[…] ¿Será terrenal sólo nuestra vida
y todo lo demás será silencio?
JB
Recordando al poeta madrileño de la Generación del 27′, en el aniversario de su nacimiento.
«Al volver»
Aquí nació mi vida a la esperanza
y aquí esperó también que moriría;
ahora que vuelvo aquí, parecería
que el tiempo me persigue y no me alcanza.
Detiene otoño el paso a la mudanza
que en la luz, en el aire se extasía:
los árboles son llamas, su alegría
enciende ya mi bienaventuranza.
Todo pasó. Todo quedó lo mismo:
como si en este otoño floreciera,
ardiendo en el fulgor de su espejismo,
última para mí, la primavera;
abismo del no ser al ser abismo
la eternidad del tiempo prisionera.
José Bergamín
José Bergamín Gutiérrez nació en Madrid, el 30 de diciembre de 1895.
Poeta de la Generación del 27′, quizá uno de los más desconocidos, que desde el comienzo acompañó a su generación con la cohetería de sus aforismos, con las paradojas de sus ensayos, es sin embargo un poeta tardío. En plena guerra civil, cuando adoptaba las más extremas posturas políticas, asombró a Antonio Machado con sus Tres sonetos a Cristo crucificado ante el mar, publicados en Hora de España, y que tenían el torturado empaque del barroco mejor (junto al magisterio, inevitable, de Unamuno).
Se opuso a la dictadura de Miguel Primo Rivera participando en un mitin político en Salamanca junto a Miguel Unamuno en apoyo de los ideales republicanos.
Durante la Guerra Civil española presidió la Alianza de Intelectuales Antifascistas, siendo nombrado agregado cultural en la Embajada española en París, desde donde tuvo como misión buscar apoyos morales y financieros para la malograda II República.
Tras el triunfo de los golpistas tuvo que marchar al exilio, con él llevó un ejemplar de Poeta en Nueva York que le había regalado Federico García Lorca poco antes de morir, libro que editaría él mismo.
Permaneció durante 20 años en México y posteriormente residió en Venezuela, Uruguay, y finalmente en Francia.
Volvió a España en 1958.
Arrestado como sospechoso por sus relaciones con la oposición al régimen, su apartamento fue quemado. Ante tantas hostilidades, y sobre todo por haber firmado un manifiesto con más de cien intelectuales dirigido a Manuel Fraga Iribarne en que se denunciaban torturas y represión contra los mineros asturianos, tuvo que exiliarse de nuevo en 1963 por orden expresa de Fraga.
Regresó de forma definitiva a España en 1970.
Se convirtió en un disidente de lo que se conoce como Transición Española, lo que le supuso ser expulsado sucesivamente de varios periódicos.
Se siguió manifestando republicano en las primeras elecciones democráticas y publicó el manifiesto Error monarquía –mi mundo no es de este reino.
Murió en San Sebastián, Guipúzcoa, el 28 de agosto de 1983.
También de José Bergamín en este blog:
«José Bergamín: A Unamuno»: AQUÍ
«José Bergamín: El traidor Franco»: AQUÍ
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