Refranero y Frases.

Milan Kundera: Sus mejores frases

abril 1, 2024


«Quien busque el infinito, que cierre los ojos.»
MK

Recordando al escritor checo, en el aniversario de su nacimiento.

Milan Kundera

Algunas de sus mejores frases:

Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más extravagantes del Creador.

Desde que los hombres perdieron el temor a Dios, pasaron a temer a las cámaras.

El ansia de orden pretende convertir el mundo de los hombres en el reino de lo inorgánico, en el que todo marcha, funciona, sometido a un orden suprapersonal. El ansia de orden es al mismo tiempo ansia de muerte, porque la vida es una permanente alteración del orden.

El amor es el remedio contra todos los malos augurios.

El amor materno marca en la frente del niño una señal que ahuyenta la simpatía de sus compañeros.

El amor es la solución para vivir feliz en un mundo al que se aborrece.

El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.

El amor, por definición, es un regalo no merecido.

El campo de concentración es un mundo en el que las personas viven permanentemente juntas, de día y de noche. La crueldad y la violencia no son más que rasgos secundarios (y no imprescindibles). El campo de concentración es la liquidación total de la vida privada.

El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia.

El desacuerdo con la mierda es metafísico. El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo inaceptable de la Creación.

El deseo de venganza no es más que el ansia de justicia insatisfecha.

El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Solo puede intuir o adivinar lo que en verdad esta viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar que es lo que ha vivido y cual era su sentido.

El hombre desdichado busca un consuelo en la amalgama de su pena con la pena de otro.

El hombre cree que desempeña su papel en determinada obra y no sabe que mientras tanto han cambiado el decorado en el escenario sin que lo note y sin darse cuenta se encuentra en medio de una representación completamente distinta.

El hombre desea un mundo en el cual sea posible distinguir con claridad el bien del mal porque en él existe el deseo, innato e indomable, de juzgar antes que de comprender. En este deseo se han fundado religiones e ideologías.

El hombre sabe que no puede abarcar su universo con su sol y sus estrellas. Lo que le parece mucho más insoportable es estar condenado a dejar pasar de largo tambien al otro infinito, al cercano, al que esta al alcance de la mano.

El novelista nace sobre las ruinas de su mundo lírico.

El que echa a perder su despedida poco puede esperar del reencuentro.

El río fluye de una edad a otra y las historias de la gente transcurren en la orilla.

¡En efecto, quien busque el infinito, que cierre los ojos!

En estos días sólo puede ser optimista un gran cínico.

Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie.

La añoranza no intensifica la actividad de la memoria, no suscita recuerdos, se basta a sí misma, a su propia emoción, absorbida como está por su propio sufrimiento.

La belleza es más que la justicia, la belleza es más que la verdad, es más real, más indudable y hasta más alcanzable, la belleza está por encima de todo.

La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso.

La felicidad es el deseo de repetir.

La fuente del miedo está en el porvenir, y el que se libera del porvenir no tiene nada que temer

La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.

La luna colgando de un cielo aún no oscurecido le parecía como una lámpara que han olvidado apagar y que ha estado encendida todo el día.

La luz del horror perdió intensidad y el mundo empezó a verse bajo una iluminación azulada, tierna, que hacía las cosas más bellas de lo que eran antes.

La nostalgia del paraíso es el deseo del hombre de no ser hombre.

La persona que desea abandonar el lugar en donde vive, no es feliz.

La pregunta es como un cuchillo que rasga el lienzo de la decoración pintada, para que podamos ver lo que se oculta tras ella.

La realidad es más que un sueño, mucho más que un sueño.

La seguridad es tan corrosiva como lo son las dudas.

La verdadera bondad humana, con toda su pureza y libertad, puede ponerse en primer plano sólo cuando su recipiente no tiene poder.

La vida es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir.

Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede nacer de una metáfora.

La muerte tiene dos aspectos: por una parte significa el no ser. Por otra significa el horrible ser del cadáver.

La velocidad es la forma de éxtasis que la revolución técnica ha brindado al hombre.

Las mujeres no buscan hombres hermosos. Las mujeres buscan hombres que han tenido mujeres hermosas. Por eso, tener una amante fea, es un error fatal.

Lo que se ha instaurado en el mundo es una sociedad capitalista, con todo lo que en ella es vulgar, cruel y estúpido, con advenedizos, estafadores y timadores, con la grotesca chabacanería de los nuevos ricos. La crueldad del dinero ha sustituido a la crueldad de la política. La necedad comercial ha sustituido a la necedad ideológica.

Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también.

Los ancianos se caracterizan por envanecerse de sus padecimientos pasados y convertirlos en un museo al que invitan a entrar a los visitantes.

Los celos tienen el asombroso poder de iluminar con rayos penetrantes únicamente a uno solo, dejando en total oscuridad a la masa de los demás hombres.

Los errores personales no son causa de verguenza, lo que realmente humilla es que son vistos por todos.

Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado.

Los recuerdos se van si dejan de evocarse una y otra vez en las conversaciones entre amigos.

No conocemos la realidad sino es en tiempo pasado. No la conocemos tal como es en el momento presente, en el momento en que está ocurriendo, en el que es. Ahora bien, el momento presente no se parece a su recuerdo. El recuerdo no es la negación del olvido. El recuerdo es una forma de olvido.

No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento.

No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado que el dolor sentido, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos.

Nunca sabremos por qué irritamos a la gente, que es lo que nos hace simpáticos, qué es lo que nos hace ridículos; nuestra propio imagen es nuestro mayor misterio.

Pienso luego existo lo dijo un intelectual que subestimaba el dolor de muelas.

Porque el amor, por definición, es un regalo no merecido; ser amado sin mérito es incluso la prueba de un amor verdadero.

Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento.

Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre.

Si las personas sólo fueran responsables de lo que hacen conscientemente, los idiotas estarían de antemano libres de cualquier culpa.

Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo a las leyes de la belleza, aún en momentos de más profunda desesperación.

Toda utopía comienza siendo un enorme paraíso que tiene como anexo un pequeño campo de concentración para rebeldes a tanta felicidad; con el tiempo, el paraíso mengua en bienaventurados y la prisión se abarrota de descontentos, hasta que las magnitudes se invierten. (de una entrevista a Milan Kundera)

Milan Kundera

Nació en Brno, Chequia, el 1 de abril de 1929.
Se consolidó como autor de fama mundial después de escribir «La insoportable levedad del ser».
Fue jornalero y músico de jazz. En 1959; fue así mismo especialista en Historia del Arte, que cursó sus estudios en la Universidad Carolina de Praga; enseñó Historia del Cine en la Academia de Música y Arte Dramático, actividad que desarrolló durante diez años, más tarde continuó en el Instituto de Estudios Cinematográficos de Praga.
Después de la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968, se vio en el paro y con todas sus obras prohibidas y sus libros fueron retirados de la circulación.
En 1975 tuvo que exiliarse en Francia, donde trabajó como profesor de literatura comparada en la Universidad de Rennes.
Sus novelas se sitúan a medio camino entre la ficción y el ensayo, y hacen uso frecuente de la ironía, la presencia de diversas voces narrativas, la confusión entre elementos reales y ficticios y la digresión.
En ellas el autor se enfrenta a sus propios fantasmas personales, el totalitarismo y el exilio, al tiempo que ahonda en los grandes temas de la libertad y la eticidad desde un profundo desengaño, a veces difícil de percibir tras su estilo aparentemente ligero y amable.

También de Milan Kundera en este blog:

«Milan Kundera»: AQUÍ

*Entrada actualizada y ampliada el 1 de abril de 2024.

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