Poesia

Gertrudis Gómez de Avellaneda: Al árbol de Guernica

febrero 1, 2014


«…¡Adiós, patria feliz, edén querido!
¡Doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!…»

GGA

Mi recuerdo hoy para la poeta cubana fallecida en Sevilla un día como hoy de 1873.

«Al árbol de Guernica»

Tus cuerdas de oro en vibración sonora
vuelve a agitar, ¡oh lira!,
que en este ambiente, que aromado gira,
su inercia sacudiendo abrumadora
la mente creadora,
de nuevo el fuego de entusiasmo aspira.

¡Me hallo en Guernica! Ese árbol que contemplo,
padrón es de alta gloria…
de un pueblo ilustre interesante historia…,
de augusta libertad sencillo templo,
que —al mundo dando ejemplo—
del patrio amor consagra la memoria.

Piérdese en noche de los tiempos densa
su origen venerable;
mas ¿qué siglo evocar que no nos hable
de hechos ligados a su vida inmensa,
que en sí sola condensa
la de una raza antigua e indomable?…

Se transforman doquier las sociedades;
pasan generaciones;
caducan leyes; húndense naciones…
y el árbol de las vascas libertades
a futuras edades
trasmite fiel sus santas tradiciones.

Siempre inmutables son, bajo este cielo,
costumbres, ley, idioma…
¡Las invencibles águilas de Roma
aquí abatieron su atrevido vuelo,
y aquí luctuoso velo
cubrió la media luna de Mahoma!

Nunca abrigaron mercenarias greyes
las ramas seculares,
que a Vizcaya cobijan tutelares;
y a cuya sombra poderosos reyes
democráticas leyes
juraban ante jueces populares.

¡Salve, roble inmortal! Cuando te nombra
respetuoso mi acento,
y en ti se fija ufano el pensamiento,
me parece crecer bajo tu sombra,
y en tu florida alfombra
con lícita altivez la planta asiento.

¡Salve! ¡La humana dignidad se encumbra
en esta tierra noble
que tú proteges, perdurable roble,
que el sol sereno de Vizcaya alumbra,
y do el Cosnoaga inmoble
llega a tus pies en colosal penumbra!

¿En dónde hallar un corazón tan frío,
que a tu aspecto no lata,
sintiendo que se enciende y se dilata?
¿Quién de tu nombre ignora el poderío,
o en su desdén impío,
tu vejez santa con amor no acata?

Allá desde el retiro silencioso
donde del hombre huía
─al par que sus derechos defendía─,
del de Ginebra pensador fogoso,
con vuelo poderoso,
llegaba a ti la inquieta fantasía;

y arrebatado en entusiasmo ardiente
—pues nunca helarlo pudo
de injusta suerte el ímpetu sañudo—,
postró a tu austera majestad la frente
y en página elocuente
supo dejarte un inmortal saludo.

La Convención Francesa, de su seno
ve a un tribuno afamado,
levantarse de súbito, inspirado,
a bendecirte, de emociones lleno…
Y del aplauso al trueno
retiembla al punto el artesón dorado.

Lo antigua que es la libertad proclamas…
—¡Tú eres su monumento!—
Por eso cuando agita raudo viento
la secular belleza de tus ramas,
pienso que en mí derramas
de aquel genio divino el ígneo aliento.

Cual signo suyo mi alma te venera,
y cuando aquí me humillo
de tu vejez ante el eterno brillo,
recuerdo, roble augusto, que doquiera
que el numen sacro impera,
un árbol es su símbolo sencillo.

Mas, ¡ah, silencio!… El sol desaparece
tras la cumbre vecina,
que va envolviendo pálida neblina…
se enluta el cielo… el aire se adormece…
tu sombra crece y crece…
¡Y sola aquí tu majestad domina!

Gertrudis Gómez de Avellaneda

Gertrudis Gómez de Avellaneda nació en Camagüey, Cuba, el 23 de marzo de 1814.
Lamada coloquialmente Tula, fue una escritora y poetisa abolicionista.
Fue así mismo, precursora del feminismo en España y según Marcelino Menéndez y Pelayo, una de las más grandes poetisas de la lengua castellana.
Sus antepasados paternos eran oriundos de Constantina de la Sierra en la provincia de Sevilla.
En 1836 partió con su familia hacia España, estableciéndose en La Coruña, ciudad en la que vivía la familia de su padrastro.
Fue en la capital gallega donde realmente emergió como la poeta.
De La Coruña se trasladó junto su hermano Manuel Gómez de Avellaneda, a Andalucía, instalándose definitivamente en Sevilla.
En el verano de 1840 estrenó en Sevilla su primer drama titulado «Leoncia».
Tras una amorosa vida azarosa, fue madre soltera, en 1846 se casó con don Pedro Sabater el gobernador civil de Madrid, del que enviudó, y tras haber residido en Madrid y Burdeos, se casó nuevamente en 1856 con un político de gran influencia, don Domingo Verdugo; este sería gravemente herido en una reyerta, y con el fin de intentar mejorar sus heridas, viajaron a Cuba en 1959, donde Tula fue agasajada por sus compatriotas tras veintitrés años de ausencia.
En 1863 murió su esposo, hecho que acentuó su espiritualidad y entrega mística a una severa y espartana devoción religiosa.
En 1864 regresó a Madrid, tras pasar por Nueva York, Londres, París y Sevilla.
Finalmente murió en Madrid el 1 de febrero de 1873 a los 58 años de edad.
Sus restos, fueron trasladados al cementerio de San Fernando de Sevilla, donde reposa junto a los de su esposo y su hermano Manuel.

También de Gertrudis Gómez de Avellaneda en este blog:

«Gertrudis Gómez de Avellaneda: Soledad del alma»: AQUÍ

«Gertrudis Gómez de Avellaneda: A Él»: AQUÍ

«Gertrudis Gómez de Avellaneda: Amor y orgullo»: AQUÍ

«Gertrudis Gómez de Avellanada: Deseo de venganza»: AQUÍ

«Gertrudis Gómez de Avellaneda: Al árbol de Guernica»: AQUÍ

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No Comments

  • Reply Bitacoras.com febrero 1, 2014 at 12:44 am

    Información Bitacoras.com

    Valora en Bitacoras.com: “…¡Adiós, patria feliz, edén querido! ¡Doquier que el hado en su furor me impela, tu dulce nombre halagará mi oído!…” GGA Mi recuerdo hoy para la poeta cubana fallecida en Sevilla un día como hoy de 1873. “Al árbol de Guernic..…

  • Reply Maestros del retrato: Federico de Madrazo y Küntz | Trianarts febrero 12, 2014 at 11:07 pm

    […] De entre toda su obra destaca el retrato de Isabel II, actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y el de su marido, Francisco de Asís; del rey Alfonso XII, del que fuera Presidente del Gobierno Juan Bravo Murillo, del que fuera Presidente en la Primera República Española Nicolás Salmerón y los de Ramón de Campoamor ,  José de Espronceda y la poeta Gertrudis Gomez de Avellaneda […]

  • Reply Mi recuerdo a Gertrudis Gómez de Avellaneda: Amor y orgullo | Trianarts marzo 23, 2014 at 1:05 am

    […] “Gertrudis Gómez de Avellaneda: Al árbol de Guernica”: AQUÍ […]

  • Responder a Mi recuerdo a Gertrudis Gómez de Avellaneda: Amor y orgullo | TrianartsCancelar respuesta

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