Poesia

Andrés Trapiello: La ventana de Keats

enero 16, 2024


«… Nada de cuanto miro está en mis ojos
ni el olor del jazmín lo lleva el viento…»

AT

«La ventana de Keats»

Para Manuel Borrás

Apartado de todo, vuelto a mí
en silencio egoísta, en soledad
de campos y de encinas y callejas
que el otoño volvió más taciturnas;
asilado a esta sombra y sin más patria
que una vieja edición de tus poemas;
sentado en berroqueña piedra gris
y leyendo tus versos, oigo cómo
de pronto un ruiseñor se eleva y canta.
Todo lo dejo entonces, mi lectura,
mis leves pensamientos, mi silencio.
Todo por escucharle. Es él, él mismo.
El dulce ruiseñor que tú supiste
distinguir entre todas las demás
criaturas, por ser no melodioso,
que lo era, sino por ser el tuyo,
el a ti destinado desde siempre,
desde el día en que Dios de mansas fieras
ocupó el Paraíso y dijo: «hágase
también el ruiseñor, para que Keats,
en la umbría Inglaterra, al escucharlo
embelesado, alcance esta verdad:
que el canto es sólo uno, siempre el mismo,
y que la rama cambia y cambia el pájaro,
mas no la melodía. Esta será
de país a país siempre la misma,
de un continente a otro y desde un siglo
a otro siglo, la misma melodía,
igual que en el estanque van las ondas
cuando alguien en él escribió un nombre».
Pues bien. Conmigo está, frente a este Gredos,
el ruiseñor menudo de tus versos,
frente a ese abstracto Gredos, calmo y duro
y hecho de pura abstracta lejanía.
y están también los prados y colinas
por los que tú anduviste. Están comigo
ahora, aquí. Y las viejas mansiones
que el campo inglés conoce, venerables,
cubiertas por la yedra, iluminadas
con quinqués y bujías cuya luz
llenaba las ventanas de dorada
quietud e invitación al sueño,
de modo que de lejos, si pasaba
un viajero, se decía: «¡Quién
pudiera estar allí, junto a esa lámpara,
dentro de aquella casa, allí sentado
en cómodo sillón leyendo un libro
o bebiendo los vinos de Madeira
y escuchando un piano, o ni siquiera,
sólo como esa sombra que es el tiempo!
¡Sólo como la sombra de aquel hombre
que se asoma al balcón para mirarme!
¡Quién pudiera quedarse en esa casa
y no tener, cerrada ya la noche,
que andar por estos fúnebres caminos
y exponerse a morir en soledades
que harían de la muerte algo aún más triste»…
Eso diría el viajero errante,
eso mismo diría al contemplar
la vieja casa solitaria y grande.
Y luego seguiría su camino
sin dejar de mirar de vez en cuando
atrás, hasta perder aquella luz,
aquel temblor de oro entre las ramas
oscuras de los tejos, sin haber
siquiera sospechado que eras tú,
John Keats, la sombra.

Y que le viste
llegar por el camino, y que dijiste:
«Al Sur marcha ese hombre.
¡Quién pudiera con él perderse lejos!
Ahora mismo. Sin equipaje alguno.
¡Cómo envidio su suerte y qué tristeza
languidecer aquí llevando una
vida que ni siquiera de infeliz
puedo calificarla! Mira, parte
de nuevo, se va. Empieza ya la luna
a vadear el río. ¡Cuánto debe
compadecer mis años!»…

Y que luego,
para apagar la sed de tu acedía,
tomaste una vez más un papel nuevo
sin dejar de pensar en aquel hombre
que viste peregrino. Quizás ese
fue el día en que escribiste aquel poema
que empieza así: «Feliz es Inglaterra…»
¿Quién podría saberlo? Ahora otra vez
lo leo en este viejo libro tuyo,
y al leer me parece que tu otoño
es este otoño mío y que también
es mío el ruiseñor que ya ha callado,
y me confundo y creo
que aquellos claros ríos entre hayales
son nuestro pedregal, cuna de víboras.
Y así, miro estos bíblicos olivos
y alcornoques ascéticos, la tierra
de la que brotan zarzas sólo, ortigas,
pestilente cenizo o amargas hierbas,
y ebrio de gratitud, no siento ya
ni abrasador el sol ni amargo el aire
ni severos los pardos y los negros,
que son colores nuestros metafísicos,
sino que cierro el libro y miro lejos,
porque tus versos hacen que yo vea
este lugar como lugar del alma,
y vuelto a mí, comienzo a recorrer
de nuevo este paisaje silencioso
y a verlo de otro modo ya sentirlo
y a desear también la dulce muerte,
hermana zarza, hermanos alcornoques,
ortigas, alimañas, sequedades.

Andrés Trapiello

De: Acaso una verdad 1993
Ed. Pre-Textos 1994©
ISBN: 9788487101908

Andrés Trapiello nació en Manzaneda de Torío, León, el 10 de junio de 1953.
Poeta, novelista y ensayista ha sido galardonado entre otros, con:
– Premio Internacional de novela Plaza & Janés, 1992, por El buque fantasma
– Premio de la Crítica de poesía castellana 1993 por Acaso una verdad
– Premio don Juan de Borbón 1995 por Las armas y las letras. Literatura y guerra civil 1936-1939
– Premio de las Letras de la Comunidad de Madrid, 2002
– Premio Nadal 2003 con Los amigos del crimen perfecto
– Premio Fundación José Manuel Lara 2005 por la novela Al morir don Quijote
– Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes 2005 por el artículo “El arca de las palabras”, publicado en La Vanguardia el 23 de abril de 2005
– Premio Julio Camba 2007
– Premio Francisco Valdés 2009
– Premio Castilla y León de las Letras 2010
Desde 1975 vive en Madrid.

También de Andrés Trapiello en este blog:

«Andrés Trapiello: En tus mejores años»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: La ventana de Keats»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Al final de la tarde»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Despertar en las viñas»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Almendro»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Calleja de los olmos»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Reencuentro con el otoño»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Rama desnuda»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Al dictado»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: España»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: A unos lirios»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Gorriones del rastro»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Cierzo»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: Elegía»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: La tormenta»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: En la sala apagada»: AQUÍ

«Andrés Trapiello: La carta»: AQUÍ

Bibliografía poética:

Junto al agua – 1980
Las tradiciones – 1982
La vida fácil – 1985
El mismo libro – 1989
Las tradiciones – 1992 (Recopilación de toda su obra poética hasta esta fecha.)
Acaso una verdad – 1993 Premio de la Crítica
Poemas escogidos – 1998, Segunda edición corregida – 2001
Rama desnuda – 2001
Un sueño en otro – 2004
El volador de cometas (Antología) – 2006
Segunda oscuridad – 2012

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1 Comment

  • Reply Bitacoras.com junio 9, 2016 at 11:57 pm

    Información Bitacoras.com

    Valora en Bitacoras.com: “… Nada de cuanto miro está en mis ojos ni el olor del jazmín lo lleva el viento…” AT Mi felicitación al poeta leonés que hoy cumple años. “La ventana de Keats” Para Manuel Borrás Apartado de todo, vuelto a mí en silencio ego..…

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