Pintura

Stanislas Lépine: Precursor del paisaje impresionista

octubre 23, 2024


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Stanislas Lépine

Victor Edouard Stanislas Lépine nació en Caen, Francia, el 23 de octubre de 1835.


Se conocen pocos datos de su infancia y formación artística inicial, aunque según algunos escritos que se conservan del pintor, es muy probable que fuera de origen humilde y que su padre podría haber sido ebanista.


Conoció siendo muy niños, a la que sería su esposa Marie Odile Dodin, con la que tendría tres hijos.


Con dieciocho años de edad decidió dedicarse a la pintura, gastó todos sus ahorros en pinturas y pinceles para ir a hacer copias de los maestros del Museo del Louvre.


Tras conocer a Camille Corot en Normandía en 1859 y ser fuertemente influenciado por éste, se hizo alumno suyo el año siguiente.


Sus inicios en la pintura habían sido las marinas inspiradas al estilo de las de Johan Barthold Jongkind.


Influenciado desde su infancia por las costas normandas, se convirtió en todo un especialista de esta temática, siendo muy notables sus cuadros con veleros en el puerto de su ciudad natal y de Rouen.


En 1855 se trasladó a París, exhibiendo en el Salón Oficial, por primera vez en 1859, con su óleo Puerto de Caen a la luz de la luna.


A continuación comenzó a pintar escenas, de las que sería un notable especialista, de paisajes urbanos y pintorescos, la mayor parte de ellos localizadas en las orillas del Sena, con sus escarpadas orillas, puentes y barcas.


Otro de sus temas preferidos fueron las viejas calle de París, de Montmartre sobre todo.


Como decíamos, tras contactar con Corot comenzó a acudir para perfeccionar su aprendizaje en el taller de este, donde coincidiría con Henri Fantin-Latour, que se convertiría en su gran amigo, y apoyo económico.


Vivió siempre en un buscado aislamiento, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, que de forma esencial no era el habitual en su tiempo, apartándose del paisaje academicista, para utilizar los efectos de la luz y la atmósfera.


Utilizó una paleta de colores intensos y brillantes.
En el taller del maestro, Lapine supo desarrollar un estilo muy personal, en los que combinó las características típicas de las escenas pastorales , con los paisajes atmosféricos clásicos de los impresionistas.


Algunos ejemplos de estos últimos son telas como «Montmartre, Rue Saint Vincent», de 1878, y «Le Pont de Mondo» de 1880, ambos alojados actualmente en el Museo d’Orsay.


Nunca llegó a alcanzar la notoriedad de otros pintores de su tiempo, sin embargo fue invitado a participar en la primera exposición de los impresionistas en 1874, en la que exhibió «Orillas del Sena».


Obtuvo una Primera Medalla en la Exposición de 1889.
Durante su carrera asistió con regularidad, presentando su pintura en el salón.


De su pintura destacan sus delicados efectos lumínicos y el carácter contemplativo de sus escenas, casi todas ellas de pequeño formato.


Actualmente es considerado por críticos e historiadores de arte como uno de los más notables precursores del impresionismo.


Murió en París, el 29 septiembre 1892.
En una retrospectiva que se realizó en 1906, el crítico de arte Paul Jamot escribió: «Lapine fue un pintor encantador, sutil y discreto del paisaje parisino, ningún otro artista ha sabido ha evocado mejor la atmósfera y la luz de nuestra ciudad, ocupando una privilegiada posición entre Barthold Jongkind y Corot.»


El Museo Thyssen Bornemisza de Madrid alberga dos de sus magníficas obras: «El Sena en el puente de Sèvres», de 1876-1880, y «Boda en St. Étienne-du-Mont», de 1878-1880.

*Entrada actualizada y ampliada el 23 de octubre de 2024.

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