimientos delicados que nos dan la vida yacen entumecidos en la mundanal confusión.

Mejorar es de gran ayuda, pero estimular vale más.

Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia

Muchos hombres no se equivocan jamás porque no se proponen nada razonable.

Nada contribuye más al hastío de la vida que un segundo amor.

Nada hay más terrible que una ignorancia activa.

Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo.

Nadie quiere conceder a los demás el derecho de equivocarse.

Nadie sabe lo que hace mientras actúa correctamente, pero de lo que está mal uno siempre es consciente.

Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior.

No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.

No es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hacemos, lo que convierte la vida en una bendición.

No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que decimos.

No hay espectáculo más terrible que la ignorancia en acción.

No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros.

No podemos modelar a nuestros hijos según nuestros deseos, debemos estar con ellos y amarlos como Dios nos los ha entregado.

No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino.

No se hace digno de la libertad y de la existencia sino aquel que tiene que conquistarlas cada día.

No sólo lo congénito, sino lo adquirido forma al hombre.

Nunca se desprende uno de lo que le pertenece, aunque lo tire o lo regale.

Para conocer a la gente hay que ir a su casa.

Pensar es fácil; actuar, difícil; transformar los pensamientos en actos es lo más difícil.

Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.

Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres.

Preciso es que el placer tenga sus penas, y el dolor sus placeres.

Que el hombre sea noble, caritativo y bueno, puesto que sólo esto lo distingue de todos los otros seres.

Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, es un suicida en pie. La libertad, como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días.

¿Quién es un hombre inútil? El que no sabe mandar ni obedecer.

Quien hace el bien desinteresadamente siempre es pagado con usura.

¿Quién osó luchar con los dioses, y quién con el Único? Es hermoso ser un discípulo de Homero, aunque sea el último.

Quien soporta mis defectos es mi amo, aunque sea mi criado.

Se dice que las mujeres son vanidosas por naturaleza; es cierto, pero les queda bien y por eso mismo nos agradan más.

Se tiende a poner palabras allí donde faltan las ideas.

Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.

Si la mañana no nos desvela para nuevas alegrías y, si por la noche no nos queda ninguna esperanza, ¿es que vales la pena vestirse y desnudarse?

Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volviesen a retorcerla, me daría por satisfecho.

Si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud puede que conociéramos mejor las cosas.

Si nos encontramos a alguien que nos debe agradecimiento, enseguida lo recordarnos. ¡Cuántas veces nos encontramos con alguien al que debemos agradecimiento y no pensamos en ello.

Si quieres conocerte, actúa. Al actuar es cuando verdaderamente nos medimos con los demás.

Si quieres vivir alegremente, no te preocupes por el pasado.

Si se quisieran estudiar todas las leyes, no habría tiempo material de infringirlas.

Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.

Si yo pudiera enumerar cuánto debo a mis grandes antecesores y contemporáneos, no me quedaría mucho en propiedad.

Sigue la mente de un maestro; caminar con él es avanzar.

Sin prisa, pero sin descanso.

Sobre las rosas se puede filosofar; tratándose de patatas hay que comer.

Sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla cada día.

Sólo es feliz y grande aquel que para llegar a ser algo no necesita ni mandar ni obedecer.

Sólo teme al hombre quien no lo conoce; y quien lo rehuye, pronto lo ignora.

Somos modelados por lo que amamos.

Somos todos tan limitados, que creemos siempre tener razón.

Toda palabra dicha despierta una idea contraria.

Todas las épocas decadentes son subjetivas y por contra todas las épocas de progreso son objetivas.

Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo.

Todo comienzo tiene su encanto.

Todo es soportable en esta vida, excepto la sucesión prolongada de días prósperos.

Todo nace y pasa según la ley; mas sobre la vida del hombre, este precioso tesoro, impera una suerte inestable.

Todo se soporta en la vida, con excepción de muchos días de continua felicidad.

Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.

Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer.

Un gran sacrificio resulta fácil; los que resultan difíciles son los continuos pequeños sacrificios.

Un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos artificiales con el sol, la luna y las estrellas, para recuperar a su amada.

Una vida inútil equivale a una muerte prematura.

Una vida ociosa es una muerte anticipada.

Un talento se forma en la calma; un carácter, en el torrente del mundo.

Uno tiene que ser algo para poder hacer algo.

Yo amo a aquel que desea lo imposible.

Johann Wolfgang Goethe

Johann Wolfgang von Goethe nació en Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania, el 28 de agosto de 1749.
Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán, fue uno de los iniciadores del romanticismo, movimiento al que influenció profundamente.
De él dijo George Eliot: «Fue el más grande hombre de letras alemanes, y el último verdadero hombre universal que caminó sobre la tierra»
Murió en Weimar, Turingia,  el 22 de marzo de 1832.

*La imagen es un retrato del escritor, realizado por Johann Heinrich Wilhelm Tischbein en 1787.

**Entrada actualizada y ampliada el 20 de marzo de 2024.

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