Poesia

Anne Hebert: Misterio de la palabra

agosto 1, 2019


«Mujer, enjuga tus lágrimas, que la promesa, desde que despunta el alba, toca el clarín de la
alegría…»
AH

Recordando a la escritora y poeta canadiense en el aniversario de su nacimiento.

«Misterio de la palabra»

En un país tranquilo hemos recibido la pasión del mundo,
espada desnuda sobre nuestras dos manos posada

Nuestro corazón desconocía el día cuando el fuego
nos fue así entregado,
y su luz hizo un surco en la sombra de nuestros rasgos
Era ante todo flaqueza, la caridad estaba sola
adelantándose al
miedo y al pudor

Inventaba el universo en la justicia primera y éramos
partícipes de esta vocación en la extrema vitalidad
de nuestro amor

La vida y la muerte en nosotros recibieron derecho
de asilo, se miraron
con ojos ciegos, se tocaron con manos precisas

Unas flechas de olor nos alcanzaron, atándonos a la tierra
como heridas en nupcias excesivas

Oh estaciones, río, alisos y helechos, hojas,
flores, madera
mojada, hierbas azules, todo nuestro haber sangra su
perfume,
bestia olorosa en nuestro flanco

Los colores y los sonidos nos visitaron en tropel
y en pequeños
grupos fulminantes, mientras que el sueño duplicaba
nuestro
encanto como la tormenta eléctrica cierne el azul
del ojo inocente

La alegría se puso a gritar, joven parturienta
de olor salvajino
bajo los juncos. La primavera liberada fue
tan hermosa que nos tomó
el corazón con una sola mano

Los tres golpes de la creación del mundo
repicaron en nuestros
oídos, vueltos iguales a los latidos de nuestra sangre

En un solo deslumbrar se hizo el instante.
Su relámpago nos recorrió
el rostro y recibimos la misión del fuego y de la
quemadura

Silencio, ni se mueve, ni dice nada, se funda la palabra,
levanta
nuestro corazón para asir el mundo en un solo gesto
de tormenta, nos
adhiere a su aurora como la corteza al fruto

Toda la tierra vivaz, el bosque a nuestra derecha,
la profunda ciudad
a nuestra izquierda, en pleno centro del verbo,
avanzamos en la
punta del mundo

Frentes de cabellos ensortijados donde se corrompe
el silencio en pelambres almizclados,
todas las muecas, viejas cabezas, mejillas de niño,
amores, arrugas,
alegrías, duelos, criaturas, criaturas, lenguas de fuego
en el solsticio de
la tierra

Oh hermanos míos los más negros, todas las fiestas
gravadas en secreto;
pechos humanos, calabazas que son músicas
y donde se exasperan
voces cautivas. »

Anne Hebert

Poema original en frances:

«Mystère de la parole»

Dans un pays tranquille nous avons reçu la passion du monde,
épée nue sur nos deux mains posée

Notre cœur ignorait le jour lorsque le feu nous fut ainsi remis,
et sa lumière creusa l’ombre de nos traits

C’était avant tout faiblesse, la charité était seule devançant la
crainte et la pudeur

Elle inventait l’univers dans la justice première et nous avions
part à cette vocation dans l’extrême vitalité de notre amour

La vie et la mort en nous reçurent droit d’asile, se regardèrent
avec des yeux aveugles, se touchèrent avec des mains précises

Des flèches d’odeur nous atteignirent, nous liant à la terre
comme des blessures en des noces excessives

Ô saisons, rivière, aulnes et fougères, feuilles, fleurs, bois
mouillé, herbes bleues, tout notre avoir saigne son parfum,
bête odorante à notre flanc

Les couleurs et les sons nous visitèrent en masse et par petits
groupes foudroyant, tandis que le songe doublait notre
enchantement comme l’orage cerne le bleu de l’œil innocent

La joie se mit à crier, jeune accouché à l’odeur sauvagine
sous les joncs. Le printemps délivré fut si beau qu’il nous prit
le cœur avec une seule main

Les trois coups de la création du monde sonnèrent à nos
oreilles, rendus pareils aux battements de notre sang

En un seul éblouissement l’instant fut. Son éclair nous passa
sur la face et nous reçûmes mission du feu et de la brûlure

Silence, ni ne bouge, ni ne dit, la parole se fonde, soulève
notre cœur, saisit le monde en un seul geste d’orage, nous
colle à son aurore comme l’écorce à son fruit

Toute la terre vivace, la forêt à notre droite, la ville profonde
à notre gauche, en plein centre du verbe, nous avançons à la
pointe du monde

Fronts bouclés où croupit le silence en toisons musquées,
toutes grimaces, vieilles têtes, joues d’enfants, amours, rides,
joies, deuils, créatures, créatures, langues de feu au solstice de
la terre

Ô mes frères les plus noirs, toutes fêtes gravées en secret ;
poitrines humaines, calebasses musiciennes où s’exaspèrent
des voix captives

Que celui qui a reçu fonction de la parole vous prenne en
charge comme un cœur ténébreux de surcroît, et n’ait de cesse
que soient justifiés les vivants et les morts en un seul chant
parmi l’aube et les herbes.

Anne Hebert

Nació en Sainte-Catherine-de-la-Jacques-Cartier, Quebec, Canadá, el 1 de agosto de 1916.
Escritora, poetisa y guionista, nacida en Canadá, se trasladó a París en 1965.
En 1983, fue nombrada Doctor Honoris causa por la Universidad de Laval, título que se añade a los obtenidos anteriormente, por la Universidad de Toronto en 1969, Universidad de Guelph en 1970, UQAM en 1979 y por último, Universidad McGill en 1980.
A principios de 1998, Anne Hébert, que llevaba 32 años viviendo en París regresa a Montreal.
Murió en  Montreal, el 22 de enero de 2000, cuando contaba con 83 años de edad.

También de Anne Hebert en este blog:

«Anne Hébert: Una pequeña muerte»: AQUÍ

Bibliografía:

Novelas:

1950 : El torrente («Le Torrent»)
1958 : Las habitaciones de madera («Les Chambres de bois»)
1970 : Kamuraska («Kamouraska»)
1975 : Los hijos del sabbat («Les Enfants du sabbat»)
1980 : Eloísa («Héloïse»)
1982 : Los locos de Bassan («Les Fous de Bassan»)
1992 : El niño cargado de sueños («L’Enfant chargé de songes»)
1995 : Aureliano, Clara, la señorita y el teniente inglés («Aurélien, Clara, mademoiselle et le lieutenant anglais»)
1999 : Un traje de luz («Un Habit d’lumière»)
2001 : Un refugio tempo («Un Abri Tempo»)

Poesía

1942 : Los sueños en equilibrio («Les Songes en équilibre»)
1953 : La tumba de los reyes («Le Tombeau des rois»)
1997 : Poemas para la mano izquierda («Poèmes pour la main gauche»)

Historias cortas

Seguro que hay alguien («Il y a certainement quelqu’un»)

*La fotografía es de Jaroslaw Pawlak

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1 Comment

  • Reply Bitacoras.com enero 22, 2016 at 2:30 am

    Información Bitacoras.com

    Valora en Bitacoras.com: Recordando a Anne Hebert: Misterio de la palabra La entrada Recordando a Anne Hebert: Misterio de la palabra aparece primero en Trianarts.

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